ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ejemplo de La ironía de los estudios estadísticos


Enviado por   •  31 de Octubre de 2017  •  Tareas  •  1.229 Palabras (5 Páginas)  •  242 Visitas

Página 1 de 5

La ironía de los estudios estadísticos

Por: Carlos Andrés González Aguja – 10A

Cómo mentir con estadísticas, libro escrito por Darrell Huff y publicado originalmente en 1.954 por la editorial W. W. Norton & Company, es un escrito, como bien dice su autor: “una especie de “rudimentos” sobre la manera de utilizar las estadística para engañar”. La visión de este estadístico estadounidense, que nació el 15 de julio de 1913, era la de introducir a los otros en los conceptos de la estadística de manera práctica. Por eso escribió cerca de dieciséis libros y varios artículos con la temática de “Cómo hacer…”.

Y no se desfaso de su visión, porque a través de los diferentes capítulos de Cómo mentir con estadísticas, muestra, de manera irónica y cómica, pero sobre todo con ejemplos, la falta de credibilidad que se debe tener sobre los resultados de los estudios estadísticos.

De acuerdo con las apreciaciones y demostraciones evidenciadas por Darrel Huff en su libro, definitivamente se puede decir que muchos de los estudios realizados a través de encuestas, mediciones, cálculos, promedios, comparaciones, etc., no abarcan realmente muestras representativas sino una estratificada o parcial  –como es el caso de las encuestas–, por lo que los informes estadísticos si terminan siendo subjetivos o engañando o desinformando.

En la primera parte del libro, Darrel Huff explica la influencia de la muestra en su teoría. Da a entender que el muestreo es como la espina dorsal de la mayoría de estudios estadísticos y que, aunque su propósito es sencillo, se comenten errores cuando lo aplican. El autor afirma en el libro que: “La muestra escogida al azar es la única que puede examinarse con completa confianza por medio de la teoría estadística”; sin embargo, conseguir este tipo de muestra es difícil y genera un alto costo, por lo que se termina descartando. A partir de ese momento, se comienzan a cometer errores, porque la muestra se vuelve estratificada y entonces se convierte en subjetiva y no representativa.

Para que tenga valor, Huff dice que se “debe utilizar una muestra representativa, donde se hayan eliminado todos los posibles factores de influencia”; por ejemplo, el caso del encuestador en la esquina de la calle, quien para su trabajo debe buscar a un tipo específico de persona. Al visualizar entre la multitud a quienes entrevistar, divisa a dos sujetos que cumplen con los parámetros establecidos para su trabajo, pero uno ofrece una apariencia poco amigable y el otro un aspecto más pulcro. Después de este análisis, el encargado de la encuesta, para la efectividad de su tiempo y terminar pronto su labor, elige al segundo individuo, al igual que los otros encuestadores.

 

Otra forma de engañar, con algo tan simple, son los gráficos. En el libro, el autor estadounidense escribe: “Cuando los números en forma tabular son tabú y las palabras no van bien, como ocurre a menudo, solamente queda una solución: dibujar un cuadro estadístico”. De acuerdo con el contenido del libro, estos gráficos son usados para plasmar y presentar la información, pero dependiendo de la intención o sensación o impresión que quiera causar el individuo quien lo realiza, lo altera o modifica el espacio empleado y, como no existe una regla que prohíba lo que hace, termina influyendo en la sensación de quien recibe la información, como verla más grande, así siga siendo la misma cantidad.

Huff complementa lo anterior con la idea de que el gráfico de barras también puede ser engañoso, pero que incluso se puede ir más allá con estas falacias, como el uso de objetos tridimensionales. Para entender esta afirmación, explica el caso del salario medio semanal entre Rotundia, un país imaginario, y Estados Unidos. El del primer país es de 30 dólares mientras que el de EEUU es de 60. En una representación sin atractivos, como es el uso del gráfico de barras, se va a ver que un ingreso dobla al otro; pero como esto no es suficiente, toca dramatizar y exagerar. Una forma para conseguirlo, es con el uso de objetos tridimensionales, ya que si se hacen proporcionarles, tanto el largo como el ancho van aumentar –lo que dará la percepción de ser mayores a lo real–, así representen las mismas cantidades que el gráfico de barras, logrando su objetivo.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (7.6 Kb)   pdf (106.2 Kb)   docx (11.2 Kb)  
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com