Ensayo sobre el aborto y el relativismo

En los últimos tiempos se ha abierto el debate constante sobre el tema del aborto, por lo que no formar una opinión fundada al respecto seria como mantenerse recluido dentro de una habitación sin conexión al exterior. En este ensayo hablaré sobre las ideas de Peter Singer, un filosofo utilitarista Australiano, profesor de derecho y de filosofía en la universidad de Monash, quien escribió el libro denominado “Liberación animal”, en el cual describe amplias ideas sobre los derechos de los animales y como estos son igual de validos a los de los seres humanos, argumentando que la inteligencia no tiene mayor peso en el valor que se le pueda otorgar a alguna raza sobre otra, sin caer en el que un ser humano con deficiencia mental estaría a nivel de estos, es decir, atacando al especismo, siendo estas afirmaciones ricas en consecuencias que serán propuestas a lo largo del ensayo.

Han surgido diversos movimientos como lo es el “personismo moral”, con un claro ejemplo de representatividad, si es que no una cabeza guía, Peter Singer, quien señala que el concepto de “persona” no necesariamente corresponde y coincide en todos los casos con el pertenecer únicamente a la raza humana, es decir, hay personas que no necesariamente son humanos y hay humanos que no necesariamente son personas. Esta afirmación es contraria a la definición de persona propuesta por Boecio en el siglo V que dice “Sustancia Individual de naturaleza racional”, definición en la cual se afirma que ser humano coincide necesariamente con ser persona, por lo cual todo ser humano en su calidad de persona, posee una igual dignidad y es irremplazable por esto mismo. También el personismo moral de Peter Singer señala que ser una “persona potencial”, es decir, poseer la capacidad de llegar a ser persona, no da los mismos derechos que una persona formada como tal.

Las afirmaciones de Singer caen en el relativismo moral, ya que dentro de su mirada utilitarista, señala que mientras el aborto sea beneficioso para más personas que para las que perjudica, es decir, dentro de la “ecuación” se provoca más placer en general que el sufrimiento que este pueda provocar, la acción moral llevada a cabo sería correcta, lo cual niega y sobrepasa la dignidad humana en cuanto a la definición de persona que da Boecio, ya que elimina un ser humano en beneficio de otros, dejando de lado que este es irreemplazable.

Otra forma de ver falencias en las afirmaciones de Singer es por su definición de persona, ya que esta solo se adapta a la definición de un ser humano adulto, lo que excluye a una gran cantidad de seres humanos, como lo pueden ser las personas con enfermedades mentales, niños y fetos, planteando la duda que no puede responder con fundamentos de ¿Cuándo comienza concretamente el ser humano a ser persona? Y también, más profundamente ¿Si el feto no se considera persona, ni humano, en que momento concretamente comienza a considerarse un humano como tal?

A diferencia de lo que pueda afirmar el personismo moral, en que se señala que, suponiendo que se aceptara que todas las personas en potencia gozaran de los mismos derechos y beneficios que una persona como tal tiene, también seria malo moralmente hablando toda practica anticonceptiva ya que esta atentaría sobre la vida de espermios y óvulos que no concebirían, e inclusive si se pensara en una posible clonación en un futuro próximo, acciones como lo puede ser el cortarse el pelo, rascarse la piel o cortarse las uñas, deberían ser penadas, ya que todas estas células de las cuales nos deshacemos podrían ser en potencia, tras el ejercicio de la clonación, una persona, sin embargo, la diferencia radica en la “linealidad” de esta potencia, ya que todos estos casos mencionados anteriormente por el personismo moral necesitan de una fuerza externa para poder llevarse a cabo, me explico, necesita de una acción que la lleve a cabo, ya que por sí sola, esta nunca ocurriría, en cambio, en cuanto a la vida del feto se trata, este ya tiene definido su curso hacia lo que es ser una persona, no necesita un impulso externo, ya que el feto es el fruto de un impulso en sí mismo.

Otra afirmación bajo este mismo punto (y quizás más ejemplificativa), es que, si a un feto se le tratara como a una persona, a una semilla se le debería tratar también como a un árbol, siendo que esta semilla, no nos dará sombra como lo haría un árbol. Esta afirmación esta errada en base al mismo principio antes mencionado, ya que a una semilla no se le puede tratar como a un árbol y esto porque esta necesita un impulso externo para serlo, necesita que alguien la plante o, en caso de ser silvestre, que se den las condiciones propicias para germinar, como lo puede ser una lluvia, un incendio para cierto tipo de árbol africano, que la defeque un ave para facilitar la absorción de agua, etc.

...