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Filosofia Nahuatl

monroyeorge4 de Noviembre de 2013

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INTRODUCCION.

I. CULTURA Y FILOSOFIA NAHUAS.

Gente de variadas actividades en el campo de la cultura eran los nahuas (aztecas, texcocanos, cholultecas, tlaxcen, altecas...), a principios del siglo XVI. Establecidos en diversas fechas en el gran valle de Mexico y en sus alrededores-unidos por el vínculo de la lengua náhuatl o mexicana- había heredado no solo muchas de las ideas y tradiciones, sino también algo del extraordinario espíritu creador de los antiguos toltecas.

Los aztecas o mexicas, tan afamados por su grandeza militar y económica, no eran los únicos representantes de la cultura náhuatl durante los siglos XV y XVI. Los aztecas habían sometido a su obediencia a pueblos lejanos, de un mar a otro, llegando hasta Chiapas y Guatemala. Pero a su lado coexistían otros nahuas, independientes de ellos en distinto grado. Unos eran aliados: los de Tlacopan y Tezcoco, donde reino el célebre Netzahualcóyotl. Otros, aunque también nahuas, eran enemigos de los aztecas: por ejemplo, los señoríos tlaxcaltecas y huexotzincas.

Todos ellos, a pesar de sus diferencias, eran participes de una misma cultura. Estaban en deuda con los creadores de Teotihuacán y Tula. Numerosas eran las manifestaciones del arte y cultura en los grandes centros del renacimiento náhuatl, principalmente en Tezcoco y Tenochtitlán.

Fray Bernardino de Sahagún logro reunir en centenares de folios, información abundantísima recibida de labios de los indios y en lengua náhuatl, que le sirvió de base documental para redactar su Historia General de las cosas de Nueva España, genuina enciclopedia del saber náhuatl.

Hubo entre los pueblos nahuas una maravillosa arquitectura, un arte de la cultura y de la pintura de códices, una exacta ciencia del tiempo expresada en sus dos calendarios, una complicada religión y un derecho justo y severo, un comercio organizado, una poderosa clase guerrera y un sistema educativo, un conocimiento de a botánica con fines curativos y, en resumen, una cultura de aquellas pocas de las que como dice Jacques Soustelles "puede estar orgullosa la humanidad de ser creadora".

LAS FUENTES.

TESTIMONIOS EN NAHUATL DE LOS INFORMANTES DE SAHAGUN.

Nos referimos a los textos nahuas recogidos por Sahagún (a partir de 1547), en Tepepulco (Tezcoco). Tlatelolco y México, de labios de los indios viejos que repetían lo que habían aprendido de memoria en sus escuelas: el Calmecac o el Telpochcalli, En el cumulo inmenso de datos recopilados hay secciones enteras que se refieren a la cosmovisión mítico-religiosa náhuatl, así como a los sabios o philosophos y a sus opiniones y teorías.

Sahagún dio principio a sus investigaciones a partir de 1547. Había transcurrido entonces solo 26 años desde la toma de Tenochtitlán. Era, pues, fácil encontrar, no solo en la capital azteca, sino en Tezcoco, Tepepulco, Tlatelolco, etc., no pocos hombres maduros, 50 a 70 años, que habían vivido en sus pueblos y ciudades, desde unos 24 hasta casi 50 años antes de la venida de los españoles.

Hay que añadir que la forma como allí se enseñaban las varias doctrinas y tradiciones era, a falta de una escritura como la nuestra, por medio del aprendizaje de memoria, que servía para entender las ilustraciones de los códices. Entre las doctrinas que se enseñaban a los más selectos de la juventud náhuatl debió hallarse incluido lo más elevado de su pensamiento, encerrado muchas veces en los cantares y discursos aprendidos de memoria.

EL LIBRO DE LOS COLOQUIOS DE LOS DOCE.

Obra de máxima importancia cuyo título completo es: Colloquios y Doctrina Cristiana con que los Doce Frailes de San Francisco enviados por el Papa Adriano Sesto y por el Emperador Carlos Quinto convirtieron a los indios de la Nueva España, en lengua Mexicana y Española. El valor de esta obra reside en el hecho de presentarnos la última actuación pública de los sabios nahuas, en el año de 1524, defendiendo sus opiniones y creencias ante la impugnación de los doce primeros frailes.

CODICE CHIMALPOPOCA (ANALES DE CUAUHTITLAN Y LEYENDA DE LOS SOLES)

Los Anales de Cuauhtitlan-formados por textos nahuas recogidos antes de 1570- son unos de los más valiosos documentos de la colección de Boturini, por haber sido compilados en Cuauhtitlan, son conocidos como los Anales de dicho pueblos. Por lo que se refiere a la llamada Leyenda de los Soles, o Manuscrito de 1558, diremos tan solo que siendo la explicación de un códice indígena desaparecido, en el que se conservaba pictóricamente la historia de los Soles, es también documento para el estudio de la cosmovisión náhuatl- La filosofía envuelta aun en el mito de los Soles condiciona todo el ulterior desarrollo del pensamiento de los nahuas.

DOCUMENTOS EN OTRAS LENGUAS.

CODICES

En lo que a Códices propiamente dicho se refiere, mencionaremos aquí tan solo aquellos que siendo ciertamente de origen náhuatl (azteca), aportan al mismo tiempo datos de interés para el estudio del pensamiento filosófico náhuatl. Es el más importante el Códice Vaticano A 3738, conocido también bajo el titulo de Códice Ríos. El Códice telleriano-Remensis, que deriva su nombre del hecho de haber pertenecido a la colección del Arzobispo de Remis, M. Le Tellier.

El Códice Borgia es uno de los más bellos, tanto por su rico colorido, como por la artística concepción de sus pinturas. Al lado de su contenido, también calendárico, encontramos entre otras cosas, una hermosa estilización de la concepción náhuatl del universo, con su centro y sus cuatro rumbos cardinales. Los códices Borbónico y Mendocino. Diremos del primero que es netamente prehispánico (fue elaborado hacia 1507), ya que entre sus últimas pinturas esta la que representa la solemnidad del fuego nuevo, que se celebro en dicho año, según el computo occidental.

LOS INVESTIGADORES DEL PENSAMIENTO NAHUATL.

Explicando el Dr. Eguiara admite que: "No conocieron los indios ciertamente el empleo de las letras...mas, no por eso debe decirse que eran rudos e incultos, carentes de toda ciencia, sin códices ni libros..." Afirma luego Eguiara con igual fundamento de verdad que: "Los mexicanos cultivaron la historia y la poesía, las artes retoricas, la aritmética, la astronomía y todas esas ciencias de las que han quedado pruebas tan evidentes... "No juzgamos a los antiguos indios alejados del estudio de la física...y si nos ponemos a examinar sus códices redactados en figuras jeroglíficas, encontraremos que no pocos de ellos merecen ser llamados tratados teológicos...siendo todo esto así, nada falta por tanto a los indios mexicanos para que con igual razón que a los egipcios, los llamemos versados en un genero superior de sabiduría..."

OROZCO Y BERRA.

Fue D. Manuel Orozco y Berra, quien por vez primera en su monumental "crónica de crónicas", como llamo Icazbalceta a su Historia Antigua y de la Conquista de México, consagro el primer libro de ella al estudio de sus mitos y pensamientos, incluyendo una exposición de las ideas filosóficas nahuas. Partiendo fundamentalmente de las ideas cosmogónicas expresadas en el Códice Vaticano A 3738, presenta el mito de los Soles, el origen de los astros y los dioses, la creación en el Tloque Nahuaque y en la Omeyotl o ambivalencia divina. Se ocupa luego de las ideas que sobre la tierra, los cielos, la luna y el sol profesaban los nahuas. Y llega a afirmar que "los mexicanos además de los cuerpos celestes adoraban a los cuatro elementos". En cuenta al origen de los varios pueblos comprendidos en el Imperio Mexicatl, atribuye Orozco a sus filósofos una concepción monogenista expresada platónicamente en forma de mitos. Narrando a este propósito las leyendas de Iztacmixcoatl (culebra de nubes blanca) y de sus seis hijos, escribe luego: "es la expresión de los filósofos mexicanos reconociendo a todos los pueblos del imperio, fueran cuales fuesen sus diferencias etnográficas, como provenidos de un solo tronco". Comparando luego la mentalidad azteca con la pitagórica, dice que para una y otra " el mundo sublunar era teatro de un combate sin fin entre la vida y la muerte...era la religión de los cuatro elementos, tierra, aire, agua y fuego, los cuales por sus uniones, divorcios y transformaciones incesantes producían todos los fenómenos accidentales que aparecen nuestra vista".

CHAVERO.

Para dar una idea de la interpretación que hace Chavero del pensamiento náhuatl, transcribiremos algunos párrafos en los que aparecen claramente sus opiniones:

"Bastante nos indica la teología nahua a este respecto y sin embargo escritores de mucha nota se han extraviado por querer atribuir a la raza náhuatl todas las perfecciones posibles, así no dudan en afirmar que las primeras tribus, los mismos toltecas, fueron deístas. Pero su cosmogonía nos dice lo contrario. Comprendieron un ser, el Ometecuhtli; pero ese creador era el elemento material fuego y la creación se producía por el hecho material del Omeycualiztli. El ser creador era el eterno, el Ayamiclan; pero lo imperecedero continuaba siendo la materia fuego. Los dioses son los cuatro seres materiales, los cuatro astros... Para explicarse la aparición del hombre recurrieron a la acción material del fuego sobre la tierra, al matrimonio simbólico de Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl. Jamás se percibe siquiera la idea de un ser espiritual. Los nahuas no fueron deístas, ni puede decirse que su filosofía fue el panteísmo asiático; fue tan solo un materialismo basado en la eternidad de la materia. su religión fue el sabeísmo de cuatro astros, y como su filosofía, fue también materialista.

"Por más que quisiéramos sostener que los

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