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Hablo De Mi Pueblo


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2013  •  1.482 Palabras (6 Páginas)  •  244 Visitas

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Hablo de mi pueblo

novedad de hoy y ruina de pasado mañana,enterrada y resucitada cada día,

convivida en calles, plazas, autobuses, taxis, cines,teatros, bares, hoteles, palomares, catacumbas,

la ciudad enorme que cabe en un cuarto de tresmetros cuadrados inacabable como una galaxia,

la ciudad que nos sueña a todos y que todoshacemos y deshacemos y rehacemos mientras soñamos,

la ciudad que todos soñamos y que cambia sincesar mientras la soñamos,

la ciudad que despierta cada cien años y semira en el espejo de una palabra y no se reconoce y otra vez se echa adormir,

la ciudad que brota de los párpados de lamujer que duerme a mi lado y se convierte,

con sus monumentos y sus estatuas, sus historias ysus leyendas,

en un manantial hecho de muchos ojos y cada ojorefleja el mismo paisaje detenido,

antes de las escuelas y las prisiones, los alfabetosy los números, el altar y la ley:

el río que es cuatro ríos, el huerto,el árbol, la Varona y el Varón vestido de viento

volver, volver, ser otra vez arcilla,bañarse en esa luz, dormir bajo esas luminarias,

flotar sobre las aguas del tiempo como la hojallameante del arce que arrastra la corriente,

volver, ¿estamos dormidos o despiertos?,estamos, nada más estamos, amanece, es temprano,

estamos en la ciudad, no podemos salir de ella sincaer en otra, idéntica aunque sea distinta,

hablo de la ciudad inmensa, realidad diaria hecha dedos palabras: los otros,

y en cada uno de ellos hay un yo cercenado de unnosotros, un yo a la deriva,

hablo de la ciudad construida por los muertos,habitada por sus tercos fantasmas, regida por su despóticamemoria,

la ciudad con la que hablo cuando no hablo con nadiey que ahora me dicta estas palabras insomnes,

hablo de las torres, los puentes, lossubterráneos, los hangares, maravillas y desastres,

El estado abstracto y sus policías concretos,sus pedagogos, sus carceleros, sus predicadores,

las tiendas en donde hay de todo y gastamos todo ytodo se vuelve humo,

los mercados y sus pirámides de frutos,rotación de las cuatro estaciones, las reses en canal colgandode los garfios, las colinas de especias y las torres de frascos yconservas,

todos los sabores y los colores, todos los olores ytodas las materias, la marea de las voces agua, metal, madera, barro,el trajín, el regateo y el trapicheo desde el comienzo de losdías,

hablo de los edificios de cantería y demármol, de cemento, vidrio, hierro, del gentío en losvestíbulos y portales, de los elevadores que suben y bajan comoel mercurio en los termómetros,

de los bancos y sus consejos deadministración, de las fábricas y sus gerentes, de losobreros y sus máquinas incestuosas,

hablo del desfile inmemorial de laprostitución por calles largas como el deseo y como elaburrimiento,

del ir y venir de los autos, espejo de nuestrosafanes, quehaceres y pasiones (¿por qué, para qué,hacia dónde?),

de los hospitales siempre repletos y en los quesiempre morimos solos,

hablo de la penumbra de ciertas iglesias y de lasllamas titubeantes de los cirios en los altares,

tímidas lenguas con las que los desamparadoshablan con los santos y con las vírgenes en un lenguaje ardientey entrecortado,

hablo de la cena bajo la luz tuerta en la mesa cojay los platos desportillados,

de las tribus inocentes que acampan en losbaldíos con sus mujeres y sus hijos, sus animales y susespectros,

de las ratas en el albañal y de los gorrionesvalientes que anidan en los alambres, en las cornisas y en losárboles martirizados,

de los gatos contemplativos y de sus novelaslibertinas a la luz de la luna, diosa cruel de las azoteas,

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