LA ESCUELA QUE QUEREMOS: PLANEACIÓN

Cómo hacer la escuela que queremos: La planeación

Cuaderno de Educación no. 6 – Publicado en enero de 1995

Este texto forma parte del proceso de revisión y profundización del Cuaderno de Educación No. 1: “Cómo hacer la escuela que queremos”, editado por el MST en 1992. En aquel cuaderno tratamos el problema de la planeación escolar junto con otros temas sobre el cómo hacer nuestra escuela diferente, adecuada a los desafíos de los asentamientos, y del conjunto de la lucha por la Reforma Agraria.

Poco a poco, conforme vamos avanzando en las experiencias y profundizando la reflexión sobre nuestra práctica, estamos retomando cada una de las cuestiones presentadas en aquel primer texto, con el propósito de discutir mejor y detallar más el cómo hacer, en la práctica, cada una de ellas.

Así, el Boletín de Educación No. 4, “Escuela, Trabajo y Cooperación”, editado en mayo de 1994, profundizó y detalló la cuestión específica de cómo hacer la relación entre escuela y trabajo. Y ahora este cuaderno tratará el asunto de la planeación colectiva en la escuela. La idea es que en un próximo texto se trate específicamente el problema de la metodología de la enseñanza, yendo más a fondo en la propuesta del trabajo con Temas Generadores y también abordando el cómo trabajar la dimensión de la capacitación en la escuela. Otro texto incluso deberá enfrentar la polémica cuestión de la evaluación. Con estos desarrollos, y con la socialización de las experiencias que nos vienen dando certezas, pensamos que podemos avanzar en el entendimiento de nuestra práctica. Necesitamos demostrar que nuestro sueño de una escuela diferente es posible de realizarse en la práctica. En un proceso colectivo, de estudio y reflexión permanente sobre lo que estamos haciendo y sobre lo que pretendemos llegar a hacer…

Desentrañar el problema de la planeación en la escuela es el objetivo central del texto. Porque, según las lecciones de nuestra práctica, la planeación es uno de los problemas centrales en el cómo hacer la escuela que queremos. Ella tiene que ver con un pensar más estratégico el problema de la educación. El qué y sobre qué planear, cómo, cuándo, con quién… Cómo garantizar la verdadera participación colectiva en la escuela a través de la planeación. Cómo planear las clases para garantizar que ellas sean coherentes con los principios pedagógicos que defendemos. Es por ahí que vamos a desarrollar este texto.

En esta reflexión sobre la planeación escolar partimos más directamente de la realidad de las escuelas primarias. Porque son la mayoría con los cuales trabaja actualmente el Sector de Educación. Sin embargo nos gustaría resaltar que esta propuesta también es válida para las escuelas secundarias de los asentamientos, tal vez haciendo algunas adaptaciones en lo que se refiere a la planeación de las clases. Convocamos a que los compañeros y compañeras contribuyan prosiguiendo en este desafío de la recreación…

¡Ocupar, resistir y producir también en la educación!

Porto Alegre, enero de 1995

Índice

Presentación

Parte 1: ¿Qué es la planeación y cuál es su importancia?

Parte 2: ¿En la escuela, sobre qué planear?

Parte 3: Planeación colectiva: ¿Quién decide sobre qué?

Parte 4: Planeación global de la escuela: ¿Cuáles son los pasos?

Parte 5: Planeación anual de la escuela: ¿En qué consiste?

Parte 6: Planeación de las clases: ¿Cómo hacer?

- Síntesis del recorrido

- Bibliografía de apoyo

- Anexos

I – Ejemplo de esquema para un DIAGNÓSTICO de la realidad de los asentamientos.

II.- Ejemplo de planeación de clases

III – Sugerencias de contenidos básicos por área para la enseñanza de educación primaria.

PARTE 1: QUÉ ES LA PLANEACIÓN Y CUÁL ES SU IMPORTANCIA.

Planear es pensar antes de hacer. Es anticipar en el pensamiento (y en el papel) los pasos de una acción. Es ir reflexionando sobre cada paso y preparando el siguiente.

Pensar sobre el hacer es, básicamente, tomar decisiones sobre este hacer. La planeación es, entonces, un proceso (también de acción) de toma de decisiones sobre determinada acción.

La planeación es una actividad esencialmente humana. Solamente los seres humanos son capaces de prever una acción antes de realizarla. El objetivo de planear es garantizar que los resultados de la acción sean los esperados. Y que el proceso sea de la máxima calidad.

En cualquier tipo de actividad humana la planeación es importante. Algunas veces el proceso de planeación es informal, rápido, y no llega a plasmarse en el papel: cuando planeamos cómo vamos a hacer la limpieza de nuestra casa, por ejemplo, o cuando establecemos algunos pasos para conquistar al novio o a la novia… En este caso, el “plan de acción” queda sólo en la cabeza, ayudando a organizar la acción. En otras dimensiones el proceso de planeación puede ser más complejo, involucrando investigación, cálculos, registros y mucha discusión. Es el caso, por ejemplo, de la planeación económica de una empresa, la planeación de la próxima zafra agrícola en un asentamiento y también la planeación de las actividades de una escuela.

¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE PLANEACIÓN Y PLAN?

Este sólo es un detalle. Sin embargo puede tener algunas implicaciones importantes en el desarrollo de nuestro trabajo. Por ello es bueno aclarar la diferencia.

• Llamamos PLANEACIÓN al proceso de toma de decisiones sobre la acción. Proceso que en una planeación colectiva (que es nuestra meta), implica búsqueda de información, elaboración de propuestas, encuentros para la discusión, reuniones para la toma de decisiones, evaluación permanente…

• Llamamos PLAN al documento donde se registra por escrito, de acuerdo a un determinado esquema, las decisiones tomadas en el proceso de planeación. Se hace para ayudar a la memoria del proceso. Es el documento que se consulta durante la realización de la acción.

IMPORTANTE: No siempre el esquema que se utiliza para elaborar un PLAN es el mismo que se utiliza para desarrollar la discusión. El registro generalmente es posterior y es tarea de un equipo o persona.

Sea del tipo que fuera la acción podemos decir, de modo general, que la planeación implica los siguientes elementos (o decisiones):

• El por qué hacer: la justificación de la acción;

• El para qué hacer: lo que se espera o los objetivos de la acción;

• El qué hacer: los contenidos de la acción;

• El cómo hacer: la metodología;

• El con qué hacer: los recursos y de dónde obtenerlos;

• La forma de verificar si el hacer está dando resultado: la evaluación.

Sin embargo hay gente a la cual no le gusta planear. Y mucho menos escribir las decisiones.

Estas personas son del tipo auto-suficiente o egoísta. La persona auto-suficiente es aquella que piensa que sabe todo, que no necesita prepararse para nada porque en la hora “X” siempre va a saber qué hacer. Así, sin darse cuenta, el autosuficiente se vuelve un autoritario. Porque si planear es tomar decisiones, quien planea siempre se expone a las críticas, a las opiniones, que pueden incluso llevar a la persona a alterar el rumbo previsto para la acción. Quien no planea también decide; pero decide solo y a la hora en que está actuando. Esto quiere decir que no hay posibilidades para que otros participen; prevalece la idea o el impulso sólo de quien está al frente de la acción.

La persona egoísta (y también la perezosa) es aquella que busca trabajar lo menos posible. La ley que más respeta es la “ley del menor esfuerzo”. No le gusta la planeación porque ella le muestra claro lo que tiene que hacer. Y para quien siempre quiere estar “a la cola” no tener claro el qué hacer es la forma de continuar sin hacer nada.

Imagínese a un enfermo en un hospital, bajo los cuidados de un médico auto-suficiente, egoísta o perezoso… ¡¿Qué tal?!...

Pues sepa que el riesgo es tan grande como el provocado por un profesor o una profesora que entra al salón de clases sin haber planeado su trabajo: hace de sus alumnos “conejillos de indias”, metiendo los pies por las manos. ¡Un caos! Usted no es una persona de este tipo, ¿o sí?

Por otro lado, cuando la gente se acostumbra a planear las acciones, por mínimas que sean, después ya no puede vivir sin la planeación. Ésta se vuelve una actitud de vida. Significa tener humildad; poner racionalidad y creatividad en las cosas que se hacen.

Al contrario de lo que los auto-suficientes dicen, la creatividad y el sentimiento no forman parte de la improvisación, no se actúa sin pensar. Cuánto más planeada está una acción, mayores son las condiciones de inventarse cosas nuevas; y es más fácil alterar la acción, haciendo que el propio plan sea flexible y adecuado a las informaciones que el proceso permanente de evaluación va dando.

Por lo anterior, y este es un elemento importante, la planeación no puede ser una “camisa de fuerza”. Esta es una referencia para nuestra acción. Puede ser modificada siempre que la realidad presente situaciones nuevas y exija nuestra adecuación. Esto es lo que queremos decir con los planes flexibles…

Por todo esto es que se dice que en una buena planeación está

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