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LA INFLUENCIA DE LA CULTURA EN LA EDUCACIÓN


Enviado por   •  15 de Mayo de 2014  •  2.632 Palabras (11 Páginas)  •  452 Visitas

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LA INFLUENCIA DE LA CULTURA EN LA EDUCACIÓN

“Existe una necesidad evidente de una reconciliación entre las disciplinas que estudian la cultura y las que estudian la educación, pues los problemas reales que abruman a las escuelas en el presente no tienen sus raíces exclusivamente en la educación misma, sino que surgen de la dinámica del medio humano y social.”[1]

Los problemas educacionales que existen hoy y que han existido siempre, es un reflejo de la personalidad de cada individuo adquirida en su cultura, en este caso, los propios alumnos reflejan esa personalidad en el aula de clases donde a su vez se confrontan con otras diversas subculturas.

Evidentemente las disciplinas que estudian la conducta del hombre dejan muy en claro cómo es que desde esa perspectiva antropológica dichos problemas en la educación pueden ser remediados con la elaboración de objetivos más precisos y un mejor clima de aprendizaje, en torno a la confección del currículo.

Hilda cita a Spindler donde menciona que sería conveniente que la antropología sea incluida en el currículo de las ciencias sociales, en materias como economía, sociología e historia, ya que haría una contribución a la educación en general.

¿Pero, cuál es el concepto de cultura?, citando a las palabras de Hilda Taba:

“El concepto de cultura es un concepto

ntropológico básico […] finalmente, este concepto es algo que el hombre adquiere al vivir en sociedad: conoce la cultura a través de sus relaciones con las otras personas, por interacción e imitación.” [2]

Como lo menciona ella, es un concepto básico, ya que todos de alguna u otra forma lo entendemos de esa manera, aunque no precisamente se hable de una cultura en general ya que ella menciona, que si bien pertenecemos a una cultura, sólo en sociedades muy primitivas se podría hablar de una cultura tan arraigada a su modelo común de reglas, valores y demás que la caractericen, puesto que en estos tiempos ya no prevalecen esas culturas tan puras, sino que ahorita se podrían definir cómo subculturas con diferentes enfoques, y que por ende los valores inculcados en cada subcultura hace que la personalidad de esos individuos vayan variando con el paso de las generaciones y que éstas vayan buscando nuevos ideales, así mismo se sabe que cada miembro de su cultura define su realidad conforme a lo que en ella le enseñan mediante sus cultos religiosos, símbolos etc.

También nos menciona Hilda sobre las semejanzas entre los individuos de una cultura, ósea su personalidad, a lo cual yo afirmo que tiene razón en clasificar en estos estándares:

“Todo hombre es en ciertos aspectos a) como todos los hombres; b) como

algunos otros hombres; c) como ningún otro hombre.

Se parece a los demás en las cualidades biológicas generales, en que debe adaptarse a una condición de interdependencia con otros miembros de su sociedad y en que todos experimentan, tanto satisfacciones como privaciones.

Se parece a algunos otros hombres en que pertenece a la misma unidad sociocultural, se dedica a las mismas ocupaciones, es intelectual o atleta o pertenece a cierta raza.

No se parece a muchos, en muchos aspectos, a ningún otro hombre en sus manera de percibir, de sentir, de necesitar y comportarse como resultados de incontables y sucesivas interacciones entre su proceso de maduración y la cultura.”[3]

Si se partiera de estos estándares para la remediación de los problemas educacionales, la Psicología como ciencia de la conducta del hombre, ayudaría mucho al pedagogo o al profesor en el aula de clases ya que analizando un poco la personalidad de los alumnos con respecto a lo que menciona ella en el inciso a), se podría percibir cuales son las distintas personalidades de los alumnos de forma un poco generalizada basándose en los principios de su cultura, desde los principios únicos del individuo hasta lo universalmente compartido, como ella lo menciona, y a partir de los resultados de ese análisis determinar los ambientes propicios para

que puedan aprender en un rango mayor, tal vez suene un poco complicado pero si se pudiese concretar en los métodos para elaborar el currículo sería de suma importancia.

El individuo, o en este caso el alumno, tiene valores de su propia cultura y así mismo tiene una sensibilidad cómo lo menciona Hilda:

“En algún sentido la personalidad culturalmente estandarizada representa una sensibilidad también culturalmente estandarizada.

Las características de las reacciones aprendidas socialmente determinan en grado considerable a qué estímulos responde el individuo, qué significados les da y cuáles son las consecuencias que involucran.”[4]

Ésta sensibilidad podría aprovecharse para saber qué estímulos son los apropiados para el aprendizaje, y a su vez, saber qué impacto tiene en la solución de los problemas del currículo de una manera más profunda, a mi parecer está sensibilidad se demuestra a diario en el aula de clases y se puede observar en las distintas actividades escolares, como lo dice Hilda, el alumno va a responder a los distintos estímulos, en este caso las actividades escolares, y lo que en ellas aprenda lo va a interpretar según su cultura y así mismo lo pondrá en práctica sí en verdad le resultó interesante para aplicarlo en su propia personalidad, pienso que esas son las consecuencias qué Hilda

menciona, aunque podría verse afectado porque también dichas actividades de alguna manera, implícitamente, podrían atentar contra su propia personalidad del alumno tomando en cuenta que esas actividades las puede tomar como correctas o erróneas.

Un asunto que cabe la pena mencionar es que, muchas veces el profesor asegura que el alumno cuando entra a un nueva etapa escolar trae consigo ciertas particularidades en su personalidad aprendidas en la etapa que acabó de concluir, lo cual imposibilita el nuevo aprendizaje, Anna Freud menciona en su libro “Introducción al Psicoanálisis para Educadores” que un niño no llega “en blanco”[5] a las escuelas, inclusive si fuera al primer año de preescolar, ya que las experiencias en sus primeros años de vida ya han tenido un impacto determinante en la formación de su personalidad, y relacionándolo sobre lo que menciona Hilda de que cada individuo tiene distintas formas de pensar y de sentir podríamos decir qué no necesariamente se tiene que echarle la culpa al año anterior de su educación, sino que efectivamente las primeras experiencias de vida y la primera educación de los padres, ya han marcado muy hondamente la personalidad de ese niño

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