La Filosofía de Rousseau

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Rousseau pensó en la civilización en términos de un modelo degenerado. La historia de la humanidad ha evolucionado desde un estado de naturaleza idílico hasta una civilización corrupta del Antiguo Régimen. Para Rousseau, sin embargo, el estado de naturaleza no es algo histórico, sino una "técnica", una "construcción mental" o una hipótesis factible. Se trataría de imaginar cómo sería la vida humana fuera de cualquier sociedad organizada y cualquier concepto de estado. Rosso cree que las personas en estado de naturaleza nacen inocentes, solitarias, libres e independientes. El apareamiento ocurre en encuentros casuales y el vínculo madre-hijo dura hasta que el bebé es capaz de valerse por sí mismo. La gente vive en el presente y no tiene concepto del futuro. Su principal preocupación es la autoconservación y la supervivencia. Son egocéntricos, pero su egocentrismo se equilibra con su "empatía natural": espontáneamente sienten empatía por la situación de los demás. En el estado de naturaleza, los deseos humanos están en consonancia con sus necesidades naturales y, por tanto, son limitados, simples y fáciles de satisfacer. Las desigualdades físicas como la edad o la fuerza física existen, pero dada la sencillez de las necesidades, la independencia del individuo y la abundancia de bienes, estas desigualdades no son objeto de competencia y, por tanto, no son determinantes de la supervivencia.

Origen de la Sociedad.

 A medida que las especies se multiplicaron, los bienes escasearon y los individuos se vieron obligados a cooperar entre sí. Así se forma una sociedad primitiva, la convivencia conduce al "lenguaje" ya la "comparación" con los demás. Luego vino la metalurgia y la agricultura. Con ellos la acumulación de poder y riqueza, y la acumulación de propiedad privada. Pero la propiedad privada asegura la desigualdad porque algunas personas pronto tendrán más que otras. El que tiene mucho quiere más y el que tiene menos añora las cosas que más tienen. De esta forma, el individuo pasa del "sano amor propio" al "egoísmo", de la simpatía natural por los demás, al odio y la envidia. Se produce un conflicto violento entre los hombres. Pero la violencia y la incertidumbre no son sostenibles. Por acuerdo o contrato, los individuos ceden sus derechos naturales a favor del Estado. A cambio, el Estado promete "garantizar" la paz social. Es decir, trabaja para preservar el "orden social" existente, pero para prevenir el conflicto. Sin embargo, Rousseau creía que este "orden" era absolutamente "injusto" porque se basaba en la "desigualdad". La desigualdad es el resultado de la propiedad privada, ahora legitimada por la ley y asegurada por el poder político a través de la fuerza.

Crítica del Progreso.

Rousseau argumentó que, a diferencia de otros filósofos de la Ilustración, el progreso científico y técnico no ha conducido al progreso moral, es decir, no nos hace mejores ni más felices; por el contrario, creó la corrupción personal. Esto se debe a que los orígenes de la ciencia y el arte son la codicia, el orgullo y el deseo de dominar. Así que la carga es el verdadero motor de la ciencia. La ambición y la mentira en los oradores producían elocuencia, la codicia en los comerciantes producía la aritmética, la superstición producía la astronomía... El resultado fue una sociedad artificial e hipócrita llena de absurdas costumbres y desigualdades. En este punto, la realización de una sociedad justa no puede consistir en un retorno al estado de naturaleza (que es del todo imposible, sobre todo porque históricamente no existió), sino en una nueva educación y una nueva configuración social. Programa Núcleo de Rousseau: por un lado, educativo (un sano retorno a la naturaleza que restablece la autonomía individual) y por otro político (un nuevo contrato social).

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