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La sinrazón de la eutanasia

ulia-2017Ensayo12 de Mayo de 2017

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LA SINRAZÓN DE LA EUTANASIA

Abordar el tema de la eutanasia, requiere de un análisis profundo, que permita comprender y actuar en favor de la persona que vive esta experiencia. Es por ello, que en esta monografía, se tratarán puntos que induzcan a esta materia tan delicada, que tiene como objetivo atentar contra la vida humana.

  1. Concepto

De inicio, la palabra eutanasia proviene del griego “eu”, que significa “bien”, y de “thanatos”, que significa “muerte”; es decir; morir bien o buena muerte. Resulta imperativo, para una reflexión válida en torno a la eutanasia, definir inequívocamente la terminología de los conceptos usados al hablar de ella, pues de estos errores, ya sea la falta de claridad o la tergiversación de palabras truncadas, se desprende un oscurecimiento de conciencia, que provoca la falta de precisión entre conductas correctas y conductas contrarias a la ética.

Entre las definiciones que existen del significado de eutanasia, se puede ver una diferencia entre aquellas en las que se le da un tinte compasivo y las que no, razón por la que en  ocasiones se confunde la sociedad, pues el ser humano tiende a ser compasivo por naturaleza; éste escenario se encuentra fácilmente en el diccionario de la Real Academia Española[1], donde se nota la compasión en la segunda definición que presenta:

  1. f. Intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura.
  2. f. Med. Muerte sin sufrimiento físico.

Sin embargo, para los profesionales de la salud, que son los directamente involucrados, esta claridad de conceptos está presente en los textos deontológicos más importantes, como lo es La Declaración de Asociación Médica Mundial sobre Eutanasia:[2] “La eutanasia, es decir, el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares, es contraria a la ética. Ello no impide al médico respetar el deseo del paciente de dejar que el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase terminal de su enfermedad”.

Actualmente, la Asociación Médica Mundial, notando que la práctica de la eutanasia ha sido autorizada por ley en algunos países, reafirma su firme convencimiento de que la eutanasia entra en conflicto con los principios éticos básicos de la práctica médica e insta enfáticamente a todos los médicos y asociaciones médicas, a no participar en la eutanasia, incluso si está permitida por la legislación nacional o despenalizada bajo ciertas condiciones.

Comprendiendo la importancia de esta claridad conceptual, la Comisión Central de Deontología en España, en su declaración sobre la Eutanasia, dice: "En los medios de opinión se emplean con frecuencia las expresiones "ayudar a morir" o "muerte digna". Tales expresiones son confusas, pues, aunque tienen una apariencia aceptable, esconden con frecuencia actitudes contrarias a la ética médica y tienden a borrar la frontera que debe separar la asistencia médica al moribundo de la eutanasia. La asistencia médica al moribundo es uno de los más importantes y nobles deberes profesionales del médico, mientras que la eutanasia es la destrucción deliberada de una vida humana que, aunque se realizara a petición de la víctima o por motivos de piedad en el que la ejecutara, no deja de ser un crimen que repugna profundamente a la vocación médica sincera"[3]

Partiendo de esta claridad, definitivamente en mi opinión, no encuentro argumentos a favor de la eutanasia, sin embargo en México, aunque están los Códigos del Paciente y del Médico de La Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED), que es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud, La Comisión Nacional de Bioética también de la Secretaría de Salud, así como los códigos de cada asociación, hospital, clínicas, academias , Colegios Médicos, etc. la realidad es que por lo general, estas instancias optan por proteger a los médicos. Por otra parte, también existe la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la cual tiene claro que la eutanasia es un homicidio, pero ésta sólo tiene facultades de emitir recomendaciones, más no de sancionar,  por lo que los pacientes o sus familiares, requieren de acudir a los jueces ordinarios para juzgar los contenciosos médicos; de tal forma que es el poder judicial el que prevalece.

  1. Situación actual en México

En la actualidad, la eutanasia no está permitida en México; así lo establece el artículo 312 del Código Penal: El que prestare auxilio o indujere a otro para que se suicide, será castigado con la pena de uno a cinco años de prisión; si se lo prestare hasta el punto de ejecutar él mismo la muerte, la prisión será de cuatro a doce años. Y el Artículo 313: Si el occiso o suicida fuere menor de edad o padeciere alguna de las formas de enajenación mental, se aplicarán al homicida o instigador las sanciones señaladas al homicidio calificado o a las lesiones calificadas.[4]

Sin embargo, desde el año 2009, la ley permite que un adulto enfermo terminal pueda solicitar por escrito ante dos testigos, que desea dejar de recibir un tratamiento que alargue su vida. "El objetivo es que los pacientes terminales tengan derecho a pedir la suspensión de su tratamiento", dijo el presidente de la comisión de Salud, el senador Ernesto Saro Boardman, al hablar a favor del dictamen. Y afirmó que todo tratamiento que pretenda prolongar inútilmente la vida del enfermo se conoce como "ensañamiento terapéutico".[5]

A la fecha, existe la propuesta para que se despenalice y regule la eutanasia activa, petición que realiza el  diputado Fernando Belaunzarán Méndez, según él, con el objetivo de que los enfermos terminales puedan decidir soberanamente si prolongan o no su agonía ante sufrimientos insoportables. Argumenta que tal principio debe ser reconocido en favor de quienes estén en fase terminal y deseen ponerse en manos de un profesional médico para poner fin a su vida en condiciones dignas porque ya cualquier procedimiento curativo es inútil y vivir les es tan doloroso que sólo les produce sufrimiento insoportable.[6]

Además, el cineasta mexicano Michel Franco, espera reabrir con el nuevo filme “Chronic: El último paciente”, ganadora de Mejor Guion en el Festival de Cannes 2015 y nominada a la Palma de Oro, el debate sobre la eutanasia en México. El cineasta se pronunció a favor de regular esta práctica, al considerar que los pacientes deben tener la posibilidad de decidir hasta el final. “La película pone el tema sobre la mesa, yo quisiera que fuera mucho más discutido en México, creo que en ese sentido estamos un poco atrás”, señaló.[7]

Sin embargo, tener una clara percepción de lo que son la eutanasia y la muerte con dignidad, hace la diferencia de cuando abstenerse de prestar cuidados médicos a un paciente es una iniquidad y cuando una acción correcta. Por eso, la urgencia imprescindible de hacer del conocimiento de la sociedad y los legisladores, la claridad de esta línea divisora tan delgada y sutil, con argumentos claros y razonados, para que en realidad se alcance a tener una muerte digna. Pues los casos extremos y la autonomía personal, que suelen ser indicados en los argumentos  pro-eutanasia, no deben generar leyes injustas, que confrontan el deseo individual con el deber inexcusable de proteger la vida.

  1. El fenómeno de la eutanasia.

La experiencia que muestra Holanda, el primer país en legalizar la eutanasia activa, es una lamentable e insospechada deshumanización de la medicina. Por esta razón lo que ocurre en Holanda, Bélgica y Luxemburgo, donde ya se despenalizó la eutanasia, así como lo que ocurre en Suiza y en el estado de Oregón, EU donde se permite el suicidio asistido, debiera darnos una idea de su repercusión social, con la finalidad de analizar lo que supone la legalización de la eutanasia para la vida de una sociedad.

Los holandeses han aceptado mayoritariamente la eutanasia voluntaria como una loable manifestación de la libertad individual; pero también acepta igualmente la eutanasia involuntaria y la denegación de cuidados que pudieran salvar la vida, cuando se aplican a pacientes terminales, a sujetos con graves deficiencias, a ancianos o a ciertos enfermos sin familia.  

Esta situación manifiesta una pérdida de valores, los que implica el abandono del médico a su responsabilidad de científico y protector compasivo de la vida, por la comodidad que presenta la facilidad de aplicar la muerte; ya que la indicación puramente intuitiva de la eutanasia simplifica el trabajo del médico, provocando un desinterés por la toma de la historia clínica, la ejecución de la exploración y el rigor del juicio diagnóstico, favoreciendo la comisión de errores y el desarrollo de una actitud intelectual negligente.

La eutanasia está dejando de ser una opción de la medicina para pasar a sustituirla, socavando la confianza del paciente en el médico, el cual por ningún motivo le puede causar daño deliberado. En Holanda es creciente el número de pacientes con actitudes de miedo, sospecha o desconfianza para el médico, se abstienen de acudir a la consulta o no toman los medicamentos recetados; y aunque son muchos los que llevan su "tarjeta de crédito para la muerte dulce", también crece, especialmente entre los ancianos, los que llevan una "declaración de deseo de vivir y de ser tratado médicamente en caso de enfermedad o accidente"[8].

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