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MIMESIS, MITOLOGÍA Y FILOSOFÍA

AlexaSerolf10 de Junio de 2015

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AGRADECIMIENTOS

A mis padres. Su amor incondicional inspira mi vida y permanece como ejemplo de dichosa entrega, de servicio y perdón en el amor, de trabajo a favor del bien y la paz. A mi hermano, a quien tanto amo y admiro. Junto a ustedes he descubierto la gran maravilla que es el mundo y, en nuestros juegos, aprendí, y aún lo hago, a vivir, gracias por apoyarme y dejar a un lado sus metas por dármelo todo para que yo cumpla las mías, por ustedes estoy aquí y por ustedes seré quien debo ser, y lo que logre en el futuro es para ustedes.

A dos grandes amigos míos que me han acompañado a los largo de tres semestres y me han motivado a ser mejor y luchar por mis sueños y metas en la vida, sin olvidar a esos grandes compañeros que se quedaron en el camino de la vida y hoy no nos acompañan, incluyendo al perro aguayo que sea feliz.

A mis maestros, de quienes no solamente aprendí métodos de investigación y análisis, sino la fidelidad en el amor a la verdad y luchar sin dejar que otros me hagan menos a lado de sus metas.

A el Colegio de Bachilleres que sin ser el mejor, me llevó muchas buenas experiencias de él y que después de todo lo vivido ahí, lo extrañaré y lo llevaré en el corazón hasta el día de mi muerte, por tan bella etapa de mi vida.

A mi novia Laura Silva, que me ha acompañado en estas últimas semanas y ha compartido conmigo risas, enojos y demás, pero a pesar de todo eso; ella es un mujer increíble que me ha conquistado como nunca creí que alguien lo fuera a hacer, gracias a ella por darle un sentido a mis días ya que por ella haré todo para verla con esa sonrisa y esa mirada que tanto me ha enamorado y lo sigue haciendo cada momento, debe saber que la quiero mucho.

ÍNDICE

Introducción……………………………………………………………….….…….1

CAPÍTULO I……………………………………………………………..………….2, 3, 4

l.1.1 La filosofía como un saber derivado del religioso…………………………5

l.1.2 La racionalidad mítica frente a la filosófica……………………………….5, 6

CAPÍTULO II……………………………………………………...…………………7, 8, 9

ll.1 El saber del mito………………………………………………………………….

CAPÍTULO 3……………………………………………………….………...…….10, 11

lll.1.1 La Teoría Mimética en la obra de René Girard: de una teoría general del deseo a una teología natural………………………………………………………11

III.1.2. La no originalidad del deseo………………………………………...……. 12, 13

Bibliografias………………………………………………………………..………..14

INTRODUCCIÓN

Introducción a la teoría mimética Acaso valga la pena comenzar a hablar de la teoría mimética haciendo un primer análisis, aunque sea breve, de la propia expresión “teoría mimética”, para obviar lo más evidente y luego proceder desde ahí hacia un desarrollo más amplio. En primer lugar, llama la atención cómo Girard ha decidido llamarle al saber que reclama haber descubierto: “teoría”. Ello evidencia, de inmediato, la pretensión de cientificidad de su discurso. Se presenta como un conocimiento fijo, estable y cierto de las cosas, acerca de lo que les es más esencial, y a las que explica por sus causas. La teoría mimética, como la ha elaborado René Girard versa acerca de la mimesis como marco explicativo de los fenómenos del deseo relacionados con la violencia. Y ello se refiere a que la singularidad de esta teoría radica en la postulación del deseo en tanto que mimético, en oposición a cierta comprensión romántica del deseo como autónomo. Aunque solemos estar seguros de que nuestros deseos son nuestros, sin embargo, nada hay más falso, de acuerdo con la posición de Girard, que esta seguridad que tenemos sobre la procedencia de nuestros deseos. Hete aquí que mi propio deseo no es propiamente mío, sino del vecino: del prójimo a quien convertí en modelo de mis deseos. Es decir: del otro con quien guardo una relación: a quien imito. Este supuesto atraviesa todo el corpus girardiano y arroja luz sobre cualesquiera fenómenos relacionados de alguna manera con el deseo. Ahora intentemos caracterizar la obra de René Girard. A lo largo de su obra, ha expuesto los principales rasgos de una teoría general del deseo, por un lado, y de una teodicea, por otro, al insistir en la investigación de dos nociones: “mimetismo” y “chivo expiatorio”. Para Girard, ambas están íntimamente relacionadas entre sí y con la condición humana, y operan en teoría mimética como un fulcro que permite atender a una amplísima serie de fenómenos sociales y personales ––en realidad: a cualquier fenómeno social o personal.

CAPÍTULO I

MIMESIS, MITOLOGÍA Y FILOSOFÍA

MIMESIS, MITOLOGÍA Y FILOSOFÍA

¿Cómo es posible que todas las generaciones humanas hayan acudido al sacrificio (también humano)? ¿Cómo es posible que aún hoy seamos ciegos a la multitud de formas en las que nos sacrificamos unos a otros? En su Breve tratado sobre el sacrificio, De Maistre se hace las mismas preguntas que Girard en su obra y yo aquí: ¿cómo es posible que creamos en los sacrificios? Su eficacia, muchas veces comprobada, cada vez es menor. Tal vez a causa de la convicción que tenemos sobre nuestra culpabilidad:

Tal fue la creencia antigua, y tal es todavía, bajo diferentes formas, la creencia universal. Los hombres primitivos, de los que el género humano en su conjunto ha recibido sus opiniones fundamentales, se creyeron culpables: todas las instituciones generales se basaron en ese dogma, de manera que los hombres de todos los siglos no han dejado de reconocer la degradación primitiva y universal, y de decir como nosotros, aunque de manera menos explícita: nuestras madres nos concibieron en pecado.Como veremos adelante, Girard le concede razón a tal seguridad: es cierto que el mecanismo sacrificial es fundamental para la Historia.

Le debemos mucho más de lo que nos haría sentir cómodos. Incluso es cierto que aún necesitamos, para subsistir como especie, lo mismo que nuestros antepasados, de los sacrificios. Es más: “según Girard, el motor de todo nuestro saber, de toda nuestra ciencia y de toda nuestra tecnología, es el sacrificio” Los dioses de las religiones arcaicas son simultáneamente buenos y malos, causantes de la dicha y el espanto.

Reúnen en sí aspectos diabólicos y angélicos. Lo divino arcaico está presente en los relatos mitológicos de buena parte de los mitos primitivos. Conforme los mitos pierden su fuerza, con el paso del tiempo, y la comunidad que los admite se desarrolla, llega un punto en el que no parece admisible la ambigüedad moral de los dioses, lo que suscita una crítica de los mitos y la distinción de los aspectos buenos y los malos, que se atribuyen a demonios y ángeles, a dioses buenos y malos.

Para mostrar este proceso crítico, nos valemos de la expulsión de los poetas de la república platónica, exposición que también nos ayudará a abordar las relaciones entre los mitos y la filosofía, como una forma deracionalidad derivada y deudora de la que representan los mitos, pero crítica respecto de ésta.Si, como Girard sostiene, todos nuestros saberes proceden de los sacrificios, y los relatos mitológicos son los relatos sobre la fundación de nuestras comunidades en sacrificios, los mitos resultan una exposición de nuestros saberes más originales, de los que tal vez podamos aprehender su forma.

En este primer capítulo intentaremos rastrear una de la hipótesis de la teoría mimética, a saber: que todo saber es derivado del saber sobre los sacrificios, humanos y animales, que las comunidades humanas han realizado a través de los tiempos. Aparentemente, ha sido en torno a los sacrificios que nuestra raza ha aprendido, en el camino tan largo como se quiera que va del homo al hombre, las habilidades precisas para hacer música, para desarrollar el lenguaje, para organizar la sociedad.

Si esto es cierto, entonces todo saber, también el filosófico, ha derivado de un saber de naturaleza religiosa. Aunque el saber propio de la filosofía tiene unas exigencias muy claras de cierta autonomía respecto de las explicaciones propias del saber religioso, ello no significa por lo pronto que se trate de saberes contrarios, sino solamente distintos. Las relaciones entre la filosofía y la religión son estrechas y hay, ya desde el inicio de la filosofía, un ir y venir de la filosofía a la religión y viceversa. Para rastrear la validez de esta hipótesis, en este primer capítulo intentaremos reconstruir y entender, a la luz de la polémica sobre la mimesis que inauguraron Platón y Aristóteles.

l.1.1 La filosofía como un saber derivado del religioso.

Es evidente la admiración que tanto Platón como Aristóteles sienten por los relatos mitológicos, y aún la enorme deuda que con ellos tienen. Nada menos, por ejemplo, la doctrina platónica sobre la inmortalidad del alma y su dualismo son herencia de su concepción religiosa del mundo.

En su Aristóteles, Werner Jaeger deja una clara constancia de las relaciones entre el la mitología,

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