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Modelo Ecologico

grislalo28 de Agosto de 2013

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RESUMEN

Este estudio pone a prueba un modelo ecológico como marco teórico explicativo de la antisocialidad juvenil. 204 jóvenes mexicanos que cursaban la educación secundaria o preparatoria contestaron un cuestionario con preguntas acerca de la violencia intrafamiliar, su conducta antisocial, la ingesta de alcohol de sus madres, los problemas de conducta escolar, algunas características del ambiente familiar, escolar y del barrio y las actitudes acerca de la violencia. Los datos fueron analizados a través de un modelo estructural en el cual las variables investigadas constituyeron factores e índices que representaban a los niveles de la teoría ecológica. Los resultados mostraron que el microsistema tuvo un efecto directo en la conducta antisocial de los menores, el exosistema mostró un efecto también directo en el microsistema y por lo tanto uno indirecto en la conducta antisocial de los menores, y el macrosistema tuvo un efecto directo en el exosistema y uno indirecto en la antisocialidad de los jóvenes. Lo anterior parece respaldar el modelo ecológico, como explicación coherente de la conducta antisocial en los menores.

Palabras clave: conducta antisocial, jóvenes, modelo ecológico, ecuaciones estructurales.

ABSTRACT

The aim of this research was to test an ecological model as explanation of juvenile delinquency. 204 Mexican students of junior and high school answered a questionnaire containing questions about family violence, antisocial behavior, child abuse, mother and father alcohol consumption, as well as some family, school, and neighborhood environmental characteristics. Observed variables constituted factors and indexes that represented the ecological theory. Structural equation modeling was used to analyze data. Results showed that the microsystem had a direct effect on antisocial behavior of youths, the exosystem had also a direct effect on the microsystem and an indirect effect on antisocial behavior, while the macrosystem had a direct effect on the exosystem and an indirect effect on antisocial behavior. These results seem to support the ecological model as an appropriate explanation of juvenile antisocial behavior.

Key words: antisocial behavior, juveniles, ecological model, structural equations.

La delincuencia juvenil y las conductas antisociales en menores son problemas complejos que atraen la atención de la sociedad por sus manifestaciones cada vez más frecuentes y violentas. En México fueron arrestados 58,720 menores en el año de 1997 y 56,448 en 1998 (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, INEGI, 1998). Estos indicadores representan únicamente los de los menores que fueron internados en los centros de atención por algún delito grave, pero el número de menores denunciados por alguna infracción es mucho mayor que el de los internados (únicamente entre el 10% al 15% son internados). Por ejemplo en la ciudad de Hermosillo, en el estado norteño de Sonora, de 300 denuncias que se recibieron en la policía en el mes de enero del 2000, únicamente 50 fueron turnadas al Consejo Tutelar para Menores. De éstos únicamente 31 fueron detenidos; el resto de los menores fue amonestado o fueron entregados en custodia familiar. Esto demuestra que los datos del INEGI no constituyen una aproximación real a la magnitud del problema, ya que la institución procesa únicamente la información proveniente de los menores que fueron arrestados o detenidos en algún Consejo o tribunal.

De acuerdo con las estadísticas del gobierno, en el estado de Sonora en 1996 se arrestaron 14, 355 jóvenes entre los 11 y los 18 años, quienes fueron consignados en los tribunales para menores. Estos representan el 6% de la población total de jóvenes en esa entidad (Gobierno del Estado de Sonora, 1998). En el año de 1997 se atendieron 13,833 menores en las delegaciones y/o representaciones del Consejo Tutelar para Menores (Gobierno del Estado de Sonora, 1998). En cuanto a la atención externa, se dio servicio a 22,491 menores en 1997 (Gobierno del Estado de Sonora, 1998). En total fueron atendidos 36,321 menores, los que conforman el 15% de la población total de éstos. Los datos no consideran a los menores que fueron denunciados y entregados a sus padres después de recibir una amonestación, quienes constituyen la mayor parte de los jóvenes infractores. Lo anterior mostraría que un gran porcentaje de la población juvenil (quizá entre el 15% y el 30%) en México se involucra en actividades criminales y esto constituye una preocupación que requiere la comprensión de los determinantes de la antisocialidad juvenil.

Teorías explicativas

Diversas teorías se han cuestionado el origen de la violencia en los humanos. Los filósofos y los investigadores debaten acerca de la naturaleza "noble" o "salvaje" de las personas (Freud, 1930; Lorenz, 1966). Freud y otros psicoanalistas aseguran que la agresión es el producto de un primitivo y poderoso deseo por la muerte al cual ellos llaman Tánatos. Lorenz (1966) argumenta que la violencia es instintiva. Sin embargo, los estudios científicos actuales reportan que las causas de la violencia son múltiples y éstas incluyen factores biológicos, fisiológicos, conductuales, sociales, económicos y políticos (American Psychological Association's Comission on Youth Violence, 1993; National Research Council, 1993; Ollendick, 1996).

Lerner y Galambos (1998) plantean que, de manera consistente con las condiciones individuales y las contextuales, existen factores centrales básicos en la génesis y en el desarrollo de las conductas de riesgo de la criminalidad, sobre las cuales se puede trabajar en prevención. Estos comprenden tres factores individuales y tres contextuales: 1) la edad (la iniciación temprana en una conducta de riesgo en la adolescencia); 2) las expectativas respecto de la escuela y de las calificaciones escolares; 3) conducta(s) general(es), tales como acciones inapropiadas; 4) observar influencias antisociales, ya que muchas veces más allá de los factores individuales los factores contextuales son los que conducen a la generación de conductas de riesgo; 5) las influencias de los padres, particularmente sus estilos autoritarios o permisivos; y 6) las influencias del vecindario.

El modelo ecológico

Bronfenbrenner (1987) propone una perspectiva ecológica del desarrollo de la conducta humana. Esta perspectiva concibe al ambiente ecológico como un conjunto de estructuras seriadas y estructuradas en diferentes niveles, en donde cada uno de esos niveles contiene al otro. Bronfenbrenner denomina a esos niveles el microsistema, el mesosistema, el exosistema y el macrosistema. El microsistema constituye el nivel más inmediato en el que se desarrolla el individuo (usualmente la familia); el mesosistema comprende las interrelaciones de dos o más entornos en los que la persona en desarrollo participa activamente; al exosistema lo integran contextos más amplios que no incluyen a la persona como sujeto activo; finalmente, al macrosistema lo configuran la cultura y la subcultura en la que se desenvuelve la persona y todos los individuos de su sociedad. Bronfenbrenner (1987) argumenta que la capacidad de formación de un sistema depende de la existencia de las interconexiones sociales entre ese sistema y otros. Todos los niveles del modelo ecológico propuesto dependen unos de otros y, por lo tanto, se requiere de una participación conjunta de los diferentes contextos y de una comunicación entre ellos.

Bronfenbrenner y Ceci (1994) han modificado su teoría original y plantean una nueva concepción del desarrollo humano en su teoría bio-ecológica. Dentro de esta teoría, el desarrollo es concebido como un fenómeno de continuidad y cambio de las características bio-psicológicas de los seres humanos, tanto de los grupos como de los individuos. El elemento crítico de este modelo es la experiencia que incluye no sólo las propiedades objetivas sino también las que son subjetivamente experimentadas por las personas que viven en ese ambiente. Bronfenbrenner y Ceci (1994) argumentan que, en el transcurso de la vida, el desarrollo toma lugar a través de procesos cada vez más complejos en un activo organismo bio-psicológico. Por lo tanto el desarrollo es un proceso que deriva de las características de las personas (incluyendo las genéticas) y del ambiente, tanto el inmediato como el remoto y dentro de una continuidad de cambios que ocurren en éste a través del tiempo. El modelo teórico es referido como un modelo Proceso-Persona-Contexto-Tiempo (PPCT).

Belsky (1980) retomó el modelo original de Bronfenbrenner y lo aplicó al abuso infantil. En la aplicación de Belsky, la familia representaba al microsistema; y el autor argumentaba que en este nivel más interno del modelo se localiza el entorno más inmediato y reducido al que tiene acceso el individuo. El microsistema refiere las relaciones más próximas de la persona y la familia, es el escenario que conforma este contexto inmediato. Éste puede funcionar como un contexto efectivo y positivo de desarrollo humano o puede desempeñar un papel destructivo o disruptor de este desarrollo (Bronfenbrenner, 1987). El mundo de trabajo, el vecindario, las relaciones sociales informales y los servicios constiturían al exosistema, y los valores culturales y los sistemas de creencias se incorporarían en el macrosistema. Como lo mencionábamos, para Belsky (1980) el exosistema es el segundo nivel y está compuesto por la comunidad más próxima después del grupo familiar. Ésta incluye las instituciones mediadoras entre los niveles de la cultura y el individual: la escuela,

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