Niño Presidente 2013
lgc19330 de Octubre de 2013
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2 DE NOVIEMBRE.DÍA DE LOS SANTOS DIFUNTOS.
¿ Por qué celebramos ?
La celebración del día de los muertos viene desde hace mucho tiempo, imagínate que es desde nuestras raíces prehispánicas aunque adopto modalidades cristianas.
Lo celebramos el día 2 de noviembre poniendo un altar de muertos en nuestras casas, en ellos se pone comida y bebida que haya sido la favorita del difunto, se adorna con papel picado y flores de cempasúchil.
Esta tradición se bada en la creencia de que en esta época del año las “almas” de los muertos pueden visitar a sus parientes de este mundo; las luces de las veladoras hacen la función de faros que guían a cada una hasta su altar respectivo, para que al llegar a éste pueda consumir lo que se les ha preparado.
A los panteones también se llevan los alimentos, flores de cempasúchil y veladoras que se colocan sobre las tumbas.
A pesar de tener como base la celebración cristiana de Todos Santos y los Fieles Difuntos, esta tradición parece conservar elementos de las ceremonias indígenas de los meses ochpaniztli y teotleco, durante las cuales se ofrendaban a los dioses flores de cempasúchil y tamales de maíz, en una época del año en que acaban de levantarse las cosechas: a fines del mes de octubre y principios de noviembre.
Además, en esos días se consume “pan de muerto” hogazas de forma semiesférica adornadas con “huesos” y “lágrimas” de la misma pasta; dulce de calabaza y “calaveras” de azúcar que llevan nombres propios y son un regalo común.
Imagínate que esta celebración que se hace en México es única en el mundo y muchos extranjeros que viven aquí o los que vienen de visita se asombran y disfrutan al ver que nos acordamos con tanta alegría de nuestros muertos.
EL ALTAR DE MUERTOS
La tradición es hacer una ofrenda o altar en la habitación principal.
Para hacer una ofrenda coloca como mantel en una mesa, papel picado. Busca una foto de un familiar querido y colócala delante.
Luego piensa cuál era su comida y bebida preferida y agrégala a la ofrenda. Si no te acuerdas, puedes ponerle los platillos típicos: atole, mole o tamales.
Recuerda que, según la tradición, esa noche él o ella vendrá a tu casa a compartir la cena con ustedes.
Para guiarle enciende unas veladoras y hazle un camino con flores de cempasúchil.
LEYENDAS ESPELUZNANTES
Hace muchísimos años, cuando no había televisión ni juegos de videos, cuando los niños no iban al cine ni leían revistas de monitos, las noches se prolongaban pero no por eso eran aburridas.
Entonces, cuando las diversiones de resumían a ir a las fiestas a las ferias, cuando se hacían sombras de lobos y ovejas sobre la pared, utilizando las manos y la luz de las velas, cuando la gente se recogía en sus casas a la nueve de la noche y las calles eran una cuadrícula oscura y solitaria, los niños – y sus abuelos- relataban conocidas historietas de espantos y aventuras, que entonces ya eran viejas y ahora lo son aún más, tanto que se ha perdido el nombre del primero que las contó en la memoria de los tiempos.
Como a todos los niños, a los de aquél tiempo también les gustaban mucho los cuentos que hablaban de muertos, espantos y aparecidos, y como hasta nuestros días.
Esta noche no prendas la tele. Deja por un momento los programas de concursos, las caricaturas y los anuncios de dulces y caramelos. Apaga la luz, procura que todo alrededor esté en silencio. Tal vez escuches, como los habitantes del pueblo de hace muchos siglos, los lamentos de la llorona o el ruido de las campanas.
¡¡¡ AAAAAAAAAYYYYYYY, LA LLORONAAAAAAAA !!!
Nadie sabe de cierto
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