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PARCIAL EP


Enviado por   •  31 de Julio de 2022  •  Trabajos  •  1.906 Palabras (8 Páginas)  •  84 Visitas

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  • Caracterización del abogado.

Abogar significa presentar y apoyar ante quienes han de juzgar las razones en favor de una persona o de una causa, función principal del abogado, siempre unida al proceso judicial.

  • El concepto “abogado” coincide con lo legal. Es protector, defensor, media, ruega, suplica, el que intercede a favor del otro.
  • Cuando se advierte una inclinación hacía la justicia, se está frente a cualesquiera que fueren las aptitudes que se posean en orden a la buena expresión, al habla, al buen argumento, etc.
  • No puede faltar es la apetencia de justicia, del orden y la armonía que representa el dar a cada uno lo suyo.
  • El abogado es un técnico preparado por la sociedad para satisfacer su legitima apetencia de justicia.
  • Debe ser un hombre prudente.
  • Para ser un buen abogado, se debe tener en cuenta dos condiciones: una primera y fundamental, vocación por la justicia, cultivada y permanentemente desarrollada, porque no se puede dar a otro lo que uno no tiene, mucho después, sólidos conocimientos de la ciencia jurídica de modo hacer eficaz nuestro accionar.

  • Conveniencia y/o necesidad del patrocinio letrado.

Si los litigantes fueran dos personas de perfecta moral y buena fe, que estén contestes en relación de los hechos, y deben dirimir acerca de a interpretación de la ley o un contrato, en la que dependen sus derechos, claramente concurrirían hacia un juez, sin necesidad de abogados, para que, de un inmediato veredicto, que se acepta y cumple por los respetuosos contendientes.

Si, separadamente, estos “amigos” hubieran recurrido a dos abogados distintos, hubieran tenido dos opiniones distintas a las cuales se aferrarían, y en lugar de una solución inmediata se habría generado un largo pleito.

Estos dos amigos para poner fin de su dilema podrían haber concurrido al estudio de un solo abogado, y no se habría llegado al pleito, porque encontrarían formulas conciliatorias o aceptarían el dictamen letrado, o ambas aconsejadas y patrocinadas por el letrado único presentarían una demanda conjunta al solo efecto de obtener la palabra final del juez.

Si desaparecieran los abogados, el juez se encontraría a posturas inconciliables frente a personas enemistadas que el dialogo entre ellas sería difícil, que se cerrarían en sus pareceres. El magistrado procuraría llevar un poco de paz a los contendientes y los invitaría a una conciliación, con pocas chances de lograrlo atento al escaso conocimiento del juez hacia el problema.

Sin abogado sería necesario ser reemplazado por un funcionario, el estudio jurídico por un despacho oficial, y ya estaríamos frente a suerte de estatización de la abogacía.

Para que un proceso técnico pueda desarrollarse con eficacia, debemos contar con participantes eficaces, y a la par del juez debe haber profesionales libres dedicados a la ciencia jurídica para que representes a sus clientes ante el tribunal, procurando buscar el mejor resultado para sus pleitos, y que coadyuven al juez para que pueda cumplir con el alto cometido de hacer justicia.

Es por esta colaboración indispensable para los jueces que se ha impuesto el patrocinio letrado obligatorio. No como una forma de generar más ingresos, sino como un modo de que la ciudadanía ejerza con plenitud el derecho constitucional de la defensa en juicio, y el Estado pueda brindar el servicio de justicia a que está primordialmente obligado.

Cuando se trata de pequeñas causas, se permite que las partes actúen sin necesidad del patrocinio letrado, aún cuando se faculta a los jueces exigirlo cuando así lo requieran las dificultades del litigio, o la buena marcha del proceso. Por la índole de las cuestiones, y el escaso valor económico, es factible una conciliación más cuando el juez lo procura con todo vigor.

  • c) Obligaciones del abogado para con su cliente.
  • La primera obligación del abogado para su cliente es tener una verdadera actitud de servicio. En escritos judiciales están obligados a defender de la mejor manera posible una determinada causa, utilizando las argumentaciones extraídas de los autores que estudiando la cuestión se inclinaron por una determinada tesis.

Se debe rechazar cuando se tiene un interés particular en el caso o cuando cualquier circunstancia de amistad, o parentesco pudiera afectar la necesaria libertad moral para dirigir y atender el proceso.

No se puede representar al demandante y demandado, tampoco a dos codemandados cuando de alguna manera tienen intereses contrapuestos.

Se justifica el rechazo de causas que exigen una preparación especial que no se posee.

  • La segunda obligación del abogado, ligada a la primera, es examinar el problema que se presenta con detenimiento de modo de convertirse para el cliente, en el primer juez para la causa. Este estudio debe realizarse antes de asumir la defensa en el terreno judicial, para poder disuadir a quien no tiene razón, evitándole así la perdida de tiempo y dinero.

El abogado debe solicitar al cliente que le haga conocer todos los antecedentes del caso de modo poder extraer de su relato las pautas para la demanda o defensa, y especialmente cuales serán los medios probatorios que se usarán en el proceso, procurando una mayor exactitud en la valoración de esas probanzas, tal como el juez debe hacerlo al momento de dictar la sentencia.

Si se advierte justa la postura del cliente, se debe asumir la misión por dura que sea la confianza de quien se sabe con razón.

Cuando un cliente es demandando y recurre al Estudio del abogado para ser defendido y lo hace con alguna razón valedera, el proceder resulta sencillo: contestar la demanda blandiendo esas mismas razones, y si no lo son de verdad, no se puede asumir la defensa y convencer obligadamente al cliente que debe desistir de su oposición inútil y que busque solucionarlo extrajudicialmente.

  • La tercera obligación del abogado es prestar a sus clientes el mejor de los servicios, efectuando un estudio prolijo del tema: redacción de los escritos con corrección, convicción y prolijidad formal, ejecutando con todos los actos procesales que es menester cumplir, en tiempo oportuno, para que sirva o auxilie y no complicar ni hacer más daños.

El abogado es un conocedor del derecho, así que no debe defraudar al cliente con sus propias ignorancias. Está obligado a defender al cliente con el mayor vigor posible, pero con frialdad profesional. No debe pretender ser imparcial en una causa ya que justamente es buscado para ser parcial. Debe iluminar con la mayor los argumentos que favorezcan a su cliente y oscurecer los de la contraria; resaltar las pruebas aportadas por su parte y quitarle la trascendencia a su contendor. Se faltaría gravemente si no se utiliza las armas que la ley concede por comodidad o blandura de temperamento, quitando así la posibilidad de que el cliente triunfe en el litigio.

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