Resumen De Teoria Del Conocimiento.
bcordon28 de Mayo de 2014
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Problemas de la Teoría del Conocimiento
"Para amar es necesario comprender y para comprender se impone el conocer".
Leonid Oderey466
1. Aspectos generales de la Teoría del Conocimiento
El problema de la cognoscibilidad, de la capacidad del pensamiento humano, para encontrar y comprender la verdad, tiene una enorme significación, para la ciencia y la práctica social, en todos los tiempos y momentos del desarrollo de la cultura de la humanidad. Porque, el ser humano es un eterno buscador de verdades y el conocimiento es su inseparable instrumento, para poder comprender los hechos, cosas y fenómenos en su justa dimensión.
En filosofía el problema del conocimiento significa: determinar los límites y posibilidades de la capacidad cognoscitiva de los seres humanos. Es decir, saber hasta dónde puede conocerse y cómo se realiza el proceso. Entender que la historia de la humanidad también es historia del conocimiento. Y, que por lo tanto, éste permanece en transformación y cambio y, que además, las contingencias históricas impregnan en él su variabilidad. Comprender los componentes del proceso y todo cuanto sobre él se ha dicho conceptuándolo e interpretándolo a través de la historia.
Estudiar filosóficamente el proceso del conocimiento es reflexionar sobre la relación que el ser humano guarda con el mundo que le rodea. Y, por tanto, en qué dimensión ese mundo es susceptible de ser reflejado en la cabeza de los hombres y mujeres. Significa hacer una determinación de los grados que alcanza y el contenido que poseen las concepciones sobre la realidad. Es decir: "¿Qué relación guardan nuestros pensamientos acerca del mundo que nos rodea con este mismo mundo? ¿Es capaz nuestro pensamiento de conocer este mundo real? ¿Podemos nosotros, en nuestras ideas y conceptos acerca del mundo real formamos una imagen refleja, exacta de la realidad?"467
Cuando se establecen los límites del conocimiento, tomándolo en su aceptación histórica-social (cosa que hace la filosofía) se evitan actitudes dogmáticas, impidiendo dejar como "verdades acabadas", absolutas e inmutables, a cualesquiera concepción que sobre la realidad circundante haya emitido algún pensador. No se atribuye "autoridad incuestionable" a todo cuanto, en un momento de la historia del
Pensamiento, se haya vertido. Comprender el conocimiento en su limitación histórica es entender la dialéctica de la realidad reflejada en el pensamiento del ser humano. No sólo es rehusar dogmatismos, sino posturas sectarias que impidan la búsqueda de la verdad y el optimismo cognoscente. "De ahí la importancia filosófica del estudio del conocimiento humano: sabiendo cuáles son los límites de la inteligencia y cuáles son sus posibilidades, el filósofo podrá mostrar cuál es el valor que hay que otorgar a los distintos saberes, y podrá también relativizar a aquellos que se presentan como absolutos y definitivos. Una filosofía del conocimiento podrá mostrar cuáles fueron los límites y condicionamientos históricos y culturales de un determinado pensador, y podrá de este modo apreciar su genio a la vez que ser crítico respecto a las limitaciones de las que quedó preso en su tiempo"466
Se denomina Teoría del Conocimiento, Epistemología o Gnoseología, a la
Disciplina especial que tiene como objeto de estudio todas las cuestiones atinentes al conocimiento del mundo circundante, las vías que permiten la asimilación de la verdad y el nexo establecido entre el saber humano y la actividad práctico-social del ser humano. En otras palabras, trata esta disciplina filosófica, de aclarar las formas en que se manifiesta, el alcance que posee, los límites y posibilidades en que se desarrolla y el valor que social e individualmente contiene la capacidad cognoscente del ser humano. "La teoría del Conocimiento como reproducción espiritual de la realidad pone de manifiesto el carácter activo del conocimiento en todos sus niveles".469
No sólo la filosofía estudia al conocimiento. Éste también se ha hecho objeto de atención por parte de ciencias positivas como la psicología social, la etología, la neurología, la psicología del aprendizaje y la de la inteligencia, la del niño y del adolescente, etc. Pero, además de los saberes elaborados científicamente, también se enfrenta el origen y las posibilidades del conocimiento humano desde la óptica del saber popular y las tradiciones. Así: "Para la sabiduría popular hay con frecuencia una idea determinada de qué es lo que el hombre puede conocer y qué es lo que le está vedado: muchas religiones, por ejemplo, han solido determinar con rigor qué es lo que puede ser conocido por los fieles, qué puede ser conocido por los especialistas religiosos y qué es lo que ningún hombre puede llegar a saber por ser solamente accesible a los dioes"470.
González, Antonio: Introducción a la Práctica déla Kósik, Karel: Dialéctica de lo Concreto (Estudio sobre los Problemas del Hombre y el Mundo); versión al español y prólogo deAdolfo Sánchez, Editorial Grijalbo, S.A, México, D.F. 1967.
Kósik, Karel: Dialéctica de lo Concfeto (Estudio sobre los Problemas del Hombre y el Mundo); versión al español y prólogo deAdolfo Sánchez, Editorial Grijalbo, S.A, México, D.F. 1967. González, Antonio, 0b. Cit, p. 46.
Igual, se podría agregar sobre el hecho de que en las sociedades caracterizadas por la diferenciación cultural e intelectiva de las personas, debido a las desigualdades
Económicas y sociales, muchos seres humanos cifran su concepción de lo que les rodea y de ellos mismos, sobre la base de tradiciones, supersticiones y creencias profundamente separadas o muy poco ajustadas con la objetividad de los hechos. Mientras, un grupo reducido es el que cuenta con el privilegio de conocer científicamente y estar más cercanos a las verdades históricas para entender su papel como sujetos sociales. Por ello, al filósofo no le son suficientes las respuestas que conforman el saber popular*, porque no le permiten contar con la coherencia y la crítica que amerita el conocimiento humano válido. Y, aunque las aseveraciones de las ciencias positivas le brindan al filósofo elementos de valor sobre aspectos relacionados con el proceso del conocimiento, como sus bases biológicas de evolución y funcionamiento, entre otros, por ejemplo, tampoco le son suficientes para llegar a conclusiones sobre tal proceso. De ahí que, el quehacer de la Teoría del Conocimiento se diferencia del saber formal de las ciencias positivas así como del saber común y popular. La filosofía no sólo reflexiona sobre los límites y posibilidades del conocimiento científico tomándolo como proceso histórico - social, sino también se plantea cuestiones radicales sobre la demostración de la verdad en relación con la actividad cognoscitiva del ser humano.
Todo el conjunto de hechos y fenómenos que conforman el ambiente cotidiano y la atmósfera común de la vida de los seres humanos, que con su inmediatez, regularidad y evidencia penetra la conciencia de los individuos, asumiendo un aspecto natural e independiente "(...) forma el mundo de la pseudoconcreción".471 A este ambiente pertenece todo el mundo de los fenómenos externos, que tiene su desarrollo en la superficie de los procesos realmente esenciales; el mundo de la praxis fetichizada de los individuos que no tienen coincidencia con la praxis crítica, revolucionaria y transformadora. Y, que no son más que el mundo "del traficar y el manipular"472 de las representaciones comunes que en su proyección de los fenómenos externos en la conciencia de los hombres, configuran la forma ideológica del movimiento de la praxis fetichizada.
Quiere decir que, el mundo fenomenológico muestra a hombres y mujeres su esencia y a la vez, la oculta. De ello, a la o el filósofo le corresponde penetrar en la esencia que se manifiesta en el fenómeno. Por lo tanto, es un quehacer reflexivo que va más allá de lo cotidiano en el proceso del conocimiento, tomando en cuenta que "El mundo fenoménico tiene su estructura, su propio orden y su propia legalidad que puede ser revelada y descrita".473
La tarea del filósofo o la filósofa con respecto al conocimiento humano, se caracteriza por ser consciente y consecuente con los límites y posibilidades que la búsqueda de la verdad conlleva. Pero también, por tener plena conciencia de que la esencia, a diferencia de los fenómenos, no se manifiesta directamente y que por tanto, el fundamento oculto de las cosas debe ser descubierto por mediación de una actividad especial, o sea la actividad reflexiva de la filosofía y la indagación científica. He ahí la importancia de la Teoría del Conocimiento como parte integrante del quehacer filosófico. Porque "(...) si los hombres captasen inmediatamente las conexiones, ¿para qué serviría la ciencia?".474 Sería muy real que 'Toda ciencia estaría de más, si la forma de manifestarse las cosas y la esencia de éstas coincidiesen directamente"475 . La ciencia y la filosofía y por ende la Teoría del Conocimiento, no tendrían razón de ser, o serían superfluas, si el ser humano se conformara con explicarse el mundo sólo con base en el conocimiento cotidiano, tradicional, mitológico o fetichizado, que proporcionan las costumbres, las normas legales o aceptadas por la sociedad. Es decir, lo que se percibe en la manifestación aparente de los hechos, lo que les han obligado a repetir o lo que se haya llegado a tener como verdad en tal o cual momento
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