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Historia Americana Siglo XIX Y XX: Mexico Y Brasil


Enviado por   •  28 de Julio de 2014  •  6.477 Palabras (26 Páginas)  •  485 Visitas

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CAPITULO 3: MÉXICO

Independencia: 24 de febrero de 1821. Fue proclamada por el brigadier realista Agustín de Iturbide.

Su manifiesto: “El plan de Iguala”:

1.- llamamiento a favor de la independencia

2.-Unión de los mexicanos y los españoles

3.- respeto a la iglesia católica romana

Sistema de gobierno: monarquía constitucional emperador elegido entre los miembros de la familia real europea. Aquí el congreso elaboraría una constitución especialmente española.

Por medio de las tres garantías, defendidas por el ejército:

El gano apoyo de los viejos guerreros de la independencia. Gral. Vicente Guerrero, por ejemplo.

Seguridad a los españoles nacidos en la península pero que residían en México

Busco atraer al sector eclesiástico: por medio de la mantención de sus privilegios, que se veían amenazados en España por el régimen liberal revolucionario.

30 de junio de 1821: desembarco en Veracruz el capitán general Juan O´Donojú, el cual debía introducir las reformas liberales. Sin embargo, también debía mantener la colonia en el centro del imperio español. O´Donojú, al llegar a México, vio que la independencia era una realidad y, literalmente, quería retornar a su patria lo antes posible.

24 de Agosto de 1821, en Córdoba, al pie nevado del volcán Ctlaltepelt, firmaron un tratado que reconocía al Imperio mexicano como una nación soberana e independiente, no obstante, difería del tratado de Iguala, puesto que ofrecía el trono a Fernando VII, o a un príncipe de alguna casa reinante. Sin embargo, ninguno de los cuatro príncipes que se pretendían (todos españoles, x cierto) En eses caso, el congreso elegiría.

O´Donojú, a pesar de que firmó el acuerdo con su título constitucional de Capitán general y jefe político superior, hasta hoy, a pesar de ello, se le reconoce como el último virrey español.

Iturbide entró a la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821:

Junta de Gobierno, compuesta por 38 miembros.

O´Donojú murió e Iturbide no envió emisarios a Madrid para que enviaran otro representante.

13 de Febrero de 1822 las cortes españolas rechazaron el tratado de Córdoba.

La independencia de 1821 no trajo cambios inmediatos a la estructura político social .Sin embargo, algunos de sus efectos posteriores fueron que el poder político que antes ejercía la burocracia real fuera traspasado al ejército

Realista: Iturbide

Republicano: Guerrero

Ahora bien, a España no le gusto para nada la proclamación de independencia de su colonia, y lo demostró de diversas maneras. Una de ellas fue, efectivamente el rechazo al tratado de Córdoba. Y México, sin entender y mucho menos aceptarla negativa de la madre patria, tomo sus decisiones.

“La noche del 18 de Mayo de 1822, la guarnición militar local le proclamó emperador con el nombre de Agustín I y la mañana siguiente , bajo una considerable presión militar y popular, el congreso aceptó la situación y reconoció la nueva monarquía” (Pág. 108).

Fue coronado por el presidente del congreso, porque el arzobispo declino ungir al nuevo dirigente, el 21 de julio en la catedral de la capital.

El imperio de Iturbide no perduraría. En un afán de afianzarse en Pro de los intereses de su gente, solo obtuvo que lo miraran no como a un emperador, sino como a uno más de ellos, pero por efecto de su poder, lo encasillaron en la categoría de tirano.

Si bien desde el principio esto contó con poco apoyo (la nobleza mexicana anhelaba un príncipe europeo), debido a que era hijo de un comerciante. Muchos otros, burgueses y comerciantes incluidos- de origen español- no veían con buenos ojos que un igual estuviera por sobre ellos, y empezaron a preferir las ideas republicanas. Ya que de esa forma, cualquiera podía optar a la presidencia.

Iturbide tampoco demostró mucho tacto, puesto que el 31 de Octubre encarceló a miembros del congreso y, posteriormente, lo cerró. Violando así puntos fundamentales del plan de Iguala y del tratado de Córdoba. (También violo el tratado al no ofrecer el puesto a un príncipe europeo). Además, tampoco manejo con mucha maestría el tesoro nacional, por lo que la nación tenía serios problemas económicos.

También se desperfilo al querer implementar medios confiscatorios, ya que los comerciantes que se vieron afectados buscaron apoyo en los borbonistas. Fue el comandante militar de Santacruz, Santa Ana, quien el 2 de diciembre de 1822 proclamó la república y apeló a la reinstauración del congreso. Posteriormente, unos días más tarde, se arrepintió porque en eses contexto, el termino república era demasiado revolucionario.

El manifiesto de Santa Ana pedía “la verdadera libertad de la patria”, lo que para los republicanos conllevaba a la república y para los borbonistas y españoles implicaba una monarquía constitucional.

Por tanto, a ambos bandos se los impulsaba contra Iturbide.

“Garantías de Iguala”

Independencia: esencial para los mexicanos

6 de diciembre de 1822: Santa Ana recibió el apoyo de Guadalupe Victoria, que no solo firmo el manifiesto, sino que además era de tendencia republicana. Ahora bien, a pesar de ello, Santa Ana se unió a esta vertiente política pesar de que en las guerras de independencia el no solo había sido realista, sino que también había apoyado a Iturbide. Muchos generales se les unieron,

“No estamos en contra del sistema de gobierno establecido -dijeron- , no intentamos hacernos republicanos, nosotros solo buscamos nuestra libertad”. Pero a pesar de ello dio la ilusión de que eran republicanos.

Las cosas se precipitaron de tal manera contra Iturbide (incluso que lo abandonaran muchos oficiales que antes lo habían apoyado) que abdico como emperador el 19 de marzo de 1823. Y el congreso eligió un nuevo triunvirato, conformado por los generales Victoria, Bravo y Negrete. (Los dos primeros considerados republicanos).

8 de Abril de 1823: se anula el manifiesto de Iguala, el tratado de Córdoba. El congreso decretó que México desde ese entonces era libre de adoptar el sistema constitucional que quisiera, es decir, fue la manera diplomática de declarar, y consolidar, el surgimiento de la república como nuevo sistema de gobierno.

Ahora bien, la república Mexicana llego a conformarse por el movimiento que realizó Santa Ana, pero fue pensada por intelectuales y hecha posible- y hecha suya- por el ejército.

Si bien el congreso, en mención al aporte que Iturbide realizó a la independencia, le hizo entrega de una generosa pensión para que viviese en Italia, él no estaba satisfecho y volvió a México por la errónea idea de que había adeptos a su política aun. No sabía que el congreso lo había declarado traidor y, a los pocos días de llegar, fue apresado y ejecutado.

El triunvirato trabajo para recuperar la confianza pública, y así obtener 2 empréstitos con Londres:

1.- 1824, con la casa Glodschmitt and company

2.- meses más tarde con la compañía Barclay and company.

“de este modo México asumió una carga de 32 millones de pesos en deuda extranjera, pero debido al bajo precio y a las deducciones…solo recibió 10 millones”. Con este dinero se pretendía hacer mejoras a largo plazo. Sin embargo, se les fue en pagar a los funcionarios públicos, en especial al ejército.

Ingleses:

Sus préstamos estabilizaron los primeros años de la república.

Interés evidente por los yacimientos minerales de México.

En total se inyectaron más de 20 millones a la deficiente economía

Lucas Alamán (Márquez de San Clemente):

- ministro del interior y de asuntos extranjero desde 1823. Fue la persona que más contribuyó a llevar capital extranjero a la reciente república.

Los antiguos sostenedores del Imperio mexicano, dirigido por un príncipe europeo, pasaron a ser republicanos centralistas.

Y los que estaban contra Iturbide se convirtieron en federalistas y anhelaban una organización federalista como la de Estados Unidos.

En 1823 reapareció la vieja batalla entre borbonistas y republicanos. Los primeros fueron acusados de haber derrocado a Iturbide pese a que era lo que todos deseaban; y a los segundos se les unieron los antiguos seguidores de Iturbide y, en el congreso, ganaron los federalistas.

Noviembre de 1823: se reúne el congreso y aprueba una constitución federal muy similar a la de Estados Unidos., de hecho, adopto la costumbre de elegir presidente y vicepresidente, aunque no fueran del mismo “partido político”, aunque entrañase cierto riesgo.

Constitución de 1824: divide al país en 19 estados.

Se estableció también la división de los poderes del estado en ejecutivo, legislativo y judicial.

Estableció como religión oficial la católica Apostólica y Romana

No mencionaba igualdad ante la ley, a diferencia del “plan de Iguala”. De hecho, con este comparte solamente dos de los tres puntos, puesto que en vez de un príncipe europeo mantiene un régimen federalista. Ahora bien, el hecho de la no igualdad civil era solo en beneficio de la casta militar y de los religiosos, pues no mostraban ningún interés en salvaguardar la insignificante nobleza mexicana, que había tenido su minuto de gloria en desmedro de privilegios para ellos. (“ya fuera federal o centralista, sería un militar el presidente de la republica”)

Guadalupe Victoria fue el primer presidente federalista liberal, y el vicepresidente, Nicolás Bravo, un centralista conservador. Ambos habían luchado por la independencia.

El presidente Victoria trato de mantener un equilibrio entre centralistas y federalistas, pero a pesar de ello, en 1825, Alamán (ministro por centralista) fue obligado a dejar su cargo debido a los ataques federalistas.

España estaba intentando, mediante los cargos burocráticos que ocupaban algunos hispanos, recuperara el poder de México, porque fueron los únicos que no aceptaban la evolución que esta nación había tenido. Los federalistas utilizaron el nacionalismo como un arma contra los centralistas, que estaban dando su apoyo a los españoles.

Bravo, el vicepresidente y líder centralista, fue derrotado por un antiguo compañero de armas, Guerrero, y mandado al exilio. La diferencia yacía en que Guerrero abrazó la causa federalista.

Por causa de la revuelta de Bravo, los centralistas ni siquiera pudieron presentar candidato a las elecciones presidenciales de 1828.

Los federalistas se dividieron en moderados y radicales

General Manuel Gómez Pedraza: candidato moderado, apoyado por centralistas o conservadores, era el ministro de guerra del gabinete de Victoria. Por los radicales iba el líder de los federalistas, el General Guerrero (aunque muchos creían que era el títere de Zavala, periodista liberal).

Pedraza salió presidente, Guerrero no lo acepto y Zavala organizó una revolución en su nombre, y triunfo en la capital en diciembre de 1828. Recibió el poder de manos de Victoria el 1 de abril de 1829.

Guerrero era un símbolo de resistencia mexicana frente a todo lo español. Y por tanto, inicio echando a los españoles que aun vivían en la república, y Zavala, su ministro de hacienda, encontró el tesoro casi vacío,

Medidas que tomo Zavala para aumentar los ingresos de la república:

Vender parte de las propiedades de la iglesia

Impuestos

Por lo ya ante mencionado se ganó el desprecio de los comerciantes y propietarios.

1829 la temida invasión, aunque Santa Anna fue a Tampico, donde habían desembarcado, y los aplasto. Sin embargo, tras esta breve unión en Pro de un enemigo en común, al retornar la tranquilidad de su autonomía, volvieron los conflictos internos.

Guerrero no fue atacado directamente por los conservadores, no obstante Zavala y Poissent si (este último era un protestante norteamericano y, por tanto, rechazado por los católicos). Ahora bien, el primero renuncio a su cargo y el segundo se fue poco después, por lo que Guerrero quedo sin el apoyo de sus más fieles hombres, perdió al poco tiempo el cargo. El vicepresidente Bustamante y Bravo tomaron el control. Guerrero se retiró tranquilamente.

Bustamante asumió como presidente el 1 de enero de 1830, con un gabinete eminentemente conservador. Y Alamán fue nuevamente, en su calidad de ministro del interior y de relaciones exteriores, el líder del gabinete.

Obras de su régimen:

Reprimió a la oposición

El gobierno central intento concentrar a los estados

Se confirmaron los privilegios de la iglesia.

La economía y las finanzas del país mejoraron

Crearon un banco gubernamental la introducción de máquinas de hilar y tejer algodón y prohibió la exportación de este a Inglaterra.

Alamán había puesto las bases de la revolución industrial en el sector textil.

A Guerrero no le gustaron estas medidas e intento un levantamiento, pero fue detenido y ejecutado. Ahora bien, porque no se le permitió simplemente exiliarse, pues porque el nuevo gobierno quería dejar de manifiesto que los criollos y mestizos (como lo era Guerrero) no debían tan siquiera soñar con el cargo de la presidencia.

Se realizó un concurso acerca de los derechos respectivos de la iglesia y el estado sobre la propiedad privada, gano José María Luis Mora, que inserto las bases del liberalismo y anticlericalismo.

Desde esas bases, los términos generales de lo que se quería estaban ya implantados, y fue Gómez Farías quien organizó a oposición al ahora ya débil gobierno de Bustamante.

A finales de 1822 Bustamante, sin sus partidarios más fieles- a los que se creía causantes de la muerte del héroe nacional el general Guerrero- simplemente dimitió.

1833, Santa Anna fue elegido presidente y Gómez Farías vicepresidente. Este último llevo a cabo importantes reformas a la Iglesia, derogo la ley civil de los diezmos, pasando a ser voluntario. Se declaró ilegal la venta de los bienes monásticos.

También intento reducir el tamaño del ejército, pero los militares pidieron la intervención de Santa Anna, por lo que él comenzó a asumir su nuevo cargo en la capital.

Gómez Farías fue echado de su cargo y se comenzaron reformas en la constitución de 1824, para que la republica fuera centralista.

Santa Anna, consciente de que el centro del federalismo era Zacatecas, los invadió, y gano. Sin embargo, con Texas fue otra cosa y, al final, esta quedo como límite entre México y Estados Unidos.

A finales de 1836 España y la Santa Sede reconocieron la independencia de México.

Por una mala gestión y represión con variadas provincias, volvía a haber un ambiente de revolución. El general de Guadalajara Mariano Paredes Arrillaga exigió la destitución de Bustamante, y que se modificara la constitución de 1836. Santa Anna actúo como intermediario, convirtiéndose en presidente provisional en 1841.

Santa Anna busco el apoyo de la iglesia para recuperar Texas y Yucatán. A pesar de ello, se reformulo la constitución y, en el segundo borrador, se especificaba la igualdad de todos ante la ley. A pesar de ello, y como concesión a Santa Anna, no se hablaba de estados, si no de departamentos. Cabe también destacar que la educación, a este período, sería gratuita.

También, dentro de estas reformas, el presidente tenía un poder suficiente para ejercer un gobierno centralizado, sin embargo, no un poder ilimitado, pues no deseaban déspotas.

Paredes se rebeló en Guadalajara debido a las extorsiones fiscales, francamente descaradas, que estaba llevando a cabo Santa Anna. La cámara de diputados y algunas unidades del ejército se mostraron a favor de este descontento, por lo que él fue destituido a finales de 1844, y se le mando al exilio hasta su muerte. El congreso eligió al general José Joaquín Herrera, moderado, como presidente.

A partir de aquí las batallas fueron por la soberanía de Texas ya que, México y Estados Unidos la reconocían como parte de su territorio. El congreso norteamericano acepto la anexión de Texas y de aquí comenzó la revuelta. México entero estaba furioso por este hecho. Sin embargo, Herrera noto que esta furia, sin el respaldo europeo y sin los medios económicos era en realidad una guerra perdida de ante mano. Intento negociar y sus compatriotas lo vieron como alta traición y fue destituido, y Paredes asumió el cargo, que nuevamente estaba bacante. Él, como católico conservador, no quería, precisamente, una república liberal.

Bajo este tipo de pensador fue que Alazán resucito el Plan de Iguala. Sin embargo, la idea a esas alturas no tenía ni pies ni cabezas, y fue desechada. Las hostilidades con el país fronterizo estallaron en abril de 1846 y en tres meses derrotaron a los mexicanos.

Por increíble que parezca, Herrera se vio desprestigiado por el suceso y por sus ideales y fue reemplazado por el exiliado Santa Anna y por Gómez Farías - recordar que hace ni dos años atrás estaban paleándose- se propusieron trabajar juntos. De esto se entendió tácitamente que el primero sería presidente y el segundo sería el vicepresidente. Esto, más tarde, fue ratificado por el congreso.

Santa Anna se fue a la guerra y Gómez Farías se quedó a buscar los fondos para solventarla. La más afectada fue la iglesia, y nuevamente comenzó el resentimiento. El 1 de abril se abolió la vicepresidencia.

29 de marzo el puerto de Veracruz cae bajo las manos del general estadounidense Scott. El 15 de septiembre cae puebla. Santa Anna (dando una vez más pruebas de su altruismo y lealtad al estado) dimitió como presidente.

La resistencia mexicana se rindió y los norteamericanos dejaron de avanzar. En la capital se estableció una junta municipal. Los norteamericanos hicieron lo posible por ahorrar humillación a los mexicanos. Así que acordaron un tratado de paz, el 2 de febrero de 1848. México perdió lo que ya no tenía, Texas, nuevo México y California.

La situación económica no vario mucho, los indios seguían en tierras comunales y los terratenientes continuaban manteniendo sus haciendas. Y, en las haciendas, los trabajadores estaban ligados a la propiedad por el peonaje. En este sentido, la deuda era lo que los retenía en la mayoría de los casos. Cabe destacar que para el peón era conveniente pedir prestado y endeudarse con su patrón, para así no ser echado de la propiedad. Una ventaja que tenían los peones de este país era que podían tomar prestado maíz de la propiedad, algo bastante útil en época de hambruna.

Yucatán era una excepción en muchos aspectos. Era federalista, por ejemplo, y su economía estaba bastante desligada del centro, ellos cultivaban el henequén con bastante éxito.

No obstante esto, los blancos no cumplieron las promesas hechas de abolir, o al menos reducir los impuestos parroquiales, o el derecho a usar las tierras públicas, por lo que los mallase revelaron en 1847, a principio solo fue una revuelta, pero luego se convirtió en una verdadera guerra. Se conoció como la guerra de castas. México no estaba para suprimir esta clase de sublevaciones y llegaron a ofrecer este territorio a Inglaterra, incluso a EE.UU., CON TAL DE QUE LOS CONTROLASEN Y A ELLOS, LOS PROTEGIERAN.

En Querétaro y San Luis de Potosí se desarrolló un movimiento agrario revolucionario. La llamada rebelión de Sierra Gorda quería dar tierra libre a los arrendatarios y a los peones de las haciendas, pero los rebeldes no fueron lo suficientemente fuertes para atacar las ciudades y solo se contentaron con quemar las haciendas.

Herrera, con una pequeña fortuna, compro material militar a EE.UU. y normalizó un poco la situación en México central. Luego, en cuanto a Yucatán, la guerra se prolongó por varios años, hasta que, con ayuda de mercenarios inclusive, los mayas fueron apaciguados. De esto solo obtuvo, esta ciudad, la imposibilidad de independizarse de México, pues no tenían nada las clases terratenientes con lo cual solventarse.

A partir de 1854 México, finalmente, comenzó a poner orden la deuda extranjera y a pagar puntualmente.

El gobierno del general Mariano Arista (liberal moderado) duro poco, por la no aceptación de los conservadores, liberales radicales y seguidores de Santa Anna. Por lo que podemos ver, todo se venía en contra de los liberales moderados, porque se creía que había traicionado a la nación al haber firmado el tratado de paz y, por vender la mitad del territorio.

Luego de una nueva serie d presidentes “Express”, volvieron a nombrar a Santa Anna, el 17 de marzo de 1853, pero, a diferencia de su anterior mandato, ahora los conservadores y los liberales se inclinaban por su cargo. Lerdo de Tejada, secretario del nuevo ministerio de fomento, hizo mucho para que se construyeran líneas telegráficas, que serviría mucho dadas las condiciones del terreno mexicano.

Con el tiempo, el régimen de este hombre se fue volviendo cada vez más reaccionario y autocrático, le encantaba vanagloriarse pero no gustaba del trabajo administrativo. Y, en cierta medida, esto lo podemos ver a lo largo de su trabajo en el gobierno, siempre se quedó con el campo de la guerra, y así obtenía la gloria. En cambio siempre delego lo administrativo al presidente civil (yo deduzco que al vicepresidente).

Sin embargo, esta actitud beneficio notablemente a la iglesia, porque, entre otras cosas, permitió el regreso de los jesuitas. Sin embargo, se extralimito, puesto que envío a varios liberales al exilio o a prisión. Así que, como es ya recurrente, hubo otra sublevación.

Esta vez de mano del coronel Villareal, el 1 de marzo. Sus principales puntos eran la destitución de Santa Anna, la elección de un presidente nombrado por el ejército revolucionario y la conformación de un congreso extraordinario para la redacción de una nueva constitución.

1855. Santa Anna abandona la presidencia y se embarcó al exilio. Volvió en 1874, cuando se lo permitió el presidente Sebastián Lerdo. Y me alegra notificarles que murió dos años después, en la ciudad de México.

Asumió la presidencia Álvarez, y se rodeó de una corte de ministros jóvenes, que no venían con la carga de odios de las guerras anteriores, se los llamaba los puros. Eran, casi todos, liberales radicales.

Los liberales terminaron con el “permiso de la iglesia a tener propiedades. Asimismo, los liberales también buscaron terminar con las propiedades de las instituciones civiles. Y, a pesar de las protestas de los campesinos se vendieron parte de estos ejidos (pastos comunales).

Se reconocía que, ahora que había un gobierno liberal en el poder, había que afianzarlo ahí, sobre todo por la debilidad mexicana en la frontera con el estado norteamericano. También reconocieron que, ahora que el federalismo había perdido su significado, la iglesia y su oposición era el problema que debían de enfrentar.

Guerra de los tres años:

La pelea se dio ahora entre dos presidentes del Estado. Por un lado el liberal de Guanajuato y, por el otro, el conservador. Y ambos, como ya hemos visto, miraron a la iglesia a la hora de buscar financiamiento.

Las cosas llegaron a su punto máximo. Por un lado los conservadores prometían retractar la ley de Lerdo, por el otro, los liberales, pese a sus problemas internos, no cejaban en su afán de victoria.

En su desesperación, el gobierno constitucional permitió a los estados unidos, a cambio de dos millones de dólares, el libre tránsito por el istmo de Tehuantepec y del río grande de Arizona hasta el golfo de California. Sin sospecharlo siquiera, fueron salvados del escarnio público al rechazar, el congreso norteamericano, esta proposición.

A principios de diciembre de 1860, la victoria era tan clara que el gobierno liberal de Veracruz finalmente decreto tolerancia religiosa total.

1836-1864 algunos mexicanos vieron al imperio como una respuesta para finalizar los casi 50 años de anarquía y guerra civil, puesto que habían perdido la fe en su país para gobernarse a sí mismos.

Restaurada por Juárez, la república liberal duro hasta 1876, cuando el general Día destituyo al presidente civil Lerdo. Este se conformó como el nuevo líder, y le dio a México una estabilidad, un desarrollo económico sin precedentes al país. Sin embargo, en su afán de centra el poder político, los jóvenes mexicanos lo consideraban una tiranía y, en 1911 fue su caída, y el principio del primer episodio de la revolución mexicana.

Capítulo 9: Brasil (1822 - 1850)

La importancia de Brasil radica en la excepción que genera esta nación a la norma latinoamericana de transformarse en repúblicas luego de las distintas emancipaciones que ocurren a lo largo de las primeras décadas del siglo XIX. Es decir, mientras que el resto de colonias emancipadas se convierten en repúblicas, en Brasil se provoca un cambio de colonia a Imperio o, si se quiere, Monarquía Constitucional.

En 1822 (momento en que esta colonia se independiza de su metrópoli, Portugal) Brasil contaba con la suma aproximada entre 4 y 5 millones de habitantes (sin contar a la población indígena brasileña, que sumaría alrededor de 800.000 individuos). El territorio por donde se extendía esta cantidad de habitantes relativamente pequeña era de unos cinco millones de Km², aunque se concentraba en una franja de 320 Km de ancho desde la costa atlántica, con una longitud que comprendía desde las provincias del noreste (que tenían el 40% de la población total) hasta Río de Janeiro, Sâo Paulo, y el sur de Minas de Gerais (única provincia del interior del país que tenía una población importante, ya que contaba con el 20% de la población brasileña, la mayoría al sur de la provincia, interactuando con la de Río de Janeiro.

Las provincias del interior (ejemplo: Mato Grosso) eran básicamente rurales. La ciudad más grande era Río de Janeiro, la capital que contaba con 100.000 hab. Le seguía la antigua capital: Salvador con 60.000. Teniendo en cuenta que el 50% de las capitales no tenían más de 10.000 hab.

En cuanto a las condiciones de salubridad y la educación eran bastante precarias. La tasa de mortalidad era alta y la educación no era interés prioritario en las políticas coloniales portuguesas. Incluso en 1872 sólo 1/5 de la población era alfabeta.

En cuanto al tema racial, en 1822 menos de 1/3 era blanco, siendo la mayoría racial negra o mulata y de ellos al menos el 30% era esclavo. En 1823 se contabilizaron 1.147.515 esclavos. ¾ partes de los esclavos se concentraban en 5 de las 8 provincias existentes (Maranhâo, Pernambuco, Bahía, Minas Gerais y Río de Janeiro), donde la masa esclava incluso llegaba a ser la mayoría poblacional.

El comercio transatlántico, además de proporcionar la mano de obra adicional (necesarios en expansión económica) con la vida esclava, era esencial para reponer la población ya existente en Brasil de esclavos, por la sencilla razón de que estos no se reproducían a sí mismos. Es por esto que si la importación anual de esclavos era de 15 mil a 20 mil en la primera década del siglo XIX, en 1820 creció un 50%, aumentando a 30 mil.

Los esclavos se encontraban en todas las zonas rurales de Brasil, empleados en: ganadería, producción de cereales, cultivo de productos alimenticios (consumo local) y agricultura de subsistencia. Minas Gerais (economía ganadera, de pequeña lavoura) era la provincia con mayor masa esclava (170.000 en 1819).

En las ciudades de Río, Salvador, Recife, y también en las zonas de Sâo Luis hasta Porto Alegre, los esclavos eran empleados como sirvientes domésticos. Los esclavos de ganho urbanos trabajaban como cargadores en los muelles, aguadores, basureros, transportadores de personas, albañiles, carpinteros, prostitutas, además de mendigos. También había esclavos en los hospitales y las casa de religiosos. Incluso el gobierno alquilaba y tenía esclavos para construir y mantener las obras públicas.

Los esclavos fueron abundantes y baratos hasta 1830, cuando el comercio de esclavos de África a Brasil fue declarado ilegal, generando los primeros esfuerzos por terminal con él.

La esclavitud era un elemento tan esencial y característico de la vida económica y social, rural y urbana de Brasil, en gran parte por la existencia de una “frontera abierta”, lo que proporcionaba mucha tierra gratuita o barata, además de la falta de masa trabajadora, de brazos. Sin embargo, la mayoría de los esclavos en Brasil se concentraban en la plantación agrícola de monocultivo orientada a la exportación (grande lavoura).

Azúcar= principal producto agrícola comerciable durante período colonial (luego de siglo XVII pierde su monopolio). Gracias a la revolución francesa y las guerras napoleónicas se da un nuevo impulso al cultivo de caña de azúcar en Brasil, no sólo en noreste (Pernambuco, Bahía), sino también en la región de Campos en Río, luego en Sâo Paulo.

Cuando Brasil se independiza el azúcar constituía el 40% del valor de las exportaciones brasileñas. Luego venía el algodón con un 20% (aunque había disminuido la participación de Brasil en las importaciones británicas). Las exportaciones de café también constituían el 20%. El reto consistía en cuero, tabaco y cacao.

Desde la llegada de la corte Portuguesa y la apertura de los puertos de Brasil al comercio extranjero en 1808, tanto las exportaciones como las importaciones estaban en manos de comerciantes extranjeros (británicos esencialmente, también franceses, alemanes, norteamericanos y portugueses). Gran Bretaña era entonces la principal aliada económica de Brasil. Así, la mayor parte de los portugueses quedaron relegados al comercio al por menor de productos extranjeros y al comercio doméstico de productos brasileños y, mientras que el sector productivo de la economía brasileña estaba casi completamente en manos de los brasileños, los extranjeros controlaban el sector comercial.

Desarrollo de oligarquías rurales (plantación y mano de obra esclava) en las áreas de agricultura de exportación, sucediendo particularmente en las zonas donde se encontraba la clásica sociedad de amos y esclavos. En otros puntos, la sociedad era más compleja. Por supuesto en las ciudades la estratificación social era más compleja incluso. Un gran número de pequeños comerciantes, oficiales de bajo rango, artesanos, empleados, jornaleros, que llenaban el espacio entre “amos” y esclavos, es decir, la forma básica de la sociedad.

En 1822, en Brasil no existía unidad económica y tampoco ningún sentimiento profundo de identidad nacional. La unidad mantenida durante la transición de colonia portuguesa a imperio independiente fue política y precaria, no económica ni social. Una década más tarde, esta unidad se vio seriamente amenazada cuando finalmente la alianza de fuerzas que había conducido a Brasil a la independencia de Portugal se desintegró.

Es por esto que se afirma que la independencia de Brasil fue incompleta, pues existía la presencia de un príncipe portugués dispuesto a asumir la dirección del movimiento de independencia de Portugal, para hacer la transición tranquila y estable política y socialmente, asegurando la unidad nacional. Evidentemente, había algunos líderes políticos (tanto de la elite brasileña como de las clases populares) que dudaban de la autenticidad del compromiso del emperador con el constitucionalismo y de su voluntad de querer romper todos los lazos familiares y dinásticos con el anterior gobierno colonial. Es decir, las dos preocupaciones estaban interconectadas y se potenciaban en contra de Pedro I, pues consideraban que sus convicciones absolutistas se relacionaban estrechamente con la protección por los intereses portugueses que aún existían en Brasil, temiendo una recolonización.

El reinado de Pedro I fue un período de constantes conflictos y tensiones que terminaron con su dimisión en abril de 1831.

Es importante mencionar la Asamblea Constituyente, ya que fue esta el lugar de los primeros enfrentamientos entre la elite brasileña y Pedro I (por tanto, la elite y burocracia portuguesa), en menos de un año luego de la declaración de Independencia. La Asamblea fue convocada por primera vez por el príncipe regente el 3 de junio de 1822, pero se inauguró oficialmente el 3 de mayo de 1823. Fue en este lugar donde se discutió vigorosa y, a veces, violentamente, la futura organización estatal de Brasil.

Aunque muchos de los que criticaron los acuerdos fueron excluidos, los liberales (moderados y extremos) intentaron limitar siempre los poderes del joven emperador, especialmente sus poderes de vetar leyes y disolver la legislatura.

José Bonifacio de Andrada e Silva: patriarca de la Independencia de Brasil. Consejero y primer ministro de Emperador. Plantea, al igual que el emperador, que se debía implantar un gobierno fuerte. Trata de evitar que emperador sólo tenga en cuenta la facción portuguesa a la hora de gobernar. La dimisión de José Bonifacio el 16 de julio de 1823 es, por tanto, un episodio importante en la polarización política que se produjo en Brasil inmediatamente después de la independencia.

En 1823 (segunda mitad) la oposición se vuelve más encarnizada contra el emperador (asamblea constituyente, prensa). Finalmente (12 de noviembre de 182), la Asamblea Constituyente fue disuelta por la fuerza y José Bonifacio y sus jóvenes colegas más liberales Antonio Carlos Ribeiro de Andrada Machado e Silva y Martín Francisco Riveiro de Andrada fueron arrestados y deportados a Francia. Luego de eso el emperador estableció un Consejo de Estado que rápidamente redactó una constitución. Incluía un Senado (50 miembros) y una Cámara de Diputados (100 miembros). El emperador elegía a los senadores de una lista de tres candidatos escogidos en provincias y el cargo era vitalicio. Los diputados eran elegidos por cuatro años mediante un sistema indirecto, primero por los votantes y después por los electores, en un sufragio restringido.

Para ser votante era necesario tener ingresos netos anuales de 100 milréis (en 1830 eran equivalentes a 10 libras esterlinas), procedentes de rentas de propiedades como de su trabajo.

Para ser candidato se debían tener como ingresos mínimos: 200 milréis.

Para ser diputado, ingresos mínimos de 400 milréis

Para ser senador, ingresos mínimos de 800 milréis

La constitución confirmó el Consejo de Estado, cuyos diez integrantes elegidos por el emperador también eran vitalicios. El emperador disfrutaba del derecho de veto sobre la promulgación de leyes. Poseía poder moderador, que servía para resolver conflictos entre el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial, y le permitía sobre todo disolver la Cámara y convocar elecciones. Es decir, había centralización política: el emperador nombraba a los presidentes provinciales y, si bien los conselhos Gerais de Provincia y las cámaras municipales eran elegidos, sólo tenían poderes limitados, ya que todas sus decisiones pasaban por la Cámara de Diputados. La religión católica fue declarada la religión del Estado, pero el Emperador nombraba a los obispos y repartía los beneficios eclesiásticos.

La arbitraria disolución de la Asamblea Constituyente en noviembre de 1823, más una nueva constitución en 1824 marcó más la distancia y tensión entre Don Pedro y una fracción importante de la clase dominante brasileña.

En marzo de 1824 hubo una revuelta armada de Pernambuco encabezada por el sacerdote radical Frei Caneca y por Carvalho Paes de Andrade. Según Caneca la constitución de Don Pedro I no definía con claridad cuál era el territorio del imperio, dejando abierta la posibilidad de una próxima unión con Portugal. Tampoco era un imperio liberal, sino todo lo contrario a la libertad, la independencia y a los derechos de Brasil. Por otra parte Caneco no creía que el emperador tuviera la autoridad para otorgar o dictar leyes. Veía al senado como nueva aristocracia y opresión para el pueblo. Tampoco estaba a favor del centralismo constitucional, ya que perjudicaba la libertad de Brasil al despojar a las provincias de su autonomía.

La rebelión de 1824 fue derrotada por las tropas imperiales después de 6 meses, tratando a los rebeldes con gran brutalidad y crudeza, por lo que en enero de 1825 Caneca fue fusilado por un pelotón de ejecución en Recife.

Pedro I era cuestionado tanto por sus métodos autocráticos de gobierno y su escandalosa vida privada (al parecer le ponía los cuernos a su esposa Leopoldina antes y después de su muerte), como por su asociación con la comunidad portuguesa de Río (burócratas y comerciantes portugueses) y ahora sus “gabinetes” portugueses eran fuente de gran preocupación. Existencia de resentimiento por la gran influencia ejercida por tal gabinete compuesto por sus grandes amigos portugueses (como Francisco Gomes de Silva). En números el 50% de sus ministros eran burócratas portugueses, muchos de los cuales estaban vinculados con las actividades comerciales.

En cuanto a las negociaciones para el reconocimiento de la independencia brasileña por parte de Portugal demostraron aún más que el emperador anteponía las consideraciones dinásticas, antes que los intereses nacionales. De hecho Brasil (por un tratado de agosto de 1825) se comprometió a pagar a Portugal 2 millones de libras (1,4 millones destinados a pagar el préstamo británico a los portugueses que cubría el costo de las campañas para restaurar su poder en Brasil), con tal de ser declarados completamente ajenos al estado portugués. Sin embargo este tratad no dejaba en claro el tema de la sucesión, pues si moría Don João, Don Pedro asaba a ser el rey de Portugal uniendo así nuevamente a Brasil a este reino, siendo nuevamente sólo una colonia, es decir, retrocediendo.

Además de este pago, Brasil tenía que pagar un precio por la ayuda británica para obtener tanto el reconocimiento internacional de su independencia como el de Portugal. El precio fue alto y se le criticó este hecho a Don Pedro; este era llegar a un acuerdo con Gran Bretaña sobre el tema del comercio de esclavos. Es decir, la abolición a cambio del reconocimiento. De todas formas, una vez que Brasil se “independizó” de Portugal, gran parte del comercio de esclavos pasó a ser ilegal. De hecho se le prohibió a Portugal exportar esclavos a algún lugar de América que no fuera Angola, situación que Inglaterra haría cumplir incluso a la fuerza.

El 23 de noviembre de 1826 se firmó un tratado por el cual todo el comercio de esclavos se declararía ilegal tres años después de su ratificación. A pesar de que Canning (secretario de asuntos exteriores de Gran Bretaña) hizo ver el cumplimiento del trato como el precio necesario para la independencia, los brasileños en su mayoría lo consideraron un gran sacrificio de los intereses nacionales de Brasil ante la insistencia de una poderosa nación extranjera. Pero aún así el emperador cedió ante esto, agrandando su impopularidad, sin escuchar ninguna propuesta, como la de José Clemente Pereira, que apoyaba una abolición progresiva y no radical de la esclavitud, para no generar un desajuste ni una crisis tan grande en la economía (comercial, agricultura, ganadera, de navegación, etc.), pues ésta estaba sustentada básicamente por el trabajo esclavo. Y hasta que no hubiese inmigración europea abundante la agricultura -sobre todo la de plantación- no encontraría una solución válida para la mano de obra esclava. Además, los intentos de promocionar la inmigración fueron un asco, siendo las consideraciones militares y estratégicas más importantes que las económicas.

Con todo, hay que sumar que lo que rebalsó el vaso con respecto al odio contra el emperador fue el desastre con respecto al Río de la Plata. La Banda oriental, fuente de conflicto entre Portugal y España, estaba en manos de los brasileños, pero el gobierno Argentino estaba determinado a ocupar tal territorio. Así, el 25 de octubre de 1825 la incorporación de la Banda Oriental fue anunciada por el Congreso de Buenos Aires. Eso fue declarar la guerra a Brasil, lo que el emperador se vio obligado a asumir. Tal guerra fue un desastre para Brasil y como ambas flotas marítimas estaban dirigidas por británicos, cayó en manos de ellos sumir la diplomacia y mediar, haciendo que Argentina ganara las tierras que quería.

La guerra trajo consigo un gasto adicional que el emperador no contaba y su gran reclutamiento militar que trajo consigo mercenarios europeos, lo que fue desastroso, pues ellos encabezaron un motín en Río. Lo que provocó un gran desajuste económico en las tres provincias más importantes de Brasil.

En síntesis, el odio hacia los portugueses más el descontento militar llevaron a derribar al emperador (aun cuando ciertos sectores no portugueses, de elite lo apoyaban por su amor a la monarquía), además de la cagada que existía en la parte económica, pues aunque el café y el azúcar o triplicaron su exportación o aumentaron sus precios, nada fue suficiente para compensar las pérdidas sufridas en otros productos.

Gran Bretaña en todo momento se está beneficiando de la miseria brasileña, pues hace que Brasil se endeude cada vez más con ellos y su banca, para mermar la crisis y por la deuda existente por concepto de ayuda a la independencia.

El momento crucial es cuando el emperador, luego de la noche de los botellazos (lucha entre quienes le apoyaban y quienes lo detestaban), decide hacer un gabinete más brasileño, pero luego (de golpe y porrazo) decide cambiarlo y hacerlo más portugués, lo que generó la crisis final del imperio.

La abdicación de Don Pedro en 1831 (en abril) sacudió a todo el imperio, pero dejó al mando a su hijo Pedro II, quien había nacido en Brasil. Esto generó la nacionalización del trono, significando esto el fin del proceso independentista, sin portugueses, sólo brasileños.

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