OCHENTA AÑOS DE LA IGLESIA DE REUMÉN
A7a7a777Documentos de Investigación30 de Mayo de 2020
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OCHENTA AÑOS DE LA IGLESIA DE REUMÉN
1935 - 2015
REGIÓN DE LOS LAGOS, CHILE
Autora: Albina Sabater Villalba
Propósito de este libro:
Este libro es el resultado de los esfuerzos de don Hugo Gómez Solís, reumenino con espíritu de caballero feudal, quien ha realizado numerosas contribuciones en beneficio de su pueblo, y siente un cariño especial por esta iglesia, ya que la construyó su abuelo materno, don Wenceslao Solís Atero.
El propósito final de este texto es mostrar que la iglesia de Reumén merece ser declarada Monumento Nacional, puesto que tiene una historia muy enraizada en la zona, y muchas personas lucharon y se sacrificaron durante años para que fuera edificada. Cada pieza de madera ha sido testigo de reuniones, de reflexiones y de decisiones a lo largo del tiempo.
Este año, 2015, la iglesia de Reumén cumplió 80 años. Ha resistido en forma estoica los embates del tiempo, pero sus cimientos pueden ceder en el momento menos esperado. Además, sus muros, la torre y otros espacios muestran tristes desgarros. Necesita una restauración completa y bien planificada. Los añadidos y muchos de los arreglos que se le han hecho hieren la memoria de don Wenceslao Solís.
Por eso, su nieto, don Hugo Gómez Solís, conociendo mi trayectoria como periodista de El Mercurio de Santiago y escritora, me encargó investigar la historia de la iglesia de Reumén, para aportar antecedentes adicionales que le permitan a las autoridades y profesionales pertinentes declarar al templo Monumento Nacional. Espero haber cumplido con tan alto propósito.
Albina Sabater Villalba
(NOTA: Este libro cumplió su objetivo, ya qu en 2019 la iglesia de Reumén fue Declarada Monumento Nacional y, por lo menos, se empezaron a estudiar los posibles presupuestos para su restauración).
Este templo, inaugurado el 3 de marzo de 1935, fue el resultado de tremendos y constantes esfuerzos. Su aparente tranquilidad cubre el deterioro que poco a poco ha ido afectando los cimientos, paredes, ventanas e incluso la torre, donde todavía la campana de bronce se mantiene incólume.
Pero también esa paz semeja un velo que oculta esa etapa en que todo Chile se ocupó de Reumén.
Fueron los días en que la Virgen apareció en la iglesia en la Navidad y Año Nuevo de 1989.
Tal cual. En ese período, en el cielo de Reumén, sobre el templo, en las nubes, muchos juraron haber visto la imagen de la Virgen María. Otros aseguraron que estaba la Sagrada Familia completa sobre la iglesia.
La conmoción que esto causó en el pueblo trascendió fronteras geográficas y varios periodistas de todo el país acudieron al lugar. La posibilidad de tener un sitio sacro en Chile, algo similar a la gruta de Lourdes en Francia, era absolutamente tentadora.
El diario La Tercera de Santiago designó como enviado especial al periodista Emilio Sutherland, para que se instalara en Reumén y averiguara los hechos.
Sutherland entrevistó a todos los testigos que pudo, y buscó expertos, tanto creyentes como escépticos. Finalmente, el artículo apareció el domingo 2 de enero de 1990 en el diario La Tercera de Santiago.
Bajo el título “Virgen de Reumén: ¿sueño colectivo o aparición divina?”, escribió:
“La primera vez que aseguran haber visto a Jesús y a la Virgen fue en Navidad. Era una noche muy oscura, el cielo estaba cargado de nubes y llovía a cántaros. La segunda “aparición” interrumpió la fiesta que había organizado la Cruz Roja para celebrar el Año Nuevo. Cerca de
400 personas salieron en tropel al exterior para mirar las siluetas de la Sagrada Familia en medio del firmamento estrellado. Dos días después, pasada la medianoche, nuevamente la misma visión”.
"Gran parte de los habitantes de la pequeña localidad de Reumén, ubicada a 70 kilómetros de Valdivia, juran por Dios que es cierto”.
El periodista entrevistó al sociólogo Cristián Vives, quien advirtió que esto era un fenómeno de fe. “No se debe entender esto como una invención deliberada, un hecho que consciente y éticamente se considere como una mentira o algo falso”, dijo diplomáticamente. Y para ratificar su punto de vista agregó que “en el fondo, hay una persona que empieza, por un fenómeno de fe, a visualizar situaciones mágicas, y se produce un fenómeno colectivo, en que todos empiezan a “ver” lo mismo, en una nube, en el cielo, en el tronco de un árbol, etcétera”.
Después de escuchar los relatos de los testigos (que Sutherland había grabado) el sociólogo Cristián Vives destacó que todos coincidían al mencionar rayos, nubes y lluvia, vale decir, fenómenos naturales que adquieren una dimensión especial. Por si acaso, postuló que podía existir “una situación de evasión de la realidad, no consciente, en la cual se pone fuera de uno la solución de los problemas existentes en la sociedad, porque (…) estos fenómenos se producen por una falta de sentido de vida, de esperanza…”
El arquitecto Álvaro Barros, defensor de las apariciones de Peñablanca (donde un adolescente llamado Miguel Ángel había dicho que veía a la Virgen), indicó: “Ante estos fenómenos solamente hay dos opciones: se creen o se rechazan. Desgraciadamente algunos ven en esto una dosis de ignorancia, estupidez e incluso de presencia demoníaca”.
Según el arquitecto, la jerarquía de la Iglesia debería instruir a los católicos en estos casos, para que oraran “porque esta es la única forma de estar preparado ante Dios”. Y comentó que “también deberían dejar la sacristía y estar presentes donde ocurren estos fenómenos. Además, deberían examinar al mayor número de testigos y tratar de que los propios sacerdotes sean testigos”. (Ninguna de esas condiciones se había cumplido en Peñablanca).
Barros afirmaba: “Creo perfectamente posible esta aparición de Reumén, pues es algo serio y creo que la Iglesia no podrá rechazarla desde una sacristía. La falta de fe justamente ha sido una de las cosas que han marcado los peores momentos de la Iglesia Católica. A mi juicio, no se puede imaginar que todo un pueblo esté borracho, que sus habitantes son tontos o que tienen alucinaciones. En este sentido, existen testimonios que van desde el carabinero de un retén hasta un vendedor, desde ancianos hasta niños, y eso debe dar que pensar”.
Por si no bastaran esas contundentes declaraciones, indicaba: “Estas apariciones están anunciadas en la Biblia, y aquellos sacerdotes que no leen la Biblia no sabrán que pronostica el tiempo en que se verán cosas extrañas en el cielo, y yo me atrevería a decir que ha llegado ese tiempo. Desgraciadamente, estamos viviendo los últimos tiempos”.
Y para dar más énfasis, añadía: “Siempre las apariciones han ocurrido a gente humilde, pobre, ignorante, abandonada y considerada casi con menosprecio por los más sabios o los más ricos. En la Iglesia hay poco respeto por los signos místicos”.
En realidad, las autoridades eclesiásticas tomaron estas apariciones con bastante escepticismo. El vicecanciller de la Secretaría General del Arzobispado de Santiago, el padre Romelio Carreño, qpero la mayor parte de las veces no son verdaderas (…) son producto de la adoración que siente la gente por la Santísima Virgen. Para poder afirmar que estas apariciones son reales tiene que haber un juicio exhaustivo, encabezado por la autoridad eclesiástica. Y aquí en Chile nunca se ha comprobado un caso así”.
El periodista Sutherland insistía, tratando de obtener algo más concreto, que avalara lo que relataban los testigos, y el sacerdote intentaba permanecer dentro de la más estricta ecuanimengo entendido que son muchas las personas que dicen haber visto la imagen, e incluso se sabe que un fotógrafo intentó retratarla. Luego, no creo que se pueda explicar este caso por sugestión”.
¿Entonces?
“Las apariciones son posibles, pero no son fácilmente probables. Y eso lo debe realizar una comisión altamente preparada, que debe ver que se cumplan todos los requisitos”.
¿Y cuáles serían esos requisitos?
“Que sean muchos los que puedan corroborar lo mismo, que los hechos que se toman como milagrosos no tengan ninguna explicación científica”.
Finalizaba: “Mi opinión es que la gente no debe darle crédito a fardo cerrado, por mucho que sea el entusiasmo. Ellos deben esperar un pronunciamiento oficial, aunque esto no significa que esté prohibido concurrir al lugar. Lo que no se debe hacer por ningún motivo es tratar de sacar un provecho económico de todo esto”.
Luego de reflexionar, buscando las palabras, concluía:
“Personalmente, me inclino a pensar que no existe tal aparición, pero tampoco puedo decir que se trata de una farsa”.
Eso lo dejaba exactamente en el punto medio entre un “sí” y un “no”. Pero las apariciones no continuaron, y el asunto fue poco a poco
olvidado… “excepto por algunos que todavía recuerdan esos días en que la Virgen anduvo dando vueltas sobre la iglesia de Reumén”.
Eso fue lo que escribió el periodista de La Tercera.
Sin embargo, algunos reumeninos atribuyen lo ocurrido en 1989 a que poco antes se habían instalado en el antejardín unos halógenos que apuntaban hacia el templo, para destacarlo en la noche, y que, proyectando
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