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Pueblos Prehispanicos


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2013  •  19.820 Palabras (80 Páginas)  •  429 Visitas

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CULTURAS PREHISPANICAS DE MEXICO.

PUEBLO PREHISPANICO LOS LACANDONES.

Los lacandones son un grupo indígena del tronco maya que habita en la selva Lacandona en la frontera entre México y Guatemala, más específicamente en el estado de Chiapas, México. Entre sus actividades principales se encuentra el hilar fibras y con ellas fabricar textiles, curtir cuero y elaborar cerámica, flautas, mallas y piraguas. Por bastante tiempo estuvieron aislados, preservaron su forma de vida ancestral hasta fechas recientes, pescando, cazando y cultivando frutas y verduras. Su número total de integrantes ha disminuido y sólo quedan unos cuantos cientos.

Los lacandones se llaman a sí mismos hach winik, que significa "verdaderos hombres". Se piensa que originalmente el vocablo lacandón se refería a un grupo hablante de chortí el cual, en tiempos de la conquista, habitaba en una pequeña isla en el río Lacantún, en el extremo sur de la selva y que se autodenominaban "los del Lacantún", que significa en chortí "gran peñón" o "piedra erecta" y al ser españolizado se convirtió en lacandón o lacandones. Los hach winik son hablantes de un idioma estrechamente relacionado al maya yucateco. Los lacandones se dividen en dos grupos denominados los del norte, que habitan principalmente en las localidades de Nahá y Metzaboc, y los del sur, ubicados en la localidad de Lacan ha Chan Sayab.

Los lacandones fueron un imperio que se volvió a la invasión Española. En el momento de su primer encuentro con los españoles (1530), los lacandones habitaban un territorio reducido al sur de la selva lacandona, teniendo como centro la laguna de Lacam-Tun, hoy de Miramar. Hablaban choltí o "lengua de milperos", agricultores y cazadores. Los lacandones, le dieron nombre a la selva, vivían en la parte meridional de la misma, fueron insumisos y sólo pudieron ser sometidos hasta finales del siglo XVII, casi a la par que los itzáes del Petén. Abandonaron la ciudad lacustre de Lacam-Tun a fines del siglo XVI, cuando ésta fue destruida por una expedición militar proveniente de la ciudad de San Cristóbal de las Casas. Se retiraron hacia el sureste y erigieron una nueva cabecera a pocos kilómetros de distancia del río Lacantún, llamándola Sac-Bahián. Por esta razón pudieron prolongar su independencia por más de siglo y medio, hasta que fueron sometidos finalmente en 1695, al ser invadido su último reducto, Sac-Bahián, por tropas españolas venidas simultáneamente de Chiapas y Guatemala.

Como colofón de este proceso, los españoles trasladaron en un primer momento, algunos lacandones hacía el poblado de Dolores en México cerca de la frontera con Guatemala y finalmente a Santa Catarina Retalhuleu, donde en 1769. Se documentó la presencia de los que ellos llamaron "últimos supervivientes", tres ancianos: dos hombres y una mujer. Es muy probable que algunos sobrevivientes terminaran mezclándose con los nuevos habitantes, y que otros se trasladaran a otras zonas para alejarse de los invasores y preservar sus costumbres y lengua del pueblo maya originario de la selva Lacandona.

Su sistema religioso se basa en los ciclos de la naturaleza. Los lacandones consideran que en los tiempos míticos, los dioses supremos habitaron la tierra y que sus moradas eran los grandes centros arqueológicos asentados en la región, como son Palenque, Yaxchilán y probablemente Piedras Negras. Dentro del contexto mítico, se dice que después de crear el inframundo los dioses subieron al cielo, a excepción de algunas deidades intermedias y de todas las menores que tienen sus moradas en cuevas, montículos, lagos y ruinas menores, ubicadas también en la selva. Al igual que el resto de las culturas mayenses, los lacandones practican el culto a las divinidades solares y lunares, y a partir de éstas se establece un ordenamiento jerárquico que desciende hasta los dioses secundarios. Tienen además una concepción cíclica del tiempo; es decir, la creencia en eras sucesivas. Tanto los dioses principales como las divinidades y seres menores se definen como propiciadores y sustentadores del orden cósmico. Cada divinidad mantiene un carácter dicotómico que impone a los hombres una intensa interacción ritual.

Entre los ritos colectivos propiciatorios se encuentra el ofrecimiento de las primicias agrícolas que se llevan a cabo entre agosto y septiembre y el de renovación de incensarios que se efectúa aproximadamente cada seis años. Otro ejemplo de ceremonias colectivas son las que se realizan cuando ocurre algún desastre natural como inundaciones o tormentas que afectan la seguridad de la comunidad y se requiere apaciguar a los dioses que causaron el desastre. Entre las ceremonias individuales se encuentra la conocida con los nombres de Week bir o Meekchar o Mec Chahal con la que se inicia la integración del individuo a la vida comunitaria en función de los papeles que debe desempeñar dentro de ella de acuerdo con su sexo. Los rituales curativos pueden considerarse como de carácter exorcizante y expiatorio. Dentro del espacio sagrado o ritual, los dioses se materializan a través de incensarios de barro. Todos los actos rituales se fundamentan en el mismo patrón: ofrecer copal, comida y bebida ceremonial.

El patrón de asentamiento tradicional entre los lacandones se caracteriza por núcleos de parientes que oscilan entre seis y 15 individuos agrupados en torno a un jefe de familia que generalmente es el hombre de más edad y quien funge como guía espiritual. En décadas anteriores era común la práctica de la poligamia y un hombre podía llegar a tener de dos a cinco mujeres. Esto era visto en la comunidad como símbolo de estatus o prestigio social. Sin embargo, en la actualidad ha ido desapareciendo a causa de la introducción de cultos protestantes que induce a los lacandones a formalizar matrimonio con una sola mujer. A partir de haberse convertido en propietarios legales de una considerable extensión de territorio selvático, este grupo se ha visto en la necesidad de tener representantes formales ante instancias gubernamentales. Para tal efecto, se elige por consenso intercomunitario una comisión integrada por representantes de las tres comunidades.

PUEBLO PREHISPANICO TOTONACA.

Los pobladores totonacas residían en las regiones costeras y montañosas del este de México en el momento de la llegada de los españoles en el año 1519. En la actualidad sus descendientes residen en los estados mexicanos de Veracruz, Puebla e Hidalgo. Ellos fueron los posibles constructores de la ciudad precolombina de El Tajín. La cultura Totonaca sobresale por su cerámica variada, escultura en piedra, arquitectura colosal y por su avanzada percepción urbanística.

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