Ensayo primera guerra mundial
Arturo Ovalle DuclosEnsayo3 de Septiembre de 2015
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1914, el fin de una era, el comienzo de otra.
Alumno: Arturo Ovalle
Profesor: Fernando Wilson
Ayudante: Camila Iturrizagastegui
Viña del Mar, 27 de abril de 2015
Antes que todo, se debe aclarar bien el contexto de la época, es decir, que se estaba viviendo y por qué. En Europa se estaba viviendo una atmósfera pacífica en lo que son las guerras, desde hacía un siglo, de las batallas napoleónicas. Para ese entonces, desde fines del siglo XIX hasta 1914, año que estalló la Gran Guerra, las grandes potencias europeas fueron expandiendo sus imperios, colonizando nuevos territorios en Asia y África, principalmente. Esto, produjo que en cada nación naciera un tipo de sentimiento ambicioso, por crecer y tener más, de tal manera poder expandir sus fronteras y hacer crecer sus economías. Las grandes potencias, dígase Gran Bretaña, Francia, Rusia y Alemania, principalmente, se vieron netamente “afectadas” por el deseo colonizador. Esto es, las naciones ya industrializadas debían buscar nuevos mercados, para así poder vender sus productos, como al mismo tiempo lograr abastecerse de materias primas. Paralelamente, con esto se veía afectado el crecimiento científico y tecnológico, que hacía que los ciudadanos emigraran a otras ciudades en busca de nuevas posibilidades, lo cual favoreció también al crecimiento poblacional. Sin embargo, todo este colonialismo tuvo un cierto impacto en las poblaciones a las que llegaban, puesto que se vieron sometidas a los estándares europeos, pasando de una vida “primitiva” a una en base a lo monetario, y en muchos casos, fueron pasados a llevar por los colonizadores, llegando inclusive al racismo.
Pero, más allá de las colonias y el poderío territorial de cada nación, se fueron consagrando las verdaderas causas de la Primera Gran Guerra. Junto a lo anterior, se ve esencialmente marcado, como se mencionó previamente, el intenso espíritu nacionalista que se vivía en Europa desde el siglo XIX hasta el estallido de la guerra. Paralelamente, la rivalidad económica y política entre las grandes potencias era evidente, se luchaba por quien poseía más y quien era más potente, lo cual significó que las naciones se vieran en marcha a poseer más armamentos para enfrentar una presunta guerra, lo que a corto plazo significaría la creación de alianzas enfrentadas. Alianzas llamadas La Triple Entente, la cual estaba conformada por Inglaterra, Francia y Rusia, y la Triple Alianza, compuesta por Alemania, Austria y Hungría. Dichas alianzas se formaron para velar por los intereses en común de cada nación involucrada, y para de una u otra forma impedir que los oponentes de cada uno siguieran surgiendo. La principal rivalidad existente era entre las dos alianzas ya mencionadas, en donde a mayor escala, el imperio británico velaba por impedir que los germanos tomaran poderío de más territorios, y de la misma forma que no pudieran incrementar su economía e industria. Al mismo tiempo, pero por el lado de Francia, estos ya se veían en conflictos de interés con los alemanes, puesto que en 1870 estos últimos les habían arrebatado las tierras de Alsacia y Lorena, y posteriormente seguirían con un trato algo hostil entre ellos, cuando Alemania le impide la expansión a Francia en territorio marroquí, lo que a la larga implicaría que ambas naciones “rompieran” sus tratados de paz que tenían.
Simultáneamente, estaba Austria-Hungría, quien no se mantenía al margen de todos los arrebatos, puesto que ellos estaban en conflicto con Serbia por el poderío de Bosnia. Tanto conflicto de interés y territorial por parte de los austrohúngaros y serbios, provocó el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona de Austria-Hungría, a manos de un bosnio en Sarajevo, Bosnia. Aquí comienza la guerra. Dicho asesinato fue lo que marcó el inicio a la Primera Guerra Mundial, puesto que con el problema austrohúngaro-serbio, se sumaría a esto también Rusia, puesto que ellos no dejarían que aplastaran a Serbia. Como consecuencia, Alemania, aliado de Austria-Hungría, también se unió a esta lucha, lo que conllevaría a un gran conflicto internacional, en el cual luego se unirían los aliados de Rusia, Inglaterra y Francia, culminando finalmente con un total de más de 30 países involucrados en esta guerra.
A continuación, junto con dos textos, se abarcaran preguntas que ayudarán a comprender de una manera más amplia dicho periodo, entregando opiniones propias, para así poder entregar un análisis completo y objetivo de los sucesos. Esto permitirá crear propios juicios de todo lo acontecido, viendo si efectivamente fue o no necesario que ocurriera toda la guerra, que se pudo haber evitado, que se hizo mal, entre otros aspectos. Para ello, será de suma importancia respaldarse con los textos de los que se dispone, para objetivar Los textos a utilizar son los siguientes: Los Cañones de Agosto, de la autora Bárbara Tuchman; y La Primera Guerra Mundial, de Pierre Renouvin. En cuanto a los textos, se buscará rescatar las principales tesis y/o ideas de los autores, que permitirán abarcar distintos periodos de la época, como a su vez permitirá entender lo sucedido desde distintos puntos de vista.
Por una parte, la autora Bárbara W. Tuchman, publica su libro Los Cañones de Agosto el año 1962, en mira de una narrativa de no toda la guerra, sino que de una mirada a solo los comienzos de esta, y de las mentalidades de los gobernadores de ese entonces. Como se sabe, Europa vivía en una época “gris” en 1914, el dominio territorial, el poderío económico, y la rivalidad internacional, hacían inminente la llegada de los conflictos bélicos nuevamente al viejo continente. Para partir, cabe recalcar que la principal visión de la autora en su libro es que el año 1914 pone fin al siglo XIX, y a su vez da comienzo al “terrible” siglo XX, como así lo denomina, y que seguiría su curso, como lo hace la autora en su obra, con el crítico mes de agosto del año ya mencionado, puesto que es ahí, posterior al asesinato del archiduque, cuando se ven los temas más delicados que darían el inicio “oficial” a la guerra.
Como se aludió previamente, Tuchman mantiene una firme postura respecto a los gobiernos dominantes y sus tomas de decisiones en lo que respecta a las relaciones existentes. Ella menciona que, normalmente, como es debido, las autoridades máximas de una nación deberían siempre saber que esta bien y que está mal, de manera tal que se eviten daños y malas consecuencias para sus países, pero, como dice, en ese entonces no se hizo mención a eso y se llevaron a cabo igual los “malos” actos, provocando grandes daños a sus naciones, evadiendo sus propios intereses. Continua haciendo mención a grandes hitos ya ocurridos en la historia, que cambiaron totalmente el transcurso de lo que pudo haber sido sino, como por ejemplo, el caso de Vietnam, Troya y los totalitarismos de los siglos pasados. Es entonces donde la sabiduría política entra en juego, ya que se podría haber actuado según la propia experiencia, junto al sentido común y al interés del pueblo y no del gobierno, pero como es evidente, esto no se vio reflejado en estos conflictos, puesto que la ambición, la codicia y el imperialismo dominaron ante todo razonamiento, sometiendo a todo y a todos en los intereses propios de cada nación. Para la autora, el problema está en que las partes sabían que los caminos que estabas tomando no eran los adecuados, sin embargo, su ambición y deseo victorioso los llevo a tomar decisiones que en ese entonces no fueron las “correctas”, empañando el ambiente de cada parte, trayendo consecuencias negativas, de las cuales terminarían arrepintiéndose.
Para la autora, la gran cantidad de muertos inocentes durante esta guerra se han convertido en el más crudo olvido por parte de las autoridades de las naciones en disputa, que solo centraron sus intereses, dejando de lado las preocupaciones generales que merece cada sociedad. Como bien dice la autora, “…Los países se vieron acorralados en una trampa…una trampa de la que no hubo y no ha habido salida…”, lo cual termina siendo cierto, porque al igual que en la mayoría de las guerras, el pueblo no tuvo opinión alguna, y se tuvo que someter a lo que sus autoridades buscaban, siendo, los ciudadanos, los más afectados en los conflictos. Con esto, al igual que en la mayoría de la historia universal, se puede rescatar que la guerra efectivamente no es siempre la vía más adecuada para resolver los problemas existentes.
Por otra parte, no muy lejano al texto de Tuchman, se encuentra la obra del historiador francés Pierre Renouvin, La Primera Guerra Mundial, publicado por primera vez al español en el año 1972. En primer lugar, antes de dar las tesis e ideas del autor, cabe resaltar una gran diferencia entre los escritores, la cual es que el mismo Renouvin vivió en carne propia las batallas de la guerra, por lo que tendrá una visión totalmente distinta a la de Tuchman. Este libro, como el autor vivió en primera persona todo lo ocurrido, relata detalladamente las causas, hechos, y consecuencias de la Primera Guerra Mundial, desde una perspectiva totalmente propia y objetiva. En un comienzo, Renouvin detalla los primeros años previos al estallido de la guerra, desde donde hace noción a las causas que finalmente desataron el conflicto. “…Las causas profundas de esta precariedad radican por una parte en las manifestaciones del sentimiento nacional en forma de los movimientos protestatarios de las "minorías nacionales", o de los nacionalismos expansionistas de los grandes Estados; por otra, en la rivalidad de los intereses económicos y financieros…”(La Primera Guerra Mundial, Pierre Renouvin). Dicha cita recalca las causas que el autor propone para el inicio de la guerra, las cuales se “dividen” en el sentimiento nacionalista y los intereses económicos. Es tal vez aquí donde nace lo que el autor califica como la “formación de mentalidades”, las cuales se caracterizan por el sentimiento nacional que había, y por los intereses que tenían más que nada las autoridades de cada nación. en las cuales radican la “Mentalidad de los jefes de Estado o de gobierno”, “Mentalidad de los Estados mayores” y la “Mentalidad de los pueblos”.
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