Epoca Clasica

INTRODUCCIÓN

En el siguiente trabajo daremos una opinión crítica sobre las ideas y problemáticas en la Época Clásica Griega, especialmente la de los relatos de Heródoto, referidos a la segunda guerra médica, y el papel que jugaron los atenienses en ella. El contexto histórico en el que se ubican dichos escritos se sitúan en los años 490 al 480 a. C. aproximadamente.

EL DECISIVO PAPEL DE LOS ATENIENSES EN LA SEGUNDA

GUERRA MÉDICA, SEGÚN HERÓDOTO

Para entender contextualmente este extracto de los escritos de Herodoto debemos saber que las guerras médicas fueron organizadas por los persas y el principal objetivo era apoderarse de Grecia. Fueron disputas impulsadas por la avaricia por parte de estos con motivo de obtener el dominio de sus tierras. Estas guerras se extendieron a lo largo de los años 490 al 480 a. C. aproximadamente, situándose en la época clásica del mundo griego. La primera guerra médica estuvo al mando de Darío, el tercer rey de la dinastía Aquenemica de Persia, desde el año 521 hasta el 584 a. C. Además de las ansias de apoderarse de sus tierras, lo movía un deseo de venganza, ya que anteriormente los griegos habían apoyado a Lydia contra una batalla en la que fueron vencidos por esta. Es así como decide enviar a una expedición a Grecia. Este es el suceso que da inicio a las guerras médicas, y la primera batalla fue la de Maraton, poniendo fin, momentáneamente a la invasión persa.

Diez años más tarde es nombrado rey, Jerjes, hijo del rey Darío, quien asume el poder después de la muerte de su padre. Tras ser coronado, decide emprender la lucha nuevamente en contra de los griegos, se empecina en la idea de volver y apoderarse de sus tierras y así hacer justicia y vengarse por la derrota que había enfrentado su padre Darío, quien no tuvo éxito en su travesía. Así planeó la invasión de Grecia, protagonizando la segunda Guerra Médica, enfrentándose a una coalición formada por Atenas y Esparta. Pero el rey sabía de los problemas internos que había entre los griegos, así se aprovecha de esta situación a su favor y es aquí en donde surge la controversia, ya que algunas ciudades griegas estaban aliadas con los persas, ya que habían cedido sus tierras. En el texto de F. Javier Gómez Espelosín, Introducción a la Grecia Antigua, se refiere a lo siguiente. “El rey persa era consciente de las rivalidades regionales que desgarraban el territorio griego (contaba con buenos informadores al respecto, como el ya mencionado Hipias) y quiso sacar partido de ellas interviniendo como factor de la discordia, bien realizando alianzas, bien mediante el empleo de la intimidación y la fuerza. A estas circunstancias responde el relato de Heródoto sobre el envío de heraldos persas a todas las ciudades de Grecia, para pedir «la tierra y el agua» como una forma de sumisión, que fue violentamente contestada por atenienses y espartanos (arrojaron al heraldo a un pozo), página 155. Es así como podemos darnos cuenta de que el Rey estaba al tanto de lo que sucedía en Grecia.

Inicialmente en esta guerra, los persas derrotan a los griegos en las Termópidas, una inmensa fuerza militar se aproximaba a tierras griegas, estaban dispuestos a conquistar toda Grecia, en su mente no cabía lugar para una derrota, ya que el número de hombres que iba al frente de esta expedición superaba al de los griegos, estaba confiado que se llevaría la victoria y que podría así vengar a su padre Darío. Eran aproximadamente 300.000 hombres y los griegos, que habían formado una coalición, eran solo de 7.000, comandados por la elite del ejército espartano, que se conformaba de unos 300 hombres. La diferencia era notable, pero esta desventaja podía albergar las esperanzas del ejército griego. Los espartanos estaban mejor equipados que los persas, estos últimos iban abastecidos solo con arco y flecha. Era una ventaja que podía ser alentadora a la hora del enfrentamiento. Al ir acercándose a la lucha se fueron dando cuenta de que el ejército espartano estaba venciéndolos

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