La Ilustración S XVIII
eufemiofl8 de Abril de 2015
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LA ILUSTRACIÓN. SIGLO DE LAS LUCES. S. XVIII
¿QUÉ ES Y QUE REIVINDICA?
1. INTRODUCCIÓN
La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual europeo –especialmente con centro en Francia e Inglaterra–que se desarrolló desde finales del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución francesa, aunque en algunos países se prolongó durante los primeros años del siglo XIX. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón y buscar la felicidad y el progreso humanos. Concretamente, el siglo XVIII es conocido como el Siglo de las Luces.
El desarrollo del pensamiento ilustrado se basa en la razón, contrapuesta a la tradición, que era el pensamiento predominante hasta ese momento. La crítica a todo lo establecido y las propuestas para mejorar al individuo son características fundamentales del pensamiento ilustrado.
Los objetivos que persigue la Ilustración son la felicidad individual y colectiva y el progreso de la humanidad basado en el desarrollo científico. También se vuelve la vista hacia la Naturaleza como el medio ideal donde se debe desenvolver el hombre, el cual se supone corrompido por la sociedad.
Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. Tuvo una gran influencia en aspectos económicos, políticos y sociales de la época. Siendo el Neoclasicismo la expresión estética de este movimiento intelectual.
Uno de las personas mas representantes de esta época fue D'Alembert, quien discutió, analizó y agitó desde las ciencias profanas a los fundamentos de la revelación, desde la metafísica a las materias del gusto, desde la música hasta la moral, desde las disputas escolásticas de los teólogos hasta los objetos del comercio, desde los derechos de los príncipes a los de los pueblos, desde la ley natural hasta las leyes arbitrarias de las naciones. Esto indica que lo original del movimiento fue la forma de pensamiento y valoración.
Según el teórico marxista Lucien Goldmann, la Ilustración es «una etapa histórica de la evolución global del pensamiento burgués». Insertaría su filiación doctrinal en el Renacimiento y en las corrientes racionalistas y empiristas del s. XVII: de Descartes, a Locke, pasando por Bacon, Galileo, Hobbes, Newton, Spinoza, o los libertinos, entre otros, y basa su posibilidad sociológica de desarrollo en las revoluciones políticas neerlandesa e inglesa, en el empuje de la burguesía y en las transformaciones económicas en gestación, apoyadas en una coyuntura en alza, que desembocarán en la revolución francesa.
Ubicación de la ilustración
Desde Gran Bretaña, donde algunos de los rasgos esenciales del movimiento se dieron antes que en otro lugar, la Ilustración se asentó en Francia, donde la anglofilia fue difundida por Voltaire, y produjo aquí su cuerpo ideológico, el enciclopedismo, y sus más representativas personalidades (Montesquieu, Diderot, Rousseau, Bufón, etc.). En otras zonas europeas como Países Bajos, Italia, España, Alemania, Polonia, Rusia o Suecia.
Ilustración en España
El siglo XVIII es el de la Ilustración, donde se pone de manifiesto el lema de la revolución ilustrada: "todo para el pueblo pero sin el pueblo". Ante una población desheredada, la cultura es privativa de una minoría. Los pobres no tienen acceso al cultivo de la inteligencia. El pueblo era inculto y tenía un alto índice de analfabetismo, se encontraba ideológicamente dominado por una institución como la iglesia católica muy poderosa y privilegiada, (reacia por tanto al cambio) y que percibía en las nuevas ideas la contestación a su autoridad indiscutida durante siglos.
La llegada a España de la Ilustración se produjo gracias al cambio de la dinastía, es decir, a la llegada de la dinastía Borbónica, la cual procedía de Francia y estaba muy comprometida con la Ilustración. Esto otorgó a España un sentimiento mas Europeo y una apertura hacia el resto de Europa coincidiendo con los reinados de Fernando VI y Carlos III. En este periodo España se encontraba en una decadencia profunda y esto obstaculizó una posterior eclosión. La penetración e implantación de la Ilustración en España fue lenta y conflictiva, y además, los ideales de este movimiento intelectual nunca se lograron del todo. El auge dinámico de algunas de sus zonas geográficas como Cataluña y la actuación coadyuvante desde el poder político facilitaron la aparición de un nutrido y valioso grupo de ilustrados como: Cabarrús, Cadalso, Campomanes, Capmany, Cavanilles, Feijoo, Hervás y Panduro, Jovellanos, Mutis, etc. Todos muy condicionados por el arraigo y la preponderancia del pensamiento teológico tradicional.
Los gremios estaban encerrados sobre sí mismos y limitaban el acceso al aprendizaje. La enseñanza primaria era bastante deficiente y mal dotada de medios. La enseñanza superior se impartía en la Universidad.
El siglo fue propicio a la creación de cenáculos y academias. La pionera fue la Regia Sociedad de Filosofía y Medicina de Sevilla (1700) que más tarde cambiaría el nombre por el de Medicina y demás Ciencias. La Real Academia de Buenas Letras, fundada en 1751 por el presbítero Luis Germán y Ribón; sus socios suelen ser ilustrados y rigurosamente historicistas, aunque tradicionales y religiosos. En 1749 Sevilla contó con la primera Biblioteca Pública. También en este periodo se crearon las Reales Academias de la Historia o el Real Gabinete de Historia Natural.
Por tanto, en España, ya desde finales del s. XVII, se venía produciendo un acercamiento a la cultura y a la literatura francesa, y, a pesar del hostigamiento y la oposición a los reformistas ilustrados, la Ilustración penetró desde muy pronto en España aunque bastante lentamente.
Los grandes cauces de esta penetración fueron:
• La obra personal del padre Feijoo
• Las traducciones de libros franceses; y la publicación de libros y folletos que trataban la nuevas ideas.
• El cambio de estilo de vida influenciado por los grandes viajeros que al salir al extranjero entraban en contacto con la Ilustración y el siglo de las luces.
• La política pacifista, reformador y progresista de los reinados de Fernando VI y, sobre todo, de Carlos III.
• La creación de diversas instituciones culturales como la Biblioteca Nacional (1712), los seis volúmenes del diccionario “La Lengua Castellana” (1726 a 1739), la Ortografía (1741), la Gramática de la Lengua Castellana (1771), y la creación de las primeras publicaciones periódicas literarias y científicas, en las que se mantuvieron enconadas polémicas.
Desarrollo de la literatura del siglo XVIII en España.
La literatura Española del siglo XVIII ha sido juzgada habitualmente como pobre y de escasa calidad. Sin embargo, los escritores de este siglo son cultos, curiosos, y como ya decíamos fecundísimos e infatigables trabajadores.
Los escritores de este siglo poseen muy distintos intereses que los del s. XVII y parten de una realidad sociocultural muy diferente. Por todo ello, la literatura ilustrada española es preferentemente, crítica y didáctica y el género dominante es el ensayo, que permite la libre exposición del pensamiento y de diversos contenidos ideológicos.
En la creación literaria del XVIII se distinguen dos etapas principales:
A. Barroquismo y anti barroquismo: En la primera mitad del siglo conviven dos tendencia literarias enfrentadas, el barroquismo, tendencia que continúa con los dogmas del barroco, literatura estereotipada y expresión retórica y recargada. En contra se encuentra el antibarroquismo totalmente opuesta a la anterior.
B. Neoclasicismo y pre-romanticismo: Esta etapa de extiende desde 1750 hasta las primeras décadas del s. XIX. También aquí podemos distinguir dos tendencias y en ambas, sin abandonar el ensayo y la crítica, la literatura es preferentemente creativa, pero también regida por criterios de “utilidad”, didácticos y moralizantes.
El neoclasicismo floreció en Europa y Estados Unidos aproximadamente desde el año 1750 hasta comienzos de 1800 y se inspiró en las formas grecorromanas. Más que un resurgimiento de las formas antiguas, el neoclasicismo relaciona hechos del pasado con los acontecidos en su propio tiempo. Los artistas neoclásicos fueron los primeros que intentaron reemplazar la sensualidad y la trivialidad del rococó por un estilo lógico, de tono solemne y austero. Cuando los movimientos revolucionarios establecieron repúblicas en Francia y en América del Norte, los nuevos gobiernos republicanos adoptaron el neoclasicismo como estilo oficial porque relacionaban la democracia con la antigua Grecia y la República romana. Más tarde, cuando Napoleón I subió al poder en Francia, este estilo se modificó para servir a sus necesidades propagandísticas. Con el nacimiento del movimiento romántico la prioridad por la expresión personal sustituyó al arte basado en valores ideales. Los autores neoclásicos siguen los ideales precedentes del neoclasicismo francés e italiano, pero en menor medida.
El prerromanticismo es considerado como la madurez del neoclasicismo, de ahí que los mismos autores neoclásicos se conviertan, en su madurez, a los dogmas prerromanticistas. Predominan la introspección con sentimientos personales.
Los
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