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Sociedad y cultura


Enviado por   •  12 de Octubre de 2012  •  Tesis  •  1.980 Palabras (8 Páginas)  •  512 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La ampliación del sistema educativo, del mercado laboral y de los servicios de salud en los últimos 50 años, suscitó que un amplio sector de mujeres “saliera” del ámbito doméstico para incorporarse a las universidades y al campo laboral. Esta incorporación generó cambios en la sociedad, como que el número de hijos disminuyera, que la edad de emparejamiento sea más alta; en general se han trastocado los tradicionales patrones de socialización femeninos.

Gracias a la lucha feminista ahora muchas mujeres participan en diversos ámbitos de lo público, pero la situación aún está muy lejos de lo deseado en términos de equidad e igualdad entre hombres y mujeres. Subsisten serias diferencias y el campo económico es muy ilustrativo: las mujeres ganan menos que los hombres por realizar el mismo trabajo. El acceso a la justicia se complica porque las mujeres desconocen sus derechos, hecho que se magnifica en situación de pobreza.

Para abrir un camino donde la igualdad de oportunidades fuera real, la lucha feminista inició los estudios teóricos de la categoría de género, que en un inicio tenía como puntos centrales estudiar y comprender la dominación masculina y conocer los efectos de la subordinación de las mujeres para erradicarlos.

El presente documento no es una exposición exhaustiva de la equidad de género, la pretensión es mostrar la importancia del aspecto sociocultural en la auto imagen de las personas, hecho que precisará los roles que deberán jugar en la sociedad, mismos que si se quiere alcanzar una equidad entre hombres y mujeres, deben modificarse.

Se definirán conceptos como género, diferencia entre equidad e igualdad de género, el rol que el lenguaje ha jugado como transmisor de la división sexual del trabajo, y la exposición de dos planteamientos que tocan elementos clave en la configuración de género: el primero se basa en los roles sexuales y el segundo, enuncia que la desigualdad social entre hombres y mujeres está basada en diferencias biológicas.

Género

Existen diversas corrientes teóricas en los estudios de género, pero hay planteamientos comunes como la necesidad de comprender las relaciones de género, cómo se construyen o experimentan, cómo se piensa o se deja de pensar en ellas, todo con el fin de proponer un orden distinto.

El género es el resultado de las construcciones culturales, es decir, la manera en que cada sociedad define lo que es ser femenino y lo que es ser masculino. El sexo no es determinante en los distintos roles que juegan hombres y mujeres, lo que es determinante es la construcción social acerca de lo que se espera de cada uno.

Martha Lamas nos dice que “el concepto de género se construyó para explicar la desigualdad entre sexos, para reconocer que los comportamientos masculinos y femeninos no dependen de los hechos biológicos sino que tienen detrás la construcción social.” (Lamas, 2007).

Con base en estas construcciones se determina qué está permitido para cada sexo y qué está prohibido. Acciones tan cotidianas como que las mujeres son más “sensibles” y que los hombres “no lloran” o que las mujeres deben estar al cuidado de los hijos y los hombres proveer a la casa, tienen detrás esta construcción social.

De ahí surgen los conceptos de “feminidad” y masculinidad, mismos que determinan no sólo el comportamiento, sino también el funcionamiento, las oportunidades, la valoración y las relaciones entre hombres y mujeres.

Sociedad y cultura

De acuerdo con Alma Fernández Hasan, la sociedad y la cultura generan y reproducen patrones tradicionales de roles y relaciones entre hombres y mujeres; éstos están signados por la desigualdad y la asimetría de poder entre los géneros y tienden a actuar, predominantemente, en detrimento de las posibilidades de las mujeres. Los patrones culturales están profundamente introyectados como modelos que se perciben a través de valores, principios y actitudes que sustentan el estilo de vida y la cultura de la sociedad.

El ámbito laboral es uno de los espacios sociales donde se reproducen patrones tradicionales ya que se encuentra regido por parámetros fuertemente tradicionales de distribución de actividades entre los géneros (secretaria, docente, enfermera, etcétera,) hecho que conlleva profundas restricciones a las oportunidades que tienen las mujeres de insertarse en la actividad económica ya que éstas difícilmente tienen acceso a los espacios de toma de decisiones.

El espacio público es, precisamente, uno de los puntos más importantes para promover la equidad de género porque si las mujeres no están en espacios de toma de decisiones, difícilmente se equilibrará la balanza.

Teorías

A continuación se enuncian algunas de las teorías que dieron inicio a la conceptualización de género y las implicaciones que éste tiene en los roles sociales, así como en la desigualdad entre hombres y mujeres, de acuerdo con Cecilia Blondet:

Teoría de los roles sexuales. Esta teoría, que proviene de una corriente liberal dentro del feminismo, revela la irracionalidad existente en las expectativas que la sociedad impone sobre lo "adecuadamente" masculino y femenino. Al demostrar que el cumplimiento de estas expectativas tiene consecuencias en la opresión social de las mujeres, esta corriente propició un amplio debate que trajo consigo cambios visibles en las instituciones sociales que se encargan de proponer y diseminar estos roles o expectativas a través de la producción de estereotipos, en particular, el sistema educativo y los medios de comunicación (Blondet).

En esta corriente, se identifican los roles demandados de cada sexo en estas instancias, muestran su irracionalidad y su efecto en la subordinación de las mujeres y la conflictiva conformación de la identidad masculina.

La limitación de esta corriente es que no involucra aspectos relacionados con el poder, la violencia o la inequidad material, y se ha concentrado principalmente en la desigualdad entre hombres y mujeres, descuidando la desigualdad entre los distintos sectores sociales y la situación de opresión de los varones de sectores populares.

La segunda corriente parte del reconocimiento de la desigualdad social entre hombres y mujeres basada en diferencias

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