Tesoro de Guarrazar
Enviado por Borja Fernandez Barrero • 15 de Noviembre de 2018 • Tareas • 1.438 Palabras (6 Páginas) • 209 Visitas
El Tesoro de Guarrazar |
Análisis de una fuente histórica por Borja Fernández Barrero |
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Descripción general del tesoro:
El tesoro de Guarrazar, es un tesoro fabricado por orfebres visigodos que fue hallado en el yacimiento arqueológico Huerta de Guarrazar, situado en Toledo en la localidad de Guadamur. Se cree que cuando Hispánia fue invadida por los árabes, las coronas y joyas que adornaban las iglesias visigodas de Toledo, fueron escondidas en el cementerio de Guarrazar con el fin de protegerlas de los árabes y recuperarlas más adelante. Descubierta la primera fosa en el año 1858 por Francisco Morales y María Pérez, en lo que parecía una tumba de un antiguo cementerio abandonado desde hace centenares de años, estos al salir por la noche y a hurtadillas para llevarse el tesoro encontrado, fueron vistos por su vecino Domingo de la Cruz, que les siguió y encontró justo al lado de la ya vacía fosa, otra igual y con el mismo valor. Las excavaciones finalizaron en 1861. Este tesoro está compuesto por coronas de oro, piedras preciosas, perlas, nácar, cálices, vidrios, cruces, y varios objetos de oro y gemas etc… Seguramente, todo esto fue ofrecido por reyes visigodos y personas de alto rango de Toledo, como voto a alguna de las basílicas de la capital, como costumbre bizantina de la corte visigoda.
Este tesoro es una de las más bellas muestras de orfebrería visigoda del siglo VII, y una manifestación de arte bárbaro europeo más refinado. En su origen contaba con doce coronas y varias cruces, pero ha sufrido con el paso del tiempo, los traslados y los robos. Pero aun así, sigue formando un conjunto excepcional a día de hoy.
Actualmente, existen excavaciones en la llamada Huerta de Guarrazar, para recuperar las ruinas de la iglesia de Santa María de Sobarces y el monasterio existentes en su día. Las excavaciones son ahora un museo al aire libre.
Actualmente el tesoro está repartido entre tres sedes: Museo Arqueológico Nacional, Palacio Real en Madrid y el Musée National du Moyen Age en París.
Contexto en el que fue elaborado y hallado:
De los dos conjuntos hallados, cada uno corrió una suerte distinta.
El primer conjunto, que fue hallado por Francisco Morales y María Pérez, después de malvender de manera clandestinas a joyeros toledanos bastantes trozos de coronas, objetos de oro y bastantes esmeraldas y piedras de las coronas, de los cuales la mayoría fueron fundidos, las piezas restantes llegaron a manos de un conocido de la pareja, un francés llamado Hérourt, que era amante de las antigüedades.
Hérourt se puso en contacto con José Navarro, diamantista de la época y conocedor de las antiguas artes preciosas. Ambos buscaron piezas del tesoro por todos los establecimientos toledanos, consiguiendo así reunir y dar forma a seis cruces y ocho coronas. Después de esto y de invertir bastantes reales, Hérourt se marchó a Paris en 1859 para vender las piezas al gobierno de Francia y así exponerlo en el Museo Nacional de la Edad Media, de París. Para que todo esto fuera legal, Hérourt compro la finca donde se encontró el tesoro. Así evitaría posibles reclamaciones del dueño del terreno y poder ir en busca de nuevas joyas. Pese a ello, la noticia llego rápido a España e intervino la Comisión Provincial de Monumentos y el Gobierno de la nación, para iniciar una reclamación diplomática de las piezas llevadas a Francia.
El segundo conjunto lo mantuvo oculto la familia de su descubridor Domingo de la Cruz durante algo más de dos años. Este lote sufrió también varias perdidas debido a la venta de tres cuartas partes de las piezas.
Finalmente, en 1861, Domingo de la Cruz, ante la difícil tarea de deshacerse de las piezas restantes, opto por regalarle a la reina Isabel II las pocas piezas que quedaban de ese lote, entre ellas la corona de Suintila. En 1921 esta corona fue robada de la Real Armería del Palacio Real, y años más tarde otras piezas y fragmentos.
La reina al día siguiente mando a Antonio Flores, Secretario de la Intendencia de la Real Casa y Palacio, a recuperar las piezas del tesoro que aún quedaban ocultas por la familia de Domingo de la Cruz.
Antonio Flores investigó y consiguió convencer a la familia de Domingo de la Cruz de entregarles todo lo que conservaban del tesoro a cambio de unas pretensiones económicas altas. Después de su compensación económica, Domingo de la Cruz, confeso haber destruido muchas joyas e informo de algunos de los objetos perdidos que el mismo poseyó, tales como unos cinchos de oro y piedras preciosas, más una paloma de oro a tamaño natural con piedras preciosas.
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