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Canivales Y Reyes Los 5 Primeros Capitulos


Enviado por   •  29 de Julio de 2011  •  2.114 Palabras (9 Páginas)  •  1.194 Visitas

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El origen de la supremacía masculina

y del complejo de Edipo

La guerra es responsable de una amplia gama de instituciones de supremacía masculina entre las sociedades grupales y aldeanas.

Muchas mujeres temen que si la supremacía masculina ha existido durante tanto tiempo, tal vez sea realmente natural que los hombres dominen a las mujeres ,supremacía masculina surgieron como una de las consecuencias de la guerra, del monopolio masculino de las armas y del empleo del sexo para el fomento de las personalidades masculinas agresivas. Las feministas han intentado oponerse a la opinión de que la supremacía masculina es natural al negar que existiera entre la mayoría de los pueblos grupales y aldeanos.

En los casos más extremos, las feministas han insistido recientemente en que la alta incidencia registrada de instituciones de supremacía masculina es una ilusión creada por las mentes sexistas de los observadores masculinos responsables de la mayoría de las descripciones de la vida grupal y aldeana.

En las sociedades cuando las mujeres se casan deben mudarse al hogar de su marido o de los parientes paternos de su marido, en tanto que sólo en la décima parte los novios deben ir a vivir al hogar de su desposada o de los parientes maternos de su desposada y la cuenta de la descendencia de los hijos muestra una asimetría semejante y estos son considerados miembros del grupo de descendencia paterna con más frecuencia que con la que son considerados miembros del grupo de descendencia materna.

Los tipos de matrimonio también dan fe del dominio de los hombres en los asuntos internos. La poligamia (un marido, varias esposas) tiene lugar con una frecuencia 100 veces mayor que la poliandria (una esposa, varios maridos) y es la forma matrimonial funcionalmente mejor adaptada para utilizar el sexo y las mujeres como recompensas de la conducta masculina agresiva.

Otra institución común relacionada con el matrimonio ofrece aún más pruebas de la supremacía masculina culturalmente inducida en relación con la guerra y, en última instancia, con las presiones ecológicas y reproductoras. En el matrimonio, es sumamente común una transferencia de objetos de valor por parte de la familia del novio a la de la novia esta transferencia es conocida con el nombre de precio de la novia, compensa a la familia de la novia por la pérdida de sus valiosos servicios productivos y reproductores hoy en día esto todavía se realizan en el oriente (países árabes).

En la mayoría de las sociedades grupales y aldeanas el dominio masculino se evidencia en la división del trabajo. Las mujeres realizan tareas pesadas como desherbar, moler y machacar semillas, recoger agua y leña, llevar de una parte a otra los hijos pequeños y los enseres de la casa y cocinar rutinariamente.

El origen de los estados prístinos

Muchos tiempo atrás en la mayoría de las sociedades grupales y aldeanas el ser humano medio disfrutaba de libertades económicas y políticas que hoy sólo goza una minoría privilegiada; puesto que ellos decidían por su cuenta cuánto tiempo trabajarían en un día determinado, en qué trabajarían y a pesar de que los hombres subordinaba a las mujeres generalmente también organizaban sus tareas cotidianas y se fijaban un ritmo sobre una base individual, La gente hacía lo que tenía que hacer, pero nadie les decía dónde ni cuándo.

Un hombre podía decidir que el día era bueno para estirar el arco, para apilar hojas, para buscar plumas o para holgazanear por el campamento. Una mujer podía decidir que buscaría raíces, recogería leña, trenzaría una cesta o visitaría a su madre.

La tierra, el agua, los vegetales y los animales de caza eran propiedad comunal. Todo hombre y mujer tenía derecho a una porción igual de naturaleza. Ni las rentas ni los impuestos ni los tributos impedían que la gente hiciera lo que quería. Todo esto fue arrasado por la aparición del estado y con esta aparición los hombres comunes que intentaban utilizar la generosidad de la naturaleza tuvieron que conseguir el permiso de otro y pagarlo con impuestos, tributos o trabajo extra. Fueron despojados de las armas y de las técnicas de la guerra y la agresión organizada y éstas entregadas a soldados-especialistas y policías controlados por burócratas militares, religiosos y civiles y aparecieron sobre la tierra reyes, dictadores, sumos sacerdotes, emperadores, primeros ministros, presidentes, gobernadores, alcaldes, generales, almirantes, jefes de policía, jueces, abogados y carceleros, junto con mazmorras, cárceles, penitenciarías y campos de concentración.

Los seres humanos aprendieron por primera vez a hacer reverencias, a humillarse, a arrodillarse y a saludar humildemente. La aparición del estado significó, en muchos sentidos, el descenso del mundo de la libertad al de la esclavitud. Todo esto ocurrió primero en determinadas regiones del mundo.

Sabiendo que un estado prístino es aquel en el que no hay una situación preexistente que estimule el proceso de formación del estado, todos los procesos de desarrollo están influidos por la interacción con otras sociedades, pero existen situaciones en las que ninguna de las culturas externas es más compleja que la que se considera y esas situaciones pueden considerarse como prístinas.

El mejor modo de comprender la aparición de los estados prístinos sería como consecuencia de la intensificación de la producción agrícola. Al igual que los cazadores-recolectores, las aldeas agrícolas solían intensificar sus esfuerzos de producción de alimentos a fin de aliviar las presiones reproductoras.

Los agricultores de aldeas sedentarias suelen desarrollar instituciones especiales que estimulan la intensificación al recompensar claramente a aquellos que trabajan más que otros. Una parte clave del proceso por el cual se desarrolló la estructura de subordinación del estado estriba en la naturaleza característica de las instituciones responsables de recompensar a los intensificadores de la producción en las aldeas agrícolas sedentarias pre-estatales.

La mayoría de los antropólogos se refieren a los intensificadores de la producción agrícola con el apelativo de grandes hombres. En su etapa más pura y más igualitaria, la más conocida gracias a los estudios de numerosos grupos de Melanesia y Nueva Guinea, los grandes hombres juegan el papel de individuos trabajadores, ambiciosos y llenos de civismo que persuaden a sus parientes y vecinos para que trabajen para ellos al prometerles celebrar un enorme festín con los alimentos extras que produzcan y son estos hombres los que llegan a alcanzar

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