Las Aptitudes Sobresalientes

LA ESCUELA TRANSFORMADA.

El conjunto de elementos que constituyen el sistema educativo se muestra obsoleto.

Se requiere de cambio constante y progreso como sello distintivo de la era moderna.

Incapacidad de nuestras sociedades para hacer frente a las transformaciones sin sufrir crisis.

Se requiere una reconversión de la burocracia.

Es la institución escolar como unidad de servicio donde se juega la suerte de la calidad y la equidad de la oferta educativa, para ello se habla en ocasiones de escuelas de forma muy concreta, es decir que solamente algunos sectores o escuelas se comprometen con la transformación flexible del servicio burocrático eficiente.

En los 60s y 70s el centro del cambio era el docente y su necesidad de mayor capacidad para impartir lo que marcaban los nuevos programas, proporcionando guías para maestros y alumnos, además de material didáctico sugerido.

No se obtuvo el resultado previsto debido a la poca autonomía del docente para realizar su trabajo y a la poca creatividad de este para hacerlo.

Guiomar, habla de que el proceso educativo debe partir de las necesidades de la escuela, y debe también aterrizar en sus metas y logros en función de las características de la escuela.

El maestro se ha revelado pues como un gestor, innovando en la manera de ejercer su capacidad de convocatoria al plantear sus necesidades de acuerdo con las de la comunidad educativa.

Sin embargo cuando en la gestión los proyectos planteados no coincide con la forma en que se conducen los administradores de lo educativo se eliminan o bloquean sus sugerencias o propuestas.

El planteamiento de Gore respeto de los tres tipos de conceptualizaciones básicas que describen la organización escolar coinciden en primer lugar cuando se refiere a la organización como herramienta, cuando describe que tienen una estructura formalizada y con división horizontal de trabajo y vertical de autoridad, tal como está planteada la estructura de funcionamiento de la educación.

Tal como están estructurados los planes y programas propuestos en la RIEB, pues la operatividad de esa reforma permite interpretar los resultados de la misma para logra afinar otras maneras de mantener el control que sobre aquellos que se está formando, se tiene.

La organización como escenario de interacción social plantea que las relaciones humanas generan constante aprendizaje y la reproducción de estos aprendizajes habrá de ser variable en cantidad y calidad toda vez que la manifestación de estos, dependerá claramente de los juicios de valor que para cada individuo sea necesario hacer de acuerdo con lo relevante que sea o no para cada uno un aprendizaje.

Sin embargo, cuando hablamos de aprendizaje organizacional Schon advierten de las ventajas y desventajas del mismo, pues al establecer fuertes normas de rendimiento y aprendizajes dados en una línea determinada, se puede apreciar como es prácticamente imposible hablar de integralidad formativa en el individuo, cuando precisamente depende de otro individuo el que se lleve a cabo esa integralidad, es decir que habría pues de ser absolutamente, que quienes intervienen en el proceso educativo, cuenten con una formación que les permita intervenir de forma eficiente y coordinada al pretender alcanzar cierta meta con un grupo de individuos bajo su responsabilidad legal y moral.

Respecto de la organización como sistema viviente Gore también distingue tres grupos:

• Las que tratan a las organizaciones como organizamos que intentan adaptarse a un entorno y están gobernadas por normas dispuestas por el esfuerzo adaptativo.

• Las que consideran distintas clases de organizaciones como especies seleccionadas por el ambiente, que crecen o declinan de acuerdo con leyes ideológicas.

• Las que consideran las organizaciones como sistemas de relaciones que comparten características similares con los sistemas vivientes.

En esta última se plantea la transformación o evolución de esta organización como algo que surge desde dentro de la misma organización y que ve al aprendizaje como una corrección del error, siendo el error las diferencias existentes entre los resultados de la experiencia y lo que se había planteado lograr.

Resulta importante rescatar como, por medio de una breve pero muy asertiva clasificación de tipos de aprendizaje del individuo y el adecuado desempeño de una función determinada en cuanto a que existe en los individuos cierta predisposición para que le sea más fácil desempeñar ciertas tareas que otras, y se aventura aún más al señalar que si una persona no aprende a realizar una tarea, no es que sea incapaz de desarrollar estas estructuras neuronales que se encargan del aprendizajes y la inteligencia, sino que simplemente no es la persona adecuada para desarrollar esa tarea.

Trasladando al campo educativo lo anterior, podríamos incluso aseverar que quienes están a cargo de un grupo de estudiantes requieren pues de los elementos teóricos que les permitan establecer quienes son más aptos para desarrollar aprendizajes que entran en la norma evaluativa oficial y más aún, determinar solos o en equipo, quienes requieren de un planteamiento diferente de los aprendizajes a lograr y es precisamente aquí en donde interviene la figura de un equipo interdisciplinario que en base al perfil de cada uno de sus integrantes y de las habilidades y competencias propias que como equipo deben poseer y proyectar, habrán de cumplir con lo que su tarea educativa les demanda.

Ante lo anterior surge un cuestionamiento:

¿Quiénes deben hacerse cargo de la conducción de la educación y sus políticas?

La estructura educativa ha evolucionado de una forma sin comparación durante los últimos 15 años, respecto de los 80 años previos a estos, considerando como se desempeña el docente frente a un grupo y de que recursos se apoya para hacerlo y como se desempeña el docente frente a un grupo y de que recursos se apoya para hacerlo y como se desempeña un directivo frente a una planta docente y de padres de familia y autoridades civiles y educativas y con qué recursos lo hace.

La afirmación que dice “el crecimiento y expansión educativa no presentan a la decisión política solo un problema de escala, sino que plantean desafíos cualitativos que suponen volver a pensar hacia donde ir y como deben

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