PENSAR BIEN SENTIRSE BIEN

Pensar Bien, Sentirse Bien.

Walter Riso.

Parte I

La Testarudez de la Mente y La Resistencia al Cambio

La mente humana es perezosa. Se autoperpetúa a sí misma, es llevada de su parecer y con una alta propensión al autoengaño. Vivimos enfrascados en un dialogo interior interminable donde la realidad externa no siempre tiene entrada. La mente nos es un sistema de procesamiento de información amigable, predecible y fácilmente controlable, como ocurre con muchos computadores; nuestro aparato psicológico tiene intencionalidad, motivos, emoción y expectativas de todo tipo. La mente es egocéntrica, busca sobrevivir a cualquier costo, incluso si el precio es mantenerse en la más absurda irracionalidad.

La mayoría de personas mostramos una alta resistencia al cambio. Preferimos lo conocido a lo desconocido “Más vale malo conocido que bueno por conocer”, todo cambio es incomodo Teilhard de Chardin consideraba que todo crecimiento está vinculado a un grado de sufrimiento. Crecer duele y asusta.

La novedad produce dos emociones encontradas, Miedo que actúa como un freno y La Curiosidad que actúa como un incentivo. Podemos llevar a cabo la ruptura con lo que nos ata de dos maneras; de forma rápida, jugándonosla sin anestesia, aceptando lo peor que nos podría ocurrir, o de forma lenta lo cual consiste en despegarse y despegarse. Las teorías o las creencias que hemos elaborado durante toda la vida sobre nosotros mismos, el mundo y el futuro se adhieren a nuestra psiquis, se mimetizan con todo el trasfondo informacional y las convertimos en verdades absolutas. Le hacemos demasiado caso a las creencias que nos han inculcado de pequeños.

La realidad se impone de manera correctiva sobre cualquier creencia errada, Una experiencia vital vale más que mil palabras. Al menos tres aspectos influyen para que la mente se cierre sobre si misma y viva en el autoengaño:

✓ La economía mental o cognoscitiva

✓ Las profecías autorrealizadas

✓ Las estrategias evitativas y compensatorias

← ECONOMÍA COGNOSCITIVA O LEY DEL MÍNIMO ESFUERZO.

Cuando la información que llega al organismo no coincide con las creencias que tenemos almacenadas en la memoria, resolvemos el conflicto a favor de las creencias o esquemas ya instalados, es decir, nos hacemos trampa. Para esto la mente tiene 3 opciones

1. Revisar las creencias y remplazarlas por otras

2. Calibrar, es decir crear una excepción a la regla

3. Negarse a la revisión de la creencia es decir se buscaría cualquier excusa para no aceptar la nueva información.

La mayoría de las personas eligen la tercera opción por crudo que parezca. Lo que coincide con nuestras expectativas lo dejamos pasar y lo recibimos con beneplácito, lo que es incongruente con nuestras creencias o estereotipos lo ignoramos, lo consideramos “sospechoso” o simplemente lo alteramos para que concuerde con nuestras ideas preconcebidas. La economía mental, la que nos mantiene atados a los viejos hábitos, depende de una serie de mecanismo erróneos llamados sesgos. En el libro se abordan tres que aunque se tratan por separado actúan conjuntamente en la práctica.

Sesgos Atencionales:

Cuando prestamos atención no lo hacemos de manera objetiva y desprevenida. La atención trabaja al servicio de los esquemas que tenemos. Nos es libre, sino esclava de las creencias. Vemos lo que nos conviene, sacrificamos el todo, lo real, por aquellas partes o trozos de información que concuerdan con nuestra motivación básica.

✓ Un narcisista está más atento a los elogios que a las críticas.

✓ Una persona con esquema de incompetencia prestara más atención a sus fallas que a sus aciertos.

✓ Una persona con esquema de abandono estará más atenta a señales de rechazo que a señales de afecto.

Como atacar esta Distorsión? La atención debe ser balanceada. Ver todo lo bueno y lo malo, estar en contacto pleno con la realidad. Tomar conciencia de los esquemas que dirigen nuestra atención y completar la observación con lo que nos quedó por fuera. Concentrar la atención en todos los aspectos de la realidad que nos rodean.

Sesgos de Memoria:

Nuestros recuerdos no son tan pulcros y objetivos como nos gustarían, a diferencia de lo que nos sugiere el sentido común, la memoria no permanece inalterable a través de los años. Recordamos más fácil y mejor aquello que concuerda con nuestros esquemas o creencias almacenadas.

✓ Una persona que se cree torpe recordará más fácilmente torpezas que situaciones en la que haya sido hábil.

✓ Una persona carente de afecto recordará más fácilmente fracasos afectivos que momentos de amor.

✓ Una persona que crea desleal a un amigo, recordara mas fácilmente intrigas que momentos de compañerismo

Como atacar esta Distorsión? Es bueno tomar con pinzas aquellos momentos que confirman ciertos malestares que alteran y causan dolor. Se tiene que tener una memoria balanceada, razonada y razonable. Una memoria discriminada en la convicción de que no todo lo que brilla es oro, ni nada es tan horrible o tan espectacular como el pasado nos sugiere.

Sesgos Perceptivos:

Los seres humanos construyen en gran parte su mundo interior. Son activos procesadores de la información afectan el ambiente y el ambiente les afecta.

Los sesgos perceptivos hacen referencia a las interpretaciones irracionales, erróneas o ilógicas que hacemos de los hechos. Son conclusiones equivocadas que sacamos a partir de lo que observamos o recordamos. Los sesgos perceptivos hacen ver lo que no es. Obligan a la persona ha alcanzar conclusiones equivocada donde ella es centro de todo.

Como atacar esta Distorsión? Haciendo una verificando de forma consiente, lo cual consiste en revisar las premisas de las cuales se parten y examinar el proceso por el cual se llega a ciertos resultados.

Las generalizaciones apresuradas son peligrosas porque siempre hay excepciones a las reglas que se pueden ignorar. Lo ideal es, lentificar

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