Resumen Introducción a la sociología: Capítulo 2 de Peter Berger
Ruth Camacho SantacanaResumen4 de Mayo de 2022
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Introducción a la sociología, Peter Berger
Capitulo 2 La sociología como una forma de conciencia
(Resumen a base de fragmentos del capítulo)
En otras palabras, la sociología no es independiente del tiempo ni es una empresa forzosa de mente humana. La sociología se manifiesta más bien como una reflexión peculiarmente moderna y occidental.
El sociólogo considera que el término “sociedad” denota un gran complejo de relaciones humanas, o expresándolo en un lenguaje más técnico, piensa que se refiere a un sistema de interacción. Dos personas charlando en una esquina difícilmente constituirán una sociedad, pero tres personas que han quedado desamparadas en una isla sin duda alguna sí lo serán. El adjetivo “social”, en sociología, se usa para referirse a la calidad de la interacción, de la interrelación y de la reciprocidad. Así, dos hombres charlando en una esquina no constituyen una “sociedad”, pero lo que trasciende de ellos es sin duda “social”. Definición de Weber de una situación “social”: aquella en la que la gente orienta recíprocamente sus acciones. La trama de significados, expectativas y dirección resultante de tal orientación mutua es la materia prima del análisis sociológico.
Fue con la desintegración del estado absoluto que la estructura subyacente de la “sociedad” empezó a verse.
La perspectiva sociológica puede sobreentenderse en razón de expresiones tales como “percatarse”, “examinar detrás”, en forma muy parecida a la manera en que estas frases se emplearían en el lenguaje común –“adivinar su juego”, “mirar tras bastidores” –: en otras palabras, “estar al corriente de todos los trucos”. La perspectiva sociológica implica un proceso de “comprensión” a través de las fachadas de las estructuras sociales. La percepción de la realidad que existe tras las fachadas exige un gran esfuerzo intelectual. Por tanto, la percepción de la realidad que existe tras las fachadas exige un gran esfuerzo intelectual. El sociólogo mirará tras los mecanismos oficiales que regulan el poder de la comunidad. No significa que se consideren ineficaces o ilusorios, pero buscar el poder real en sitios reconocidos públicamente es absolutamente erróneo. El sociólogo que investiga nuestras formas de noviazgo y matrimonio mirará más allá de las interpretaciones proporcionadas directamente y aprobadas públicamente. Investigará más allá de lo que se entiende por “milagro del amor” y descubrirá una compleja trama de estructura institucional (la clase, la profesión, ambiciones económicas, aspiraciones de poder y prestigio…).
La gente habla generalmente de un “problema social” cuando algo en la sociedad no funciona en la forma en que se supone debería hacerlo según las interpretaciones oficiales. Un problema sociológico es algo totalmente diferente de un “problema social”. Los problemas que interesarán al sociólogo no son necesariamente los que otra gente puede llamar “problemas”. El problema sociológico es siempre la comprensión de los factores que intervienen en términos de interacción social. No consiste tanto en saber por qué algunas cosas funcionan mal desde el punto de vista de las autoridades y de la administración de la escena social, sino, en primer lugar, cómo funciona todo el sistema, qué conjeturas pueden extraerse de él y por qué medios se mantiene sin interrupción. El problema sociológico fundamental no es el crimen, sino la ley; no es el divorcio, sino el matrimonia; no es la discriminación racial, sino la estratificación definida racialmente; ni la revolución, sino el gobierno.
Desenmascarar:
Existe un motivo de desenmascaramiento y demostración de mentira o de exageración inherente a la conciencia sociológica. Las raíces del motivo para desenmascarar en sociología, no son psicológicas, sino metodológicas. Emile Durkheim, fundador de la escuela más importante en la sociología francesa, recalcó que la sociedad era una realidad sui generis, una realidad que no podía reducirse a factores psicológicos o de otro tipo en los diferentes niveles del análisis.
Desde la perspectiva de Durkheim, vivir en sociedad significa existir bajo el dominio de la lógica de dicha sociedad. Para descubrir la dinámica interior de la sociedad, con frecuencia el sociólogo ha de hacer caso omiso de las respuestas que darían a sus preguntas los propios representantes sociales y buscar explicaciones que se ocultan a su propio conocimiento. Este enfoque esencialmente durkheimiano se ha trasladado al enfoque teórico llamado ahora funcionalismo. En el análisis funcional se analiza la sociedad en términos de sus propias obras, como sistema, obras que a menudo resultan obscuras u opacas para los que actúan dentro del sistema. El sociólogo contemporáneo Robert Merton ha expresado muy bien este enfoque en sus conceptos de las funciones “manifiestas” y “latentes”. Las primeras son las funciones conscientes y deliberadas de los procesos sociales, las últimas son las inconscientes e involuntarias. Por ejemplo, las misiones cristianas en algunas partes de Africa “manifiestamente” trataban de convertir a los africanos al cristianismo y “latentemente” ayudaban a destruir culturas.
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