Unidad 2 Semblanza del funcionamiento del Sistema Educativo Mexicano
Abimael Antonio PinedaTarea12 de Marzo de 2017
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Nombre de la materia
Análisis del Sistema Educativo Mexicano
Nombre del alumno
Abimael Antonio Pineda.
Tarea
Síntesis de la Lectura
Unidad 2
Semblanza del funcionamiento del Sistema Educativo Mexicano.
Maestra
Dra. María de la Paz Salazar Millares
Fecha
09 de marzo de 2017
Introducción.
En esta actividad se realizará una síntesis mediante el analices y presentación de las principales aportaciones de los autores en la cobertura y estructura del SEM, las políticas de la educación superior en México, así como el panorama de la educación en el 2015. Partiendo de las lecturas cobertura del sistema educativo mexicano, Actores y políticas en la educación superior mexicana, y por último sobre el panorama educativo.
Desarrollo.
Cobertura y estructura del Sistema Educativo Mexicano: problemática y propuestas.
N. de Lectura 9
Durante el desarrollo de esta lectura se hablar de dos temas fundamentales de la realidad educativa mexicana. En primer lugar, se analizan las dimensiones social, política, territorial, económica y cultural de la cobertura educativa alcanzada en los distintos tipos, niveles y modalidades del sistema, además se destacará el reto de alcanzar niveles de universalización en la educación obligatoria, así como de lograr una distribución cuantitativamente suficiente, de mayor calidad y mejor equilibrada en la educación superior.
En segundo lugar, se analizan las estructuras del Sistema Educativo Nacional (SEN), para lo cual se tomarán en cuenta dos dimensiones de la cual una de ellas consiste en el examen de las actuales formas de organización de los servicios educativos del país y las entidades federativas, así como del marco normativo que las sustenta. La otra dimensión se elabora a partir de una comparación internacional, con especial atención en la duración de los diferentes ciclos educativos, las edades de ingreso y la articulación entre tipos y niveles escolares.
Avances y limitaciones de la cobertura educativa en México.
Entre los indicadores utilizados con más frecuencia para explorar la relación entre la demanda y la oferta de servicios en un sistema educativo determinado destacan las tasas de cobertura. El uso de este indicador se remonta a los primeros ejercicios de planeación sistémica en el sector educativo de alcance nacional, en los años cincuenta y sesenta.
Entre las razones que justifican el uso generalizado de las tasas de cobertura en los estudios sobre el desempeño de los sistemas educativos sobresale la facilidad de su construcción, a partir de datos agregados generalmente disponibles en los registros de estadísticas nacionales, como es el caso de las estadísticas sobre población (censos y proyecciones demográficas), así como la información acerca de la matrícula existente en los distintos niveles del sistema educativo. La tasa bruta de cobertura (tbc) expresa la relación cuantitativa entre la población escolar total de un nivel educativo determinado, independientemente de la edad de los individuos matriculados (numerador) y la población total que integra el grupo de edad al que teóricamente corresponde ese nivel (denominador).
Altos niveles de cobertura bruta pueden ser alcanzados en condiciones en que la matrícula escolar está compuesta, además de la población escolar dentro de la edad típica del nivel, por conjuntos estudiantiles fuera de la edad correspondiente. Tales conjuntos pertenecen, por lo común, a alumnos de ingreso prematuro o tardío, estudiantes repetidores o estudiantes que retornan a la escuela tras un lapso de abandono. Aunque el fenómeno de la extraedad está generalizado en todos los niveles educativos, en la educación después del ciclo básico es más acentuado, y por lo tanto su impacto es mayor en el indicador de cobertura bruta (Gil Antón et al., 2009).
Los valores de tbc dependen no sólo del comportamiento de la matrícula, es decir, del numerador del indicador, sino también del crecimiento o disminución del volumen de población de los grupos de edad de referencia. Por lo anterior, se suele recomendar complementar el análisis de cobertura con información adicional sobre las trayectorias escolares dentro y entre los niveles del sistema escolar, por ejemplo las tasas de absorción, deserción y reprobación, así como los indicadores de eficiencia terminal observados (unesco, 2009).
Cobertura bruta por tipo y niveles de estudio.
Según datos de la Secretaría de Educación Pública (sep), la tbc por nivel alcanzó, en el ciclo 2011-2012, los siguientes valores relativos: 83.0% en preescolar, 102.8% en primaria, 96.8% en secundaria, 69.3% en media superior y 32.8% en la educación superior. Las tasas correspondientes a la educación básica obligatoria se aproximan a un escenario de cobertura universal; en tanto que los datos para la educación media superior y superior expresan la persistencia, en ambos casos, de un déficit educativo importante.
Los indicadores de rendimiento por tipo y nivel educativo, la eficiencia terminal en primaria y secundaria (95.1 y 84.2% respectivamente) indica que, aún en el ciclo básico obligatorio, persisten grados de pérdida escolar significativos. Estos datos implican que, cuando menos, una quinta parte de los inscritos en Sistema Educativo Nacional no consigue concluir siquiera la educación básica. Los factores de déficit escolar (insuficiente eficiencia terminal, alto grado de reprobación y abandono) son aún más agudos en los niveles subsecuentes, es decir en el bachillerato y en la educación superior.
A partir de la educación secundaria, pero con claridad en los niveles de enseñanza media superior y superior se manifiesta una relación entre la condición socioeconómica de los estados y las capacidades de atención a la demanda educativa. En la media superior, salvo la excepción de Chiapas, cuyo indicador de cobertura bruta es superior a la media nacional (la tbc de media superior de Chiapas equivale a 64.6% y la nacional a 63.2%), los estados con los mayores índices de pobreza tienen niveles de cobertura consistentemente inferiores a la media nacional.
Educación primaria.
La primaria es prácticamente universal o al menos cuenta con una infraestructura material y docente para brindar atención a la totalidad del grupo de edad correspondiente: seis a 12 años. Pues casi la totalidad de los municipios y la enorme mayoría de las localidades cuentan con instalaciones y maestros, aunque existen poblaciones dispersas que aún carecen de servicios educativos y no ha quedado resuelta la atención a las poblaciones que migran regularmente dentro del territorio nacional.
También importa resaltar que un número muy importante de los establecimientos de educación primaria son de carácter multigrado, así como el hecho de que subsiste una cantidad relevante de escuelas con un solo docente, sobre todo en comunidades del medio rural mexicano. Dando como resultado en los diversos estudios la evidencia que los centros escolares en las zonas y regiones económicamente más vulnerables del país cuentan con los recursos materiales y humanos más precarios del sistema, por lo cual, a pesar de tener acceso a los programas de compensación centralizados, generalmente obtienen resultados educativos de mucho menor nivel que los alcanzados en los entornos socioeconómicos más protegidos (Schmelkes, 2005; inee, 2008).
Educación secundaria.
Los datos agregados para la educación secundaria muestran también altos niveles de absorción y cobertura. En el presente alcanzan 96.5 y 95.9% respectivamente. En este nivel de estudios la deserción escolar reportada es de 5.6% y la eficiencia terminal, de 82.9%, lo que muestra que aún es necesario poner atención en este nivel de estudios para alcanzar un pleno grado de universalización de la educación básica y evitar el crecimiento del rezago educativo.
En los últimos años se ha dado prioridad al crecimiento de la telesecundaria. Entre 1994 y 2003 la expansión por tipo de servicio de secundaria fue de 105% en telesecundaria, 31.6% en secundaria técnica y 13.5% en secundarias generales (Noriega y Santos del Real, 2004; Martínez Rizo, 2009). Por otra parte, un total de 448 de los municipios del país cuenta exclusivamente con un plantel de telesecundaria. En estos municipios habitan casi 135 mil jóvenes de entre 13 y 15 años de edad y asisten a la telesecundaria únicamente 99 784. Este dato significa que en el bloque de municipios en que sólo existe telesecundaria la tasa bruta de cobertura alcanza un total de 74.1%, cifra muy inferior a la tbc nacional en este nivel de estudios (96.8%). Conviene resaltar que, para lograr incrementar los indicadores de cobertura del servicio de educación básica obligatoria, el sistema de telesecundaria ha sido el segmento de mayor crecimiento.
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