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Ensayo capitulo por capitulo del libro “El arte de la guerra” Sun Tzu

Alan NajeraTrabajo13 de Diciembre de 2017

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Ensayo capitulo por capitulo del libro “El arte de la guerra”

Sun Tzu

Jorge Alan Najera Peinado

1-5    Aula: 28

El Arte de la Guerra

Sun Tzu fué un general chino que vivió alrededor del siglo V antes de Cristo. La colección de ensayos sobre el arte de la guerra atribuida a Sun Tzu es el tratado más antiguo que se conoce sobre el tema. A pesar de su antigüedad los consejos de Sun Tzu siguen manteniendo vigencia.

El Arte de la Guerra es el mejor libro de estrategia de todos los tiempos. Inspiró a

Napoleón, Maquiavelo, Mao Tse Tung y muchas más figuras históricas. Este libro de dos mil quinientos años de antigüedad, es uno de los más importantes textos clásicos chinos, en el que, a pesar del tiempo transcurrido, ninguna de sus máximas ha quedado anticuada, ni hay un solo consejo que hoy no sea útil. Pero la obra del general Sun Tzu no es únicamente un libro de práctica militar, sino un tratado que enseña la estrategia suprema de aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza humana en los momentos de confrontación. No es, por tanto, un libro sobre la guerra; es una obra para comprender las raíces de un conflicto y buscar una solución. “la mejor victoria es vencer sin combatir”, nos dice Sun Tzu, “y ésa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante”.

C A P I T U L O I   : Sobre la evaluación

Sun Tzu dice: la guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien.Nos dice que hay que valorarla en cinco factores muy importantes:
El primero de estos factores es la doctrina, el segundo, el tiempo, el tercero, el terreno, el cuarto, el mando, y el quinto, la disciplina.

La doctrina: significa aquello que hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante, de modo que le siga donde sea, sin temer por sus vidas ni a correr cualquier peligro.

El tiempo: significa el Ying y el Yang, la noche y el día, el frío y el calor, días despejados o lluviosos, y el cambio de las estaciones.

El terreno: implica las distancias, y hace referencia a dónde es fácil o difícil desplazarse, y si es campo abierto o lugares estrechos, y esto influencia las posibilidades de supervivencia.

El mando: Ha de tener como cualidades: sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y disciplina.

La disciplina: ha de ser comprendida como la organización del ejército, las graduaciones y rangos entre los oficiales, la regulación de las rutas de suministros, y la provisión de material militar al ejército.

Que si se siguen estos cinco factores fundamentales han de ser conocidos por cada general. Aquel que los domina, vence; aquel que no, sale derrotado.

El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo

Si todo este método se sigue al pie de la letra y si se sabe calcular la victoria seria eminente.

C A P I T U L O II: Sobre la iniciación de las acciones

Nos habla sobre las desventajas que tiene al haber comenzado la guerra y durar mucho tiempo en donde mismo y haciendo que tus tropas mantengan la misma posición durante mucho tiempo pueden hacer que se cansen o se aburran en sí,  tanto puedes perder muchas municiones y mucha ventaja si solamente te quedas parado en un solo lugar.

También nos habla que si usamos mucho las armas aun sea en la guerra o en cualquier otra cosa podríamos estar a punto y en peligro de un gran problema "Los que a hierro matan, a hierro mueren."

Cuando tus tropas están desanimadas, agotadas tus fuerzas y tus suministros son escasos, hasta los tuyos se aprovecharán de tu debilidad para sublevarse. Entonces, aunque tengas consejeros sabios, al final no podrás hacer que las cosas salgan bien.

Por esta causa, he oído hablar de operaciones militares que han sido torpes y repentinas, pero nunca he visto a ningún experto en el arte de la guerra que mantuviese la campaña por mucho tiempo. Nunca es beneficioso para un país dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo.

Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas. Así pues, lo más importante en una operación militar es la victoria y no la persistencia. Esta última no es beneficiosa. Un ejército es como el fuego: si no lo apagas, se consumirá por sí mismo. Por lo tanto, sabemos que el que está a la cabeza del ejército está a cargo de las vidas de los habitantes y de la seguridad de la nación.

Así mismo habla también de recompensar a la persona que más sobre sale dándole un rango más alto en el ámbito militar o con algún otro elogio.

C A P I T U L O III: Sobre las proposiciones de la victoria y la derrota

Se habla sobre una regla general, es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo. Capturar a sus soldados para conquistarlos y dominas a sus jefes. Un general decía que calculando la fuerza de tus adversarios, también decía que si hacias que perdieran su ánimo y dirección hacia donde iban. De manera que aunque el ejército enemigo esté intacto sea inservible, esto es ganar sin violencia. Si destruyes al ejército enemigo y matas a sus generales, asaltas sus defensas disparando, reúnes a una muchedumbre y usurpas un territorio, todo esto es ganar por la fuerza.

Por esto, los que ganan todas las batallas no son realmente profesionales; los que consiguen que se rindan impotentes los ejércitos ajenos sin luchar son los mejores maestros del Arte de la Guerra.

Por eso, un gran emperador decía: "El que lucha por la victoria frente a espadas desnudas no es un buen general." La peor táctica es atacar a una ciudad. Asediar, acorralar a una ciudad sólo se lleva a cabo como último recurso.

La ley del asedio estratégico nos dice: Es imprescindible luchar contra todas las facciones enemigas para obtener una victoria completa, de manera que su ejército no quede acuartelado y el beneficio sea total.

La victoria completa se produce cuando el ejército no lucha, la ciudad no es asediada, la destrucción no se prolonga durante mucho tiempo, y en cada caso el enemigo es vencido por el empleo de la estrategia.

También se dice que si tus fuerzas son iguales en número, lucha si te es posible. Si tus fuerzas son menores mantente al margen o en guardia, pues el más pequeño fallo te acarrearía las peores consecuencias. Trata de mantenerte al abrigo y evita en lo posible un enfrentamiento abierto con él; la prudencia y la firmeza de un pequeño número de personas pueden llegar a cansar y a dominar incluso a numerosos ejércitos.

C A P I T U L O IV: Sobre la medida en la disposición de los medios

En este capítulo vemos como los guerreros y los soldados pueden llegar a tomar muchas habilidades y mucha dedicación hasta modificando drásticamente sus cuerpos y llegando a los extremos en sus entrenamientos.                                                                      

Los guerreros expertos se hacían a sí mismos invencibles en primer lugar, y después aguardaban para descubrir la vulnerabilidad de sus adversarios.

Hacerte invencible significa conocerte a ti mismo; aguardar para descubrir la vulnerabilidad del adversario significa conocer a los demás.

La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad, una cuestión de ataque.

Mientras no hayas observado vulnerabilidades en el orden de batalla de los adversarios, oculta tu propia formación de ataque, y prepárate para ser invencible, con la finalidad de preservarte. Cuando los adversarios tienen órdenes de batalla vulnerables, es el momento de salir a atacarlos. La defensa es para tiempos de escasez, el ataque para tiempos de abundancia.

Los expertos en defensa se esconden en las profundidades de la tierra; los expertos en maniobras de ataque se esconden en las más elevadas alturas del cielo para poder atacar de imprevisto, teniendo todo a ganar. De esta manera pueden protegerse y lograr la victoria total. En la antigüedad, los que eran conocidos como buenos guerreros vencían cuando era fácil vencer.

Si eres capaz de ver lo sutil y de darte cuenta de lo oculto, irrumpiendo antes del orden de batalla, la victoria así obtenida es una victoria fácil.

En consecuencia, las victorias de los buenos guerreros no destacan por su inteligencia o su bravura. Así pues, las victorias que ganan en batalla no son debidas a la suerte. Sus victorias no son casualidades, sino que son debidas a haberse situado previamente en posición de poder ganar con seguridad, imponiéndose sobre los que ya han perdido de antemano.

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