Entre Los Muros

ENTRE LOS MUROS

El trabajo del profesor es muy arduo, necesita de muchas herramientas para lograr llevar a cabo de su función. Sean los materiales con que trabajar como con las medidas disciplinarias para tener un aula “tranquila” apta para el trabajo, pero necesita principalmente una disposición del alumno por querer aprender y el apoyo de sus padres para que lo acompañen en su tarea. El profesor cree en ellos, tiene fe en ellos, por eso personalmente pienso nunca se rindió, no dejaba de enseñarles a pesar de sus diferencias, o que estos fueran maleducados, entre otras cosas; su exigencia para con ellos sentaba sus bases en la confianza que el docente depositaba en sus capacidades y quería demostrarles eso, que ellos pueden lograr las expectativas y en algunos casos superarlas. El cree que ellos pueden ocupar un lugar en el mundo, por eso sabe que su deber es prepararlos para que puedan lograrlo. Aquella niña que dice que no ha aprendido nada, tampoco se dará por vencido, y si la situación estuviera fuera de sus manos establecerá contacto con otra institución que pueda ayudarla. Pero no la dejara sola. Si bien mostró señales de frustración opto por dejarlas a un lado porque para él era más importante llegar a su objetivo, de enseñar, de cómo él se sentía al respecto. La escuela sigue siendo el lugar que recibe a niños de todos los sectores sociales, que puede alojarlos y protegerlos de la violencia del medio. Prepararlos para la tarea de renovar el mundo, es darles las herramientas intelectuales, afectivas y políticas para que puedan proceder a esa renovación, también es protegerlos en ese tiempo de preparación. Es hacer lugar a los padecimientos que atraviesan, ayudarlos a procesarlos intelectualmente y afectivamente, y también establecer puentes con otras instituciones sociales que fortalezcan esa protección. Es no renunciara enseñar, es enseñar mejor, poniendo en contactos a los chicos con mundos a los que no accederían sino fuera por la escuela, a mundos de conocimientos, de lenguajes disciplinarios y de culturas diferentes; es contar que ellos pueden pero que solos no pueden. En Entre los muros los conflictos nunca se resuelven de manera definitiva. Hay una tensión permanente entre la tendencia a exigir a los alumnos lo que no pueden dar –por ejemplo la adecuación a códigos que les resultan bizarros e incomprensibles– y la dificultad para percibir y dar cauce a sus verdaderas capacidades.

El sistema educativo y la cultura dominante: se advierte la complejidad del sistema educativo, no hay una solución mágica para los problemas. Se reúnen entre ellos y discuten sobre la necesidad del consejo de disciplina. Son personas que no tienen certezas, que está reflexionando y se sienten implicados en los problemas que tratan. Por otro lado, se muestra la “clase” de profesor (por llamarlo de alguna manera) que es François: que escuchan a los alumnos, que creen que los estudiantes tienen que ser actores de su propio aprendizaje, que también creen que la atracción es la primera etapa en la pedagogía. Si uno quiere transmitir un saber, el otro tiene que tener ganas de escuchar lo que uno quiere decirles. Y para esto hay maneras de llegar a ellos, como hablar de manera distinta o tener una determinada calidad de escucha. Para ir un poco más allá del marco escolar, la película mira de manera crítica a la sociedad francesa en lo que tiene de cerrada sobre sí misma. Estos chicos no sienten encontrar su lugar en la comunidad francesa y si uno no se toma el trabajo de escuchar sus preocupaciones, todo esto va a traer problemas graves. Es importante que la escuela escuche este sentimiento de exclusión que sienten.

Se muestran las relaciones de poder dentro de la institución educativa, la crueldad que existe, a veces, en estas relaciones cuando hay una jerarquía o un poder, que llega a la exclusión. Es un retrato de una comunidad multiétnica y de la escuela como institución socializadora, no sólo formadora en cuanto a lo curricular, sino también constructora de identidades, es necesario ir más allá a lo que plantea la currícula, porque educar es un gesto humanizante como dice Paulo Freire, debemos conocer las necesidades de nuestros alumnos y el contexto del cual proviene.

La práctica pedagógica de François le deja espacio a la negociación: cada punto puede ser negociado con los alumnos porque si uno está aprendiendo algo y no entiende por qué está aprendiendo eso, tiene pocas chances de retener lo que está aprendiendo. Cualquier situación se puede explotar para enseñar y para aprender. No están solamente las lecciones, los temas para enseñar, sino que, por ejemplo, una frase pronunciada por un alumno puede desatar preguntas a las que el profesor puede responder.

En cuanto a las cosas prácticas, por ejemplo, si uno busca un trabajo y no tiene el nivel de lenguaje que se necesita utilizar en ese trabajo, es imposible obtenerlo. Si hay gente que quiere hablar y no tiene las palabras adecuadas, es imposible que pueda comunicarse correctamente. Yo creo que el lenguaje, definitivamente, estructura todo, si bien la escuela maneja un código elaborado muchas veces extraño a parte de sus actores, el docente por su parte debe adecuarlo, nunca dejar de manejarlo sino deconstruirlo para que sus alumnos puedan construir a través de él, incorporarlo para poder lograr manejarlo pese a que esa no sea la forma en la cual se expresan en su contexto familiar por ejemplo (códigos sociolingüísticos Bernstein). El uso del lenguaje coloquial como herramienta, los lenguajes específicos, la terminología técnica de cada disciplina en contraste con la jerga del adolescente.

Los alumnos tienen como una desconfianza hacia el profesor. Los profesores no son perfectos, están siempre divididos entre varias posiciones, a veces sin saber cuál tomar, están obligados a improvisar todo el tiempo ante las preguntas de los adolescentes, que además requieren inmediatez, igualmente esto depende de la capacidad de resolver determinadas situaciones que surgen espontáneamente eso se logrará con la experiencia. Muchas veces cometen errores y los chicos no se los perdonan (como pasó en la película). Los referentes son difíciles de encontrar, pero quizás eso sea bueno. Una de las características importantes del adolescente es oponerse al modelo de los adultos, y el profesor es un súper adulto porque, además de ser más grande, tiene el poder, el saber y los adolescentes tienden a resistirse a esa alteridad asimétrica.

Incita a tomar conciencia, a través de las fallas en el sistema educativo, del estado actual de la sociedad francesa con sus muros construidos a base de prejuicios y desigualdad. Estos mismos muros que continúan quitándole la oportunidad de ver la luz a los principios fundamentales de libertad en una democracia.

...