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LA EMPRESA: NUEVOS MODOS DE SUBJETIVACIÓN EN LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO


Enviado por   •  4 de Marzo de 2019  •  Ensayos  •  1.680 Palabras (7 Páginas)  •  177 Visitas

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LA EMPRESA: NUEVOS MODOS DE SUBJETIVACIÓN EN LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO

Necesitamos un análisis y una interpretación de la “banalidad del mal” no sólo dentro del sistema totalitario nazi, sino dentro del sistema contemporáneo de la sociedad neoliberal, en cuyo centro se sitúa la empresa. Pues la banalidad de mal toca a todos aquellos que se transforman en colaboradores diligentes de un sistema que funciona sobre la organización regulada, concertada y deliberada de la mentira y la injusticia. (Dejours citado en Zamora 2013).

     Desde ataño, los seres humanos han tratado de organizarse en sociedades, las cuales han ido evolucionando con el paso del tiempo, entre estas se encuentran las sociedades de tipo comercial, en donde destacan las denominadas empresas, que vienen a ser una mezcla entre el capital y el trabajo. En este sentido, tal como indican Aubert y Gaulejac (1993), la empresa tiene un componente social que genera identidad, y que como señala Wittke (1998) modela la producción de subjetividad en la vida cotidiana, donde la vida del sujeto pasa a formar parte de una empresa que la “administra” o en palabras de Wittke (2000) la empresariza mediante la técnica del management, la cual favorece la producción de riquezas y creación de valores morales según indica Abraham (2000).

     En consecuencia, la organización científica del trabajo que introdujo Taylor y que conlleva a la medición del trabajo en términos de postura, gestos y movimientos del trabajador, llevándole al ejercicio de tareas mecánica y rutinarias según Wittke (2000), le quita el valor creativo al trabajo y lo desvaloriza, lo que conllevó a la revolución productiva de hace un siglo, puesto que la empresa se convirtió en un lugar de adiestramiento del espacio, tiempo, fuerza productiva y recursos como un todo para alcanzar un ideal de éxito.

     Sin embargo, la mecanización de las condiciones laborales del trabajador ha sufrido cambios poco favorables conforme se introducen nuevas tecnologías en medio de un sistema globalizado, donde se establece un ideal de empleado cualificado, capaz de realizar funciones complejas dentro de un grupo, donde la organización de su trabajo varía en función de las demandas del mercado que cada día perece ser más exigente y para el cual debe ser capaz de adaptarse y utilizar todas sus destrezas. No obstante, el uso de las capacidades cognitivas y afectivas intrínsecas del empleado han permitido que el trabajo se revalorice como una actividad humana, que en palabras de Moulian (1998) está dada por la apreciación subjetiva por parte del trabajador a su labor.

     En este punto se observan dos divergencias, si bien, hay revalorización del trabajo como factor humano debido a las cualidades intrínsecas del empleado, por otro lado se observa una desvalorización extrínseca en relación a las modificaciones que conciernen a las relaciones en el trabajo grupal, esta última se da por la producción y acumulación de capital en las empresas, donde si bien los mercados laborales parecen ser muy flexibles, a su vez generan un aumento de trabajo informal precario disminuyendo la capacidad de conducción y negociación de los empleados debido a la ausencia del sindicato.

     Por consiguiente, el mundo laboral se ha convertido en una especie de tortura para los trabajadores, generando incertidumbres, coacciones, inconformidades esfuerzo-salario, donde el consumismo por parte del trabajador parece tomar auge como una salida hacia el placer del que se es privado en el trabajo por jefes o patrones bajo el modelo capitalista; así, las empresas pasan de la producción a la distribución y consumo, siendo el sujeto el partícipe de su máxima expansión, debido a que el consumismo pasa a captar todas sus actividades en las diferentes áreas de su vida cotidiana, puesto que inconscientemente el trabajador conlleva a que las empresas se centren en la acumulación de capital y su distribución, lo que trae consigo mayores exigencias en la eficiencia y eficacia de los trabajadores en el proceso productivo por parte de las organizaciones.

     En consideración han surgido nuevos modelos empresariales que buscan manipular las condiciones laborales de los empleados en relación al ambiente (espacios, recursos, materiales…), salud de los empleados y estados subjetivos como las motivaciones, con el fin de aumentar la eficiencia en la producción, pasando desde los estímulos económicos hasta la mejora en las relaciones afectivas interpersonales (socius) que producen una moral de grupo, donde se ha buscado el autocontrol del empleado en la gestión del proceso de trabajo a través de sus capacidades cognitivas y afectivas, lo que ha implicado la introyección de nuevas tecnologías que favorezcan las relaciones afectivas para potenciar sus capacidades productivas sin detrimento de la esencia del ser humano.

     A este respecto, el socius que resulta de la interacción social es el que propicia la reconstrucción en la subjetividad y en las formas de producirla, lo que se convierte en una sociedad global (llámese empresa) con estructura organizada, practicas singulares de dirección, sistema de representación de valores y el modelo de personalidad que como ya se ha analizado, se basa en el éxito, es decir, es en las organizaciones donde se produce el ajuste de los procesos de subjetivación, donde las empresas se estandarizan y fusionan las relaciones de poder Wittke (s.f), convirtiéndose en un sistema de transformaciones dirigidas por el emprendimiento que se constituye en un organismo con valores y ética empresarial Abraham (2000), resultado de las variadas prácticas y tecnologías utilizadas.

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