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Retorica E Imagen Publicitaria


Enviado por   •  9 de Marzo de 2013  •  9.373 Palabras (38 Páginas)  •  531 Visitas

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Retórica e imagen publicitaria

Jacques Durand

1. ELEMENTOS DE UN SISTEMA

Retórica y publicidad

La retórica, actualmente dejada de lado por la enseñanza oficial y por la "literatura

superior", parece encontrar su refugio en la publicidad.

Puede definirse la retórica, por lo menos sumariamente, como "el arte de la palabra fingida".

En literatura, desde el romanticismo, reina el culto de lo "natural" y la "sinceridad". La

publicidad se presenta por el contrario como artificio, exageración voluntaria, esquematismo

rígido. Pregona sus convicciones y el público entra en el juego, discerniendo de modo claro

lo que es verdad de lo que es fingido. El descrédito de la retórica puede explicar, en parte, el

descrédito de la publicidad. Hoy, en la corriente estructuralista, se manifiesta un nuevo

interés por la retórica. Se percibe entonces que, si la publicidad tiene un interés cultural, se

lo debe a la pureza y riqueza de su estructura retórica: no a lo que puede aportar como

información verdadera, sino a su parte de ficción.

Roland Barthes en el número 4 de Communication (versión española: Comunicaciones Nº 5:

La Semiología) propuso un primer análisis de la imagen publicitaria con la ayuda de

conceptos retóricos: el análisis profundo de un aviso lo conducía a echar las bases de una

"retórica de la imagen". Añadía que "esa retórica sólo podría constituirse a partir de un

inventario bastante amplio", pero que se podía "prever desde ahora que allí volverían a

encontrarse algunas de las figuras señaladas antes por los Antiguos y los Clásico" (Pag. 50).

Se intentó realizar este inventario a partir de miles de avisos diferentes. Y este inventario

permitió volver a encontrar en la imagen publicitaria, no algunas, sino todas las figuras

clásicas de la retórica. Y, en sentido inverso, se observó que la mayor parte de las "ideas

creativas" que se encuentran en la base de los mejores avisos pueden interpretarse como la

transposición (consciente o no) de las figuras clásicas.

Función de la retórica

Admitiremos, según una antigua tradición, que la retórica pone en juego dos niveles de

lenguaje (el "lenguaje propio" y el "lenguaje figurado"), y que la figura es una operación

que permite pasar de un nivel de lenguaje a otro: consiste en suponer que lo que se dice de

modo "figurado" podría haberse dicho de modo más directo, más simple, más neutro.

Este pasaje de un nivel a otro se realizaría, de modo simétrico, en dos momentos: en el

momento de la creación (el emisor del mensaje parte de una proposición simple para

transformarla con la ayuda de una "operación retórica") y en, el momento de la recepción

(el oyente restituye la proposición a su simplicidad primera).

Por supuesto, esta tesis es en parte mítica: positivamente, la "proposición simple" no se

formula y nada nos asegura su existencia. Esta sólo podría establecerse mediante una

investigación específica: ya sea mediante entrevistas a una muestra de lectores (para

reconstituir su proceso de lectura), ya sea mediante el análisis de una muestra de textos (la

"proposición simple" es entonces la proposición más probable dado el contexto). Esta

"proposición simple", virtual, ofrece en todo caso un interés operatorio, y con ese título la

utilizaremos.

Más importante es este otro problema: ¿qué hay en la proposición figurada que no haya en

la proposición simple? ¿Qué es lo que, en la proposición figurada, advierte al oyente que no

debe tomarse en sentido literal? Y si el oyente restituye la proposición simple, ¿qué recibió

que no hubiera recibido si esta proposición simple hubiera sido pronunciada sola? Si se

quiere hacer oír una cosa, ¿por qué se dice otra?

Para resumir el problema de modo paradojal: estamos ante dos proposiciones: una es la real

pero no tiene sentido (o más bien: ... no tiene el sentido) y la otra tiene un sentido, pero no

existe.

Se echará un poco más de luz si (como Freud en "El chiste") se hacen intervenir los

conceptos de deseo y censura. Tomemos un ejemplo: "Me casé con un oso", declara una

lectora en el correo del corazón de Bonnes Soirées (11 de febrero de,1968). Esta

proposición, en su literalidad, transgrede algunas normas, aquí de orden jurídico, social,

sexual: no es lícito, en nuestra sociedad, casarse con un animal1. Esta transgresión

desempeña un doble papel. En primer lugar, la improbabilidad de un rechazo real de las

normas, en el contexto en que se encuentra, advierte al lector que no debe atenerse al

sentido literal y lo conduce a restablecer la proposición inicial: "Mi marido es (salvaje

como) un oso"

...

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