UN CONFLICTO EN LA EMPRESA ZUBIGARAY
好炫 苏Tarea30 de Marzo de 2021
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UN CONFLICTO EN LA EMPRESA ZUBIGARAY
- INTRODUCCIÓN GENERAL A LA SITUACIÓN EN LA EMPRESA
La empresa Zubigaray es una empresa puramente familiar desde hace tres generaciones. Actualmente tiene 460 trabajadores. El jefe actual de la empresa es D. Antonio Zubigaray, de 48 años, ingeniero, especializado en “técnicas de corriente de baja intensidad”. La empresa produce instrumentos de medida de todos los tipos. La mayoría de los aparatos se venden a fabricantes de bienes de inversión, sobre todo en el sector técnico – médico y las ventas las realiza el servicio exterior, con 12 vendedores. Se exporta el 35 por 100 de la producción.
Durante los últimos años, la empresa ha tenido varios reveses, porque la competencia japonesa e italiana inunda el mercado español con sus productos baratos. Además sobrevino la crisis y hubo que introducir un horario reducido durante muchos meses. Mediante la reducción de horas de trabajo, Zubigaray logró no despedir a algunos de sus empleados.
El organigrama siguiente muestra las relaciones esenciales dentro de la empresa:
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El director comercial, Molleda, tiene 58 años, trabaja en la empresa desde hace 20 años y tiene poderes para representarla. Funciona prácticamente como el representante del propietario. Molleda empezó su actividad con el Sr. Zubigaray y siguió con el hijo, cuando éste se hizo cargo de la empresa hace 10 años, (después del súbito fallecimiento de su padre). Molleda tiene influencia sobre su jefe por dos motivos: por una parte, Zubigaray es sobre todo un técnico que no entiende mucho de negocios; por otra parte, Zubigaray está casado con la hija de Molleda, Mónica, con la que tiene tres hijos. El hijo mayor, Miguel, será más tarde el sucesor de su padre.
El director técnico de la empresa, el ingeniero superior Casas también es especialista en corriente de baja intensidad. Se trata de un hombre previsor, de 38 años, que posee excelentes cualidades de liderazgo. Desde que desempeña estas funciones, hace tres años, ha cambiado mucho el ámbito técnico de la empresa – y eso claramente suponía una situación más favorable -. Sobre todo, la racionalización lógica y planificada (con reorganización de los distintos sectores empresariales) ha contribuido en gran medida a una mayor eficacia y calidad de los productos, que ya tenían excelente prestigio respecto a su presentación y precisión. Actualmente constituyen indudablemente unos de los productos de mejor calidad en el mercado.
El jefe de producción es el Sr. Escolar, un ingeniero técnico de 42 años. Viene del Norte del país y se ha adaptado de modo extraordinariamente rápido (en cuatro años) a esta empresa familiar madrileña. Su temperamento tranquilo y sensato le aseguran tanto la confianza de la dirección general como la de sus colaboradores.
El director del sector de construcción es el ingeniero técnico Lismier de 34 años, que ha hecho su aprendizaje en la empresa y, a continuación, ha frecuentado una Escuela de Ingeniería Técnica. Después de haber hecho un viaje de un año a la India ha vuelto a la empresa. Durante sus estudios había trabajado como “estudiante trabajador” en distintos departamentos de la empresa. La conoce muy bien, así como sus posibilidades y la mayoría de sus colaboradores también le conocen muy bien.
En el departamento de desarrollo se ejecutan en primera fase los instrumentos proyectados en el papel. Ahí sólo trabajan “expertos muy cualificados”, los mejores técnicos con una gran experiencia profesional. El director del departamento es el Sr. Rosado de 52 años. Rosado es maestro mecánico de precisión y ya trabaja en la empresa desde hace 25 años, habiendo llegado, a su puesto actual, despacio pero seguro, a base de su trabajo. Dirige el departamento hace ocho años y todos están perfectamente satisfechos con él.
- GENERACIÓN DE LA SITUACIÓN DE CONFLICTO
El día 30 de septiembre de 1977, el director técnico Sr. Casas se despidió, con un plazo legal de seis meses. Se marcharía, por tanto, el 30 de junio de 1978. Su motivo era el siguiente: había recibido una oferta para instalar una filial en Argelia para una importante empresa de aparatos eléctricos, lo que constituía “la gran oportunidad de su vida”. Zubigaray se queda como fulminado, puesto que Casas jamás había manifestado ninguna señal de descontento. También sospecha que Casas no le haya dicho las verdaderas razones de su dimisión. Esta sospecha resulta reforzada por el hecho de que Casas no habla el francés y acababa de inscribirse en un cursillo intensivo de idiomas. Por otra parte, Zubigaray sabe que la esposa de Casas no es solamente muy guapa, sino también muy ambiciosa y le gustaría desempeñar el papel de “gran señora” de la sociedad. Posiblemente ya se ve como la “Señora Directora” y ha ejercido influencia sobre su marido para que aceptara la oferta para Argelia.
Zubigaray sabe perfectamente que es prácticamente imposible sustituir a un ingeniero tan capacitado ya demás dotado de cualidades de liderazgo. Sería una pura casualidad si consiguiera de nuevo contratar a un hombre de este calibre en el exterior. Por otra parte, ninguno de los directivos de la empresa está capacitado para el puesto de director técnico.
Tal vez Escolar – pero éste lo ha rechazado inmediatamente -.
Es un hombre práctico y se sentiría rebasado por un puesto en el que también sería responsable del desarrollo técnico de los nuevos instrumentos.
Al principio del año, el Sr. Lismier pide que el jefe le otorgue una entrevista “personal”. Durante esta entrevista solicita el puesto de Casas. Afirma que había colaborado muy íntimamente y muy bien con Casas y que éste apoyaría su candidatura. Zubigaray le considera a Lismier como un excelente constructor, cree sin embargo que le faltan aptitudes como director. Además, Lismier no tiene muy buenas relaciones con Rosado;
por ello Casas siempre había atendido personalmente el departamento de desarrollo. Y, por fin, Lismier se convertiría en superior del jefe de producción Escolar, que tenía ocho años más que él; Zubigaray no sabe cómo aceptaría Escolar esta “tutela”, pero no cree que no sería de buena gana. No obstante, no dice nada a Lismier sino que le pide un plazo para reflexionar.
Zubigaray va a hablar con su suegro, pero éste tampoco le puede aportar nuevas ideas sobre el asunto. Durante los últimos tres meses los pedidos han aumentado – eso es lo más importante para Molleda, que es un comerciante -. Además, opina que a la influencia técnica sobre la evolución del mercado se le atribuye demasiada importancia. Finalmente, en España había muchos ingenieros y no sería difícil encontrar un director técnico.
Sin embargo, Zubigaray no opina como su suegro. Hace un año había llegado precisamente a la conclusión, durante una entrevista con Casas y de acuerdo con éste, que el porvenir de la empresa dependía de la tecnología de módulos y había encargado a Casas para que éste acelerara el proyecto de una nueva creación de instrumentos de medida.
Por ello, Zubigaray se encuentra ante la siguiente situación:
- o bien busca un nuevo director técnico, mediante anuncio; pero duda que vuelva a encontrar un hombre tan capacitado como Casas; además, el “nuevo” sólo podría ocupar el puesto a partir del 1 de enero de 1979 – el puesto, por tanto, se quedaría vacante durante seis meses.;
- o bien promocionaría a Lismier para director técnico; sin embargo Zubigaray no sabe si Lismier posee las cualidades directivas necesarias y, además, prevé que la promoción generará conflictos entre Lismier y Escolar o Rosado.
Supongamos que Zubigaray se decidiera por la segunda posibilidad; ¿cómo controlaría el posible conflicto? Puesto que no ve salida al dilema, se decide, después de algunas noches sin dormir, a llamar a un asesor de empresas.
Tomás Bescós, psicólogo diplomado y asesor de empresas, independiente hace 10 años, permanece durante tres días en la empresa y mantiene conversaciones muy amplias con todos los implicados. Además habla con el presidente del jurado de empresa, con un empleado del servicio exterior y con Mónica de Zubigaray, la esposa del jefe. Mónica había sido secretaria de dirección antes de casarse, en otra empresa, y sabe mucho acerca de todos los asuntos comerciales. Cuando la secretaria de su marido, la señorita Olga, está enferma o de vacaciones, la sustituye siempre y tiene una buena perspectiva de lo que pasa en la empresa. En base a todas estas conversaciones, Bescós, realiza un análisis cuyos factores más importantes son los siguientes:
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