La Problematización de la Práctica Docente para la Generación de Conocimientos
Eileen CisnerosEnsayo15 de Enero de 2018
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Identificación de Problemática para la Obtención de Datos |
La Problematización de la Práctica Docente para la Generación de Conocimientos |
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La evaluación en el Nivel Preescolar
Diseño de Instrumentos
Introducción
“La evaluación es uno de los elementos del proceso educativo que contribuye de manera importante para mejorar el aprendizaje de las y los alumnos, debe ser entendida como el conjunto de acciones dirigidas a obtener información sobre el grado de apropiación de conocimientos, habilidades, valores y actitudes…” (La evaluación en la escuela; 2013).
Partiendo de la información obtenida a través de entrevistas realizadas a docentes, padres de familia y directivos; apoyándonos, también, de autores como: Gómez Patiño, Seda Santana, Santos Guerra, Álvarez Méndez, el Programa de Estudio de Preescolar, etc., a lo largo del trabajo se desea mostrar una postura y un ideal en cuanto al tema de Evaluación Educativa y la elaboración de instrumentos.
Concepción y definición de evaluación por educadoras
La evaluación es una herramienta indispensable para el quehacer docente en todos los niveles educativos, gracias a ella permite al docente conocer las características de los alumnos, conocer sus procesos de aprendizaje, sus fortalezas, sus debilidades, y sobre todo reflexionar sobre su propia práctica docente para a partir de esto llegar a una toma de decisiones para la mejora del proceso enseñanza-aprendizaje.
De acuerdo con Gómez Patiño y Seda Santana (2008), en los estudios sobre las creencias de los maestros acerca de la evaluación de sus alumnos, se encontraron evidencias de que algunos la consideran como un sinónimo de la medición de la capacidad y del aprovechamiento de los alumnos, también se descubrió que la evaluación se realiza para cumplir con un requisito institucional y pocas veces como un medio de reflexión, en ocasiones la utilizan como instrumento de control sobre sus estudiantes, también que se realiza de manera permanente, cada quince días o mensualmente, y que es difícil evaluar grupos grandes.
Las creencias de los maestros son importantes porque influyen en la forma de evaluar a sus alumnos, para éstos es una de las prácticas educativas con mayor dificultad ya que es un proceso complejo donde se tiene que tener una claridad exacta de lo que es relevante evaluar y cómo se va a llevar a cabo. Usualmente es más utilizada la evaluación estandarizada porque si bien pueden ser útiles en cuanto a que llevan un mecanismo de evaluación rápido pero, también tienen una serie de limitaciones, una de ellas es que ponen en duda de si es una herramienta fundamental a la hora de medir los logros de un sistema educativo.
Para algunas de las educadoras del Jardín de Niños Culhuacán, la evaluación es concebida como una metodología con la cual pueden visualizar los aprendizajes previos así como el proceso de aprendizaje de cada alumno, también la consideran como una herramienta que les permite medir avances y diseñar nuevas estrategias. También afirmaron que evalúan a los educandos de forma cualitativa, partiendo de las competencias y los aprendizajes esperados que se desean favorecer dentro de su planeación y el perfil de egreso del nivel preescolar.
Asimismo, el centro escolar toma a la evaluación como la manera en que se puede evidenciar el trabajo de las educadoras frente a grupo y analizar cómo es que está trabajando para generar aprendizajes y avances en cada uno de los educandos, o por medio de la retroalimentación generar cambios en la metodología utilizada por cada una de ellas con la finalidad de que estas se mejoren para así llegar a cumplir metas y propósitos que se enmarcan en la ruta de mejora.
Por lo tanto, en el nivel preescolar, la evaluación debe ser básicamente de carácter cualitativo aunque se puede tener apoyo de pruebas estandarizadas para tener un referente más que permita describir la situación real. Gómez y Seda (2008) concluyeron con su investigación que a pesar de que en el nivel preescolar han prevalecido durante mucho tiempo programas que proponen una evaluación de naturaleza cualitativa y formativa, parece que para algunas educadoras les resulta difícil llevarlo a la práctica y enfrentan conflictos para realizarla de una manera que informe y demuestre a los padres la educación que sus hijos reciben en el nivel preescolar.
Concepción planes, programas y lecturas
En palabras de A. de la Orden (1989), "la evaluación, al prescribir realmente los objetivos de la educación, determina, en gran medida... lo que los alumnos aprenden y cómo lo aprenden, lo que los profesores enseñan y cómo lo enseñan, los contenidos y los métodos; en otras palabras, el producto y el proceso de la educación... querámoslo o no, de forma consciente o inconsciente, la actividad educativa de alumnos y profesores está en algún grado canalizada por la evaluación".
Ya habiendo conocido la concepción de las educadoras que fue recabada en el Jardín de Niños, es momento de hablar sobre lo que entendemos por evaluación de acuerdo al Programa de Estudio de Preescolar (PE) 2011 y de algunos autores que definen y miran la evaluación desde un punto más crítico.
Por un lado encontramos al PE 2011 el cual destaca que la evaluación en el nivel Preescolar debe ser meramente cualitativa que sirva para identificar los avances y dificultades que tienen los niños en su respectivo proceso de aprendizaje. Ante esto podríamos decir que toda evaluación ha de tener como una de sus finalidades la mejora de la calidad que como docentes, con base en los datos obtenidos de nuestra observación, análisis y reflexión, debemos plantearnos qué podemos hacer, teniendo en cuenta nuestras posibilidades reales, para mejorar el ambiente de aprendizaje de nuestra aula.
Dado que la evaluación, debe tener como uno de sus objetivos principales, elevar la calidad de la educación mediante pruebas que permitan la crítica del alumno y que le permitan a éste ir más allá de lo que el docente espera como respuesta a sus preguntas.
Álvarez Méndez, J. M. (2001), hace referencia a que el profesor aprende con el objetivo de conocer y para mejorar su compleja práctica docente, así como también colaborar en el aprendizaje del alumno de manera que tiene que identificar las dificultades que enfrenta el alumno y el modo de resolverlas mediante estrategias que ponga en juego. Es decir, que si la información obtenida a través de la evaluación le es importante al profesor para mejorar sus métodos de enseñanza y para dar una mejor orientación a sus alumnos frente a su aprendizaje, esta puede ser eficaz y constructiva para ellos.
De esta manera es que la evaluación funciona al servicio del conocimiento y también del aprendizaje, donde a su vez esta es considerada aprendizaje ya que a través de ella de igual forma se obtienen conocimientos. Por lo que la evaluación es protagonizada y está enfocada a aquellos que se encuentran inmersos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y en gran medida a los sujetos que aprenden, como bien lo menciona Álvarez Méndez.
Dicho esto es que la evaluación también se convierte en instrumento para los docentes, ya que, a través de ella, podemos aprender a identificar dónde están las debilidades en el aprendizaje de nuestros alumnos, de tal manera que nos permiten desarrollar métodos para reforzar adecuadamente esos puntos débiles.
Falta de instrumentos (aplicación por educadoras).
Aunado a lo antes dicho, debemos resaltar la importancia de crear instrumentos de evaluación acordes a cada grupo o a cada sujeto, ya que han sido estandarizados y como lo menciona Santos Guerra, éstos en su totalidad tienen una configuración estática, anecdótica, aséptica, cuantificadora, descontextualizada, etc.
A la hora de crear elementos de evaluación, es importante tomar en cuenta las características del grupo y el lugar donde se encuentran inmersos ya que no a todos se les debería evaluar de la misma manera.
Cada sujeto atiende a un proceso distinto y es un absurdo pensar que podemos evaluar a cada individuo comparándolo con otro, si bien, se podría crear o implementar un instrumento donde tengamos un parámetro establecido a partir de un diagnóstico, y de ahí partir para ver el avance de cada uno de los educandos.
Crear instrumentos nos sirve no sólo para ver el progreso de cada estudiante, sino, la manera en la que vamos a intervenir con ellos, qué vamos a hacer y cómo vamos a hacer para que éstos logren los objetivos establecidos por cada una de nosotras.
De ahí recae la importancia de crear instrumentos que nos permitan observar el proceso de cada actor, que sean congruentes y que cumplan con el objetivo de poder implementar nuevas estrategias para llevar y potencializar las competencias y habilidades de los infantes, que en éste, podamos vernos a nosotras y de ahí tomemos las mejores decisiones para evaluar.
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