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Motivacion y satisfaccion

dani0304MDocumentos de Investigación24 de Mayo de 2020

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TEMA 6.- MOTIVACIÓN Y SATISFACCIÓN

¿Por qué se realiza una actividad de ocio? Muchos autores han intentado contestar a esta pregunta reduciéndose a una sola causa (relajación, autoexpresión, etc.). En general, estos planteamientos fallan en reconocer que la causalidad del ocio es múltiple y que no puede ser explicada por un único concepto. Otros como Crandall y Kabanoff han desarrollado un listado, más o menos amplio de motivadores.

Figura 1.- Motivadores para el ocio. Crandall (1980)

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Figura 2.- Motivadores para el ocio. Kabanoff (1982)

[pic 2]


1.1.- Concepto de flujo

A partir del estudio de alpinistas, jugadores de ajedrez, etc. se observó que cuando los sujetos participaban en esas actividades, obtenían una experiencia subjetiva profundamente satisfactoria, un estado de sentirse absorto muy intenso y agradable y una pérdida de la autoconciencia, un tipo de experiencia cumbre.

Algunos autores llamaron “flujo” a esa experiencia, considerándola la base de la motivación intrínseca y de la recompensa que se busca a través de una actividad. El flujo proviene de un equilibrio entre los desafíos y las habilidades, y tiene lugar cuando ambos son altos. En los casos en los que el desafío es demasiado alto se produce ansiedad; en aquellos en que es excesivamente bajo, aburrimiento. Y cuando tanto desafío como habilidades son bajos, la consecuencia es la aparición de la apatía.

Durante la realización de este tipo de actividades, las personas señalan que tienen niveles altos de concentración, creatividad, control y activación. Las actividades que generan en mayor medida la experiencia de flujo son el arte, los hobbies, la interacción social, el deporte y la lectura; por el contrario, las que menos la generan serían ver la televisión y descansar.

1.2.- Modelo piramidal

En este modelo se considera que las necesidades de ocio pueden ser explicadas desde diferentes niveles de causalidad.

[pic 3]

La base inicial de la pirámide, sobre la que descansa toda conducta de ocio, es la carga biológica. Dentro de las disposiciones biológicas, las experiencias de socialización temprana influyen en las actividades específicas hacia las que una persona llega a estar interesada. De esta forma, las disposiciones biológicas y las experiencias de socialización moldean las bases del comportamiento del individuo.

La importancia de las disposiciones biológicas y las experiencias de socialización descansa en que ambas son los cimientos de las necesidades individuales de activación. Las actividades de ocio que desarrolle un individuo deberán tener lugar de dentro de los niveles de activación que considerable aceptables y, además, lo que para una persona puede ser activo, otra podría considerarlo pasivo.

En el siguiente nivel, la conducta de ocio puede ser explicada en términos de motivación intrínseca. Las personas participan en actividades de ocio debido a recompensas intrínsecas y a sentimientos de autodeterminación y competencia.

El nivel más alto, entre los determinantes de la conducta de ocio, lo ocupan las necesidades de ocio. Éstas son las formas más directas de explicar porqué se realiza una actividad de ocio, pero descansan en todos los factores anteriores.  Por ejemplo, dos personas diferentes presentarán unas disposiciones biológicas y unas experiencias de socialización distintas, y por lo tanto unas necesidades de activación diferentes, que a su vez producirán necesidades de ocio no coincidentes.

Algunos autores proponen una teoría bidimensional según la cual las conductas de ocio estarían motivadas por dos fuerzas simultáneas: el deseo de “escapar” de la rutina y los ambientes estresantes y una “búsqueda” de oportunidades reactivas que conllevan recompensas distintas.

Por último, todos los niveles de la pirámide son influidos a su vez, y de modo global, por el ambiente social y las influencias situacionales. De esta forma, las necesidades para el ocio de una persona no son algo estable y cerrado, sino que, por el contrario, pueden cambiar en función de diferentes causas:

  • El ciclo vital
  • Los cambios de domicilio
  • Cambios situacionales: necesidades de ocio improvisadas y cambios en las necesidades durante la participación en la actividad de ocio.


2.- MOTIVACIÓN TURÍSTICA

La motivación turística se define como “un conjunto de fuerzas biológicas y culturales que otorgan valor y dirección a las elecciones turísticas, al comportamiento y a la experiencia”.

Una de las primeras consideraciones que hay que hacer es la distinción entre motivación y demanda. La demanda turística es un concepto mucho más amplio que el de la motivación, ya que es el resultado de ésta, del marketing, de las características del destino y de otros factores (cambio monetario, ingresos, costes del viaje…). La demanda turística es la suma de las intenciones reales de visitar un lugar determinado. La motivación turística es, por tanto, una parte del concepto de demanda.

¿Por qué se elige un determinado destino? ¿Qué aspectos van a generar satisfacción en el turista? La mayoría de los acercamientos a la motivación turística se ha centrado en el hecho de resumirla en un único factor motivador. Entre los más utilizados se situarían los siguientes:

1.- Recuperación y regeneración.- Se asume que el viaje nos restaura y refuerza, tanto física como mentalmente, de todo lo que supone nuestra vida cotidiana. En definitiva, el turismo nos sirve para “recargar las baterías”.

2.- Compensación e integración social.- Se ve el viaje como una forma de obtener algo que nos compense de todas aquellas cosas que perdemos y a las que hemos de renunciar cotidianamente.

3.- Huida.-  Es sin duda el motivador al que se le ha prestado mayor atención. Se considera que el mundo moderno es una prisión de la que necesitamos escapar. La vida diaria no es satisfactoria y, por lo tanto, intentamos evitarla a través del viaje. Es una forma de huir y dejarlo todo, al menos durante un tiempo.

4.- Comunicación.- Se busca establecer contactos con otras personas, o mejorar el existente. Se aprovechan las vacaciones para mejorar los lazos familiares y de amistad, así como para hacer nuevas amistades. Todo esto es mucho más sencillo durante las vacaciones, ya que se da un ambiente más relajado.

5.- Sexo.- Junto a la posibilidad de entablar relaciones sociales, las vacaciones pueden favorecer los encuentros sexuales. Incluso algunos operadores turísticos basan su estrategia en esta oferta. En otras ocasiones el objetivo del viaje es manifiestamente sexual: Tailandia, Filipinas, Cuba, etc.

6.- Adquirir conocimiento.- Se considera el viaje como una experiencia cultural y educativa que ampliará nuestros horizontes.

7.- Libertad.- Utilizamos el turismo para poder hacer lo que realmente queremos. No tenemos obligaciones, somos más permisivos con los demás y con nosotros mismos, realizamos incluso comportamientos que nunca haríamos en nuestro lugar de residencia.

8.- Autorrealización.-  El viaje es considerado como una oportunidad para el autodescubrimiento y el autodesarrollo.

9.- Prestigio.-  La necesidad de prestigio puede satisfacerse de diferentes formas. El visitar lugares exóticos, inusuales, fuera de las rutas marcadas por los touroperadores, puede ser un signo de mayor estatus y prestigio social. También es posible que el individuo desee marcar las diferencias con sus compañeros de viaje o incluso sentirse superior a la sociedad visitada.

2.1.- Principales teorías sobre la motivación turística

2.1.1.- Teoría de Crompton

Según este autor, los turistas no están motivados por las características específicas de los lugares de destino, sino más bien por las oportunidades que el destino puede brindarles para desarrollar sus necesidades psicológicas concretas.

Crompton identifica nueve motivos diferentes para viajar, siete de los cuales son clasificados como sociopsicológicos y los dos restantes como culturales. Los siete motivos sociopsicológicos no tendrían ningún tipo de relación con el destino, y serían: huida de un determinado ambiente, regresión (deseo de realizar actividades propias o asociadas a la niñez), exploración y evaluación del yo, relajación, prestigio, mejora de las relaciones de parentesco y facilitación de la interacción social. Mientras que los motivadores culturales incluirían novedad y educación y sí tendrían alguna relación, al menos parcial, con el destino.

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