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Resumen Clínica I. Tercer parcial: Enfoque Humanista

firenzemcboTrabajo13 de Octubre de 2015

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Resumen Clínica I. Tercer parcial:

Enfoque Humanista

Antecedentes teóricos:

  • Surge en 1960 (también época del movimiento hippie, liberación sexual, movimiento feminista y estudiantiles)  que tienen todos un objetivo común  la reedificación de los derechos humanos.
  • Fueron entonces intérpretes de las nuevas aspiraciones humanas, es así como el humanismo viene a sustituir la visión del mundo con una reflexión racional, donde existe la idea del hombre como un ser humano verdadero e integral.
  • En 1961 se constituye la Asociación Americana de Psicología Humanista (AAPH) que en 1969 cambia su nombre por Asociación de Psicología Humanista fundada por Abraham Maslow (1908 – 1970), Charlotte Bühler (1893 – 1974) y Rollo May (1909 -1994).
  • Maslow y otros autores: aportan las bases ideológicas, y un muy amplio grupo de autores teórico- técnicos que han diseñado sus técnicas para ser aplicadas en grupo o individualmente. Teniendo un contacto más o menos dilatado con el psicoanálisis convencional del que terminaron por separarse, aunque conservando bastantes enseñanzas de él.

Definición del enfoque humanista:

Es una corriente psicológica y una filosofía de la vida que sitúa al hombre, la humanidad, la naturaleza y el universo como un todo armónico, coherente y perfecto; concibe a la persona como una totalidad, como un ser con intenciones, planes y ambiciones en la que se interrelacionan factores físicos, emocionales, ideológicos o espirituales formando al ser real, no una suma de sus partes.

Carl Rogers: Terapia centrada en el cliente

Biografía:

Tenía ascendencia inglesa (sus abuelos y ancestros era de Inglaterra pero emigraron a Estados Unidos). Nació en Oak Park, pueblecito de Illinois actualmente en donde habitó 12 años. La familia Rogers vivía profundos principios cristianos evangélicos, siendo práctica diaria la lectura de la Biblia y la oración familiar; asistía a la iglesia congregacional y en el hogar se respiraba un ambiente de religiosidad rigurosa y algo fundamentalista.

La relación entre padres e hijos se caracterizaba por una firme ética protestante del trabajo y una disciplina estricta aunada a una ternura y calidez parental (Sus padres controlaban estrictamente su conducta de muchas maneras sutiles y afectuosas). En coherencia con las ideas religiosas, no permitían tomar bebidas alcohólicas, ni concurrir a bailes ni espectáculos públicos, no le permitían fumar, ni jugar ningún juego social tal como las cartas.

Su niñez se vio restringida por las creencias y actitudes de sus padres y por su aceptación de tales ideas: “Creo que las actitudes hacia las personas ajenas a nuestra numerosa familia se pueden resumir esquemáticamente de esta manera: Las demás personas se comportan en una forma ambigüa que no aprobamos en nuestra familia. Muchos de ellos juegan a las cartas, van al cine, fuman, bailan, beben y participan en otras actividades, algunas de las cuales no se pueden mencionar. Por eso lo mejor que se puede hacer es ser tolerante con ellos, puesto que pueden no saber hacer nada mejor, evitar cualquier comunicación íntima con ellos y pasar la vida únicamente con la familia”. Rogers socializó poco fuera de su gran familia pero esto no le molestó. Era un lector ávido y desarrolló un cierto nivel de independencia desde muy pequeño.

Fue el cuarto de seis hijos; tímido y, en sus propias palabras, solitario.  A los 12 años de edad, su padre compró una granja, en la que Rogers pasó su adolescencia; esta circunstancia contribuyó a que las relaciones cercanas del joven Carl fueran sus dos hermanos más jóvenes, aislándolo de sus compañeros de escuela. Fue allí donde adquirió una salud y fortaleza física que no poseía en su niñez y donde se interesó por la biología y por la agricultura, esto último posiblemente influido por su padre.

En septiembre de 1919, Carl ingresó a la Universidad de Wisconsin con intenciones de seguir su vocación por la agricultura, y estudió sus dos primeros años con ese propósito. Sin embargo, su participación en grupos cristianos fue influyendo en su opción vocacional, especialmente a través de un viaje de seis meses a Asia con motivo de una Conferencia de la Federación Mundial de Estudiantes Cristianos, que tuvo lugar en Beijing en 1922. Durante este viaje tuvo ocasión de participar en diálogos y reuniones con académicos y líderes religiosos que le abrieron sus horizontes religiosos, culturales y sociales, así como de fortalecer su autoestima y su confianza en sus propias capacidades.

Esta estancia le permitió confrontar la cultura occidental con la oriental y de este modo replantearse muchas cuestiones de su vida, lo que le permitió desarrollar una independencia psicológica “Desde el inicio de este viaje, mis metas, valores, objetivos y filosofía personal, han sido propios y muy distintos a los puntos de vista que mis padres sostenían y que yo había conservado hasta hoy”. Durante los dos primeros años de universidad había reanudado amistad con una vecina y compañera de escuela primaria en Oak Park, Ellen Elliott, quien inició sus estudios de arte en Wisconsin antes de trasladarse a Chicago para continuarlos. Se escribieron frecuentemente y decidieron casarse, el 28 de agosto de 1924, en contra de la opinión de sus familias, antes de irse a Nueva York, donde Rogers se matriculó en el Seminario Teológico Unión, el más liberal en el país en ese tiempo. En esa unión tuvieron dos hijos, David y Natallie.

En esta gran ciudad se produjo una nueva evolución en Rogers, quien, al mismo tiempo que realizaba sus estudios de filosofía y teología, comenzó a seguir cursos de la Escuela de Maestros de la Universidad de Columbia, situada literalmente del otro lado de la calle del seminario, optando, en 1927, por inscribirse directamente en la misma para estudiar psicología clínica y educacional, abandonando así su vocación por el ministerio religioso.

En 1927-1928 llevó a cabo un internado en el Instituto para la Orientación Infantil de Nueva York, donde se le daba prioridad a las emociones y la dinámica de la personalidad. Escribió su tesis de doctorado en psicología, sintetizando ambas tendencias, sobre la medición de la adecuación psicológica del niño

En 1951 Rogers publicó “La psicoterapia centrada en el cliente”. En 1961 publica el libro “El proceso de convertirse en persona”. En 1963 deja su cátedra y se traslada al recién fundado Instituto Occidental de Ciencia Conductual en la Jolla California donde colaboró en la fundación del Centro para Estudios de la Persona, allí asistía a un grupo muy unido de personas pertenecientes a las profesiones liberales. En  1969 escribió el libro “Libertad de aprender”.

En 70 años recibe dos importantes premios de la Asociación Americana de Psicología. En los últimos años de vida hace workshops  transculturales, tratando de establecer la paz. En 1987 es indicado para la adjudicación del Premio Nobel de la Paz

En 1987, tuvo que someterse a cirugía por una fractura de cadera. Aunque la operación fue exitosa, inmediatamente luego de la cirugía su corazón empezó a fallar y murió el 4 de febrero de 1987 en La Jolla, San Diego.

Antecedentes teóricos:

  • La terapia centrada en el cliente surge de la experiencia clínica intensa, que llevó a su autor a formular una teoría acerca del sí mismo, impregnada de conceptos humanistas, fenomenológicos, existenciales y dinámicos no freudianos.
  • La idea básica de Rogers es que el propio cliente está capacitado para manejar constructivamente todos los aspectos de su vida, aspectos que, potencialmente, pueden devenir conscientes. El terapeuta debe procurar que el cliente comprenda que aquél le considera de manera positiva e incondicional, entendiéndole empáticamente desde su propio marco de referencia. Una vez que el cliente se apercibe de esto, según Rogers, se inicia el proceso de cambio. La persona se hace más consciente de sus verdaderos sentimientos y experiencias.

Definición:

Se basa en la convicción de que todos tenemos en nuestro interior amplios recursos para comprendernos, para cambiar nuestros conceptos sobre nosotros mismos, nuestras actitudes fundamentales y nuestra conducta, y que el papel del terapeuta es proporcionar el clima para que los individuos se sumerjan en sus propios recursos para “actualizarse”, es decir, para alcanzar la complejidad y el desarrollo completo.

Conceptos Básicos: 

  • Introspección: Proceso mental a través del cual el sujeto observa y estudia atentamente sus estados psicológicos internos, sus propias experiencias. Se logra así conocimiento de uno mismo a través de la capacidad reflexiva de la conciencia. Ejemplo: al levantarnos por la mañana nos decimos: “Hoy te has levantado con el pie izquierdo”.
  • Congruencia: es el grado de exactitud entre la experiencia, comunicación y el conocimiento.  Un alto grado de congruencia significa que la comunicación (lo que uno expresa), la experiencia (lo que ocurre en el campo de uno) y el conocimiento (lo que se observa) son todos semejantes.
  • Empatía: La habilidad de sentir lo que siente el paciente es una destreza básica de la comunicación interpersonal, ella permite un entendimiento sólido entre dos personas, en consecuencia, la empatía es fundamental para comprender en profundidad el mensaje del otro y así establecer un dialogo.
  • Autorrealización: Tendencia innata a desarrollar al máximo los propios talentos y potenciales, con lo cual se obtiene un sentimiento de satisfacción hacia uno mismo.

Características y/o postulados

  • Comprensión empática: entender a las experiencias y emociones del cliente a medida que se van presentando durante la relación terapéutica, concentrándose en el aquí y ahora, esto ayuda a entender y valorar sus experiencias, ver las experiencias pasadas desde una nueva perspectiva y aumentar su confianza para tomar decisiones y seguir un curso de acción.
  • Aceptación positiva incondicional: es nada más y nada menos que un respeto por el cliente como ser humano, el terapeuta debe dejar de lado todas las nociones preconcebidas y ser capaz de sentir interés por el cliente, ser aceptante y, transmitir que es alguien que tiene fe y confianza en la capacidad y fortaleza del cliente para lograr su potencial interno.
  • Congruencia: ser congruente entre lo que dice, piensa y siente, y poder expresarlo abiertamente en la relación terapéutica. Un individuo consecuente no trata de parecer una cosa distinta de lo que es. Es él mismo.

Técnicas de intervención:

  • Técnicas de reflejo: Incluye el reconocimiento de los pensamientos y sentimientos del cliente a través de la repetición verbal e intentos de llamar su atención y de hablar de él por parte de otras personas.
  • Reflejo de sentimiento: Rogers lo denomina el reflejo de reiteración y se maneja de manera exclusiva sobre el contenido manifiesto de la comunicación. Una vez que el individuo se integra a un grupo, el terapeuta deberá expresarle a todos los miembros una sensación de ser perfectamente comprendido y respetado.
  • Reflejo de actitud: Rogers llama a este tipo de reflejo “Elucidación”, el mismo la define como una situación en la cual se pone de manifiesto actividades que derivan de manera directa tanto de las palabras como de las posturas corporales del individuo, y que puede deducirse razonablemente su significado por medio de la comunicación y de la actitud.
  • Reflejo de pensamiento: Ayuda a los participantes del grupo a percibir mejor, no solo sus sentimientos y actitudes, sino también a conocer y analizar sus propios pensamientos. De igual manera, a expresarlos como parte de sí mismo.
  • Reflejo de la experiencia: Tiene como objetivo ayudar al individuo a descubrir y utilizar de manera directa la energía que se consumió en las proyecciones de suposición, movimiento y voz. Aquí se observan las posturas, los gestos, ojos y diferentes tonos de voz que utilizan los integrantes del grupo ya que reflejan conductas y sentimientos que no se pueden observar a simple vista debido a que son conductas no verbales.
  • Reflejo de compartir las experiencias: El conductor se esfuerza por participar en las experiencias de los miembros de su grupo en el preciso momento grupal, al compartir se ve obligado como terapeuta a modelar entre los demás integrantes del grupo.

Proceso terapéutico:

  • Primera etapa: Renuncia a revelar el sí mismo; falta de reconocimiento de los propios sentimientos; constructos rígidos; relaciones cercanas percibidas como peligrosas.
  • Segunda etapa: En ocasiones se describen los sentimientos, pero la persona aun esta lejos de su propia experiencia personal; todavía externaliza en gran medida, pero comienza a mostrar cierto reconocimiento de que existen problemas y conflictos.
  • Tercera etapa: se describen los sentimientos pasados como inaceptables; flujo más libre de expresiones acerca del sí mismo; inicio de un cuestionamiento acerca de la validez de los propios constructos; reconocimiento incipiente de que los problemas se encuentran dentro del individuo en lugar de afuera.
  • Cuarta etapa: Descripción libre de los sentimientos personales como propiedad del sí mismo; débil reconocimiento de que los sentimientos negados durante largo tiempo pueden penetrar en el presente; relajación de los constructos personales; cierta expresión de responsabilidad de una mismo; iniciación a arriesgarse a tener relación con otros sobre una base emocional.
  • Quinta etapa: Expresión libre de sentimientos y aceptación de éstos; los sentimientos antes negados, aunque atemorizantes, se encuentran de manera clara en la conciencia; reconocimiento de conflictos entre intelecto y emociones; aceptación de la responsabilidad personal en los problemas; un deseo de ser lo que uno es.
  • Sexta etapa: Aceptación de sentimientos sin necesidad de negación; sensación vivida y liberadora de la experiencia; disposición a arriesgarse a ser una mismo en las relaciones con los demás; confianza en obtener aceptación de los otros.
  • Séptima etapa: Ahora el individuo esta cómodo al experimentarse a si mismo, experimenta nuevos sentimientos, poca incongruencia, capacidad para verificar la validez de la experiencia.

Análisis Transaccional: Erick Berne

Biografía:

Nacido en la cuidad de Montreal, Canadá, perteneciente a una familia de cuatro miembros, su padre, un doctor en medicina al cual estaba muy apegado, su madre, una escritora y redactora profesional y su hermana cinco años menor que él, emigraron a Canadá desde Polonia y Rusia. Le apasionaba acompañar a su padre en sus visitas médicas debido a que tenía una peculiaridad, a la hora de hacer la visita a sus pacientes comunicaba y comentaba con ellos el diagnóstico, e intercambiaba los planes de tratamiento.

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