ANÁLISIS DE LO HUMANO

ANÁLISIS DE LO HUMANO

Cualquier tipo de conocimiento está amenazado tanto por el error como por la ilusión, en lo que se refiere al error, éste puede ser de percepción, que es a su vez la traducción y reconstrucción que hace el cerebro de los estímulos externos que percibe a través de los 5 sentidos, esto se puede ejemplificar con una comparación muy sencilla hecha por la tradición budista, que menciona que el cuerpo es la casa y los cinco sentidos son las ventanas que nos comunican con el exterior.

Al error de percepción le agregamos el error intelectual, esto es, las palabras, las ideas, las teorías son fruto de la traducción/reconstrucción mediada por el lenguaje y el pensamiento que implican la interpretación, en la que proyectamos nuestros deseos, nuestros miedos y las perturbaciones mentales, lo que, desde luego multiplica los riesgos de error.

Es imposible siquiera considerar que se puede eliminar el riesgo de error eliminando lo afectivo, ya que en los humanos el desarrollo de la inteligencia es inseparable del desarrollo de la afectividad. La razón y la emoción se apoyan y se necesitan, incluso en un momento dado se equilibran o se intensifican una a otra.

Los errores mentales se refieren a las mentiras que usamos para auto-justificarnos y mantener nuestro ego a salvo, utilizando la memoria para adornar o desfigurar nuestro pasado, quedando éste sujeto también a errores e ilusiones, en lo personal he tenido pláticas con mis hermanos, preguntándoles sobre un evento en particular de nuestra familia y llegamos a la conclusión de que cada quién tiene su propia historia y parece referirse a diferentes familias.

Los errores intelectuales, los de la razón y las cegueras paradigmáticas nos llevan a concluir que la educación debe mostrar que cualquier tipo de conocimiento está amenazado por el error y la ilusión, esto es, no tomar nada como absoluto, permanente, inmutable o perfecto, hay que educar en la racionalidad para identificar todo tipo de error y tender a su corrección sin quedarnos encerrados en la racionalización.

La educación del futuro debe tender a darnos las herramientas para estar conscientes de que estamos conscientes, darnos cuenta de que nos estamos dando cuenta.

La educación para el futuro debe empezar por una gran aptitud para organizar el conocimiento, actualmente el grado tan alto de especialización nos ha llevado a separar y no a unir conocimientos.

Mucho se ha escrito sobre la evolución del hombre como especie y uno de los factores que impulsaron este desarrollo fue precisamente la división del trabajo, sin embargo, como todo lo que es llevado al extremo, actualmente esto se podría ver como un problema dentro de un mundo cada vez más globalizado.

El exceso de información o el acceso a infinidad de datos aislados no es suficiente, si no se examinan dentro del contexto adecuado, de manera global y multidimensional no bastan y al contrario de este servirnos, nos pierden en un mar de información desarticulada. Es aquí donde la guía de los maestros es fundamental.

Al abordar el conocimiento de manera tan especializada, se llega a la solución simplista de los problemas cada vez más complejos de toda la humanidad.

Lo humano está constituido por su origen cósmico, por su condición física y por la condición terrestre, esto ha contribuido a generar una realidad cada vez más compleja que a su vez ha generado una gran diversidad.

Basándose en las múltiples facetas de la propia condición de la humanidad, es necesario que la educación del futuro considere la impulsividad, el corazón y la razón y fomente la autonomía individual, la participación comunitaria y el sentido de pertenencia con la propia especie humana como ciudadanos, no solo de su pueblo o de su país, sino del planeta tierra, comprendiendo y enseñando lo que nos es común y lo que nos hace diferentes.

La educación del futuro debe enseñarnos que somos habitantes del planeta Tierra, que el planeta es nuestra primera patria, cada día estamos más en contacto con el resto del mundo, nos afecta lo que pasa en otros países y los problemas son de todos, por lo que todos debiéramos avocarnos a su solución, a una ética compasiva y solidaria con el resto del mundo.

Aunque como seres humanos somos únicos e irrepetibles, nuestra meta es en general la misma, ser felices y dejar de sufrir.

La educación en el futuro debe tener muy presentes los

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