Actitud del profesorado y su influencia en la integración escolar
Tiara Yañez OjedaInforme10 de Octubre de 2019
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Actitud del profesorado y su influencia en la integración escolar
Tiara Yáñez Ojeda
- Introducción
Los seres humanos, por naturaleza, presentan distintas capacidades que se manifiestan claramente en las diversas formas en que adquieren conocimientos y resuelven problemas de la vida diaria. Pero existen personas que, además, presentan capacidades educativas especiales y para ellos es necesario implementar medidas que contribuyan a facilitar su integración al mundo laboral, social y educacional. Para lograr una completa inclusión es necesario que ésta comience desde una edad temprana, con la primera escolarización, hasta llegar a la edad adulta. Por lo cual es necesario comprender cómo los docentes influyen en la integración de los alumnos con necesidades educativas especiales.
El objetivo del siguiente informe es determinar los principales beneficios de la actitud positiva de los docentes frente a la integración, en estudiantes de educación básica y media, para lo cual se recabará información referente a la integración escolar e inclusión escolar, diversos estudios acerca de la actitud docente frente a la integración escolar y beneficios de la buena actitud docente frente a la integración. Se expondrá el resultado de esta investigación, desde los beneficios a nivel educativo hasta las implicancias a nivel social (que conlleva la inclusión escolar), tanto en niños como en jóvenes, estudiantes de educación básica y media de distintas situaciones sociales.
- Planteamiento teórico
El tema a abordar en este informe es la integración escolar en individuos con necesidades educativas especiales, específicamente, cómo es la actitud del profesorado frente a ella y su influencia sobre el aprendizaje de los niños y jóvenes integrados y sobre los niños y jóvenes integradores. Para desarrollar este tema primero se aclaran los conceptos de integración escolar e inclusión escolar, sus alcances y factores determinantes. Luego se examina los factores que influyen en la actitud del profesorado frente a la integración escolar, y se analiza la influencia que ejerce la actitud de los profesores tanto en los niños y jóvenes integrados como en los niños y jóvenes integradores.
Para la confección del presente informe se analizan diversas teorías como las diferencias de integración e inclusión (Barrios, 2008), los factores que influyen en una escuela inclusiva (Valcarce, 2011), expectativas y rendimiento (Vega, 2009), investigaciones de la actitud docente y los factores que influyen en ella (Tenorio, 2005; Avramidis y Norwich, 2004), finalmente, relaciones entre la disposición positiva frente a la integración y las consecuencias de esta actitud (Padilla, 2001; Vega, 2009; Milicic, 2011; Ibáñez, 2002).
2.1. Integración e inclusión
Los términos integración escolar e inclusión escolar son usados indistintamente en la comunidad educativa, sin embargo presentan diferencias,
en la integración, las necesidades son de los alumnos y se adopta un conjunto de actuaciones para hacerles frente y conseguir así que los alumnos se adapten en la escuela ordinaria. En la inclusión, las necesidades de todos y cada uno de los miembros de la comunidad educativa se convierten en necesidades de la escuela, y se opta por un proyecto común, al tiempo que se adopta una serie de valores y actitudes que van cuajando en una cultura común de apoyo mutuo, de modo que todos puedan sentirse valorados y aceptados como pertenecientes a una única comunidad y valiosos para la misma (Barrio, 2008:16).
La inclusión escolar es un proceso más complejo que la integración y necesita una modificación total del currículo normal. Según Valcarce (2011), existen diversos factores que influyen en la escuela inclusiva. Primero hay factores sociológicos como los modelos familiares, formas de relación, concepto de diferencia, políticas inclusivas; los factores económicos como el trabajo, bienestar, recursos; los factores físico ambientales como las barreras físicas, autonomía y los recursos para ésta; los factores culturales como la procedencia de países diferentes con creencias, tradiciones y costumbres distintas, distintas comunidades en un mismo espacio, valores para la inclusión; y finalmente los factores educativos como el derecho a la educación para todos y todas, crear una escuela para todos, currículo integrado, amplio y flexible, experimentar prácticas inclusivas, establecer criterios, procedimientos e instrumentos.
La integración es el primer paso que da el sistema educativo para que los individuos con necesidades educativas especiales puedan acceder a la educación y al mundo laboral. Sin embargo, la integración por sí sola no es capaz de afrontar las necesidades de los individuos, por tanto es necesario que este método evolucione a la inclusión, demostrando este último ser más efectivo, ya que subsanó las deficiencias del modelo antiguo (Barrio, 2008).
2.2. La actitud del profesorado frente a la integración escolar
La actitud de los profesores se vuelve un pilar fundamental para la adquisición de competencias en los niños y jóvenes con necesidades educativas especiales, pues “muchas investigaciones han demostrado que las expectativas de los profesores respecto al rendimiento de sus estudiantes y los argumentos que se esgrimen para explicar el éxito o fracaso académico, condicionan los resultados de los estudiantes” (Vega, 2009:190).
Según un estudio realizado por Tenorio (2005) en escuelas básicas municipalizadas y particulares subvencionadas, los docentes presentan diferencias en sus perspectivas frente a la integración escolar las cuales varían entre una muy buena predisposición a la integración hasta una nula predisposición a la integración. Estos puntos de vista están influenciados por diversos factores como la cultura escolar, la formación inicial docente y el perfeccionamiento de los docentes.
Entre las principales críticas al modelo de integración que aparecen en ese estudio podemos destacar tres dificultades primordiales. Las dificultades económicas producto de la burocracia del sistema, por ejemplo, los establecimientos cuentan con capitales escasos, por lo cual se les dificulta la adquisición de recursos didácticos y humanos. Los procesos burocráticos mediante los cuales el Estado proporciona recursos son, en general, procesos muy largos por lo cual el establecimiento educacional es el que debe hacerse cargo de los gastos. Dificultades por el bajo desempeño de los alumnos integrados en pruebas estandarizadas por el estado, como la prueba SIMCE; y finalmente dificultades por los gastos operacionales, ya que cambia el sistema jerárquico de toma de decisiones (Tenorio, 2005). Este estudio concluye que el principal problema de los proyectos de integración en las escuelas es “el hecho de que estos proyectos han respondido principalmente a una política pública, a una necesidad del Estado, más que a una demanda impulsada por los actores del sistema escolar” (Tenorio, 2005:830).
Estudios realizados en diversos países nos llevan a concluir que los miembros de la comunidad educativa que se encuentran más alejados del aula presentan mayores actitudes positivas frente a los programas de integración, “los directores suelen mantener las actitudes más favorables a la integración, seguidos de los profesores de educación especial; en tanto que los profesores de aula suelen mostrarse los más contrarios” (Avramidis y Norwich, 2004:28).
En estos estudios se concluyó que los principales factores que influían en la actitud de los docentes se podían clasificar como variables relativas a los niños, variables relativas a los profesores y variables relativas al ambiente educativo. Las variables relativas a los niños son “los tipos de discapacidades, su incidencia y las necesidades educativas que conllevan” (Avramidis y Norwich, 2004:31). Las variables relativas a los profesores son convicciones del profesorado, opiniones sociopolíticas, “género, edad, años de experiencia docente, curso impartido, contacto con personas discapacitadas y rasgos de personalidad” (Avramidis y Norwich, 2004:33). Finalmente, las variables relativas al ambiente educativo, que por sus características similares las podemos agrupar como una variable principal, es “la disponibilidad de servicios de apoyo en el aula, (…) tanto físico (recursos, materiales docentes, equipamiento, un ambiente físicamente reestructurado, etc.) como humano (ayudantes de apoyo al aprendizaje, profesores especiales, logopedas, etc.)” (Avramidis y Norwich, 2004:37).
Como consecuencia de los factores revisados anteriormente la actitud de los maestros es diversa, sin embargo, es indispensable que ésta sea mayormente positiva, ya que los docentes “son parte integral de la inclusión, tanto en lo que respecta a su aporte para la formación de la identidad de este colectivo como por su papel en la inclusión con la perspectiva del modelo social de la discapacidad” (Padilla, 2011:673). Según Vega (2009), se debe entregar herramientas para que los profesores modifiquen sus esquemas, representaciones simbólicas y visiones, para lograr una óptima integración.
Los beneficios de la integración escolar en la que participen docentes con actitudes positivas frente a ésta, son que los alumnos tienen una mejor adaptación al medio social, ya que no solo se ve beneficiado el integrado, “sino que el mayor “beneficio” posiblemente sea para las personas “consideradas normales”, quienes ven incrementadas positivamente sus conductas emocionales y sociales” (Milicic, 2011:97); los alumnos aprenden en sus primeros años de escolaridad a incluir, y esta conducta seguirá hasta la vida adulta (Milicic, 2011); finalmente, los alumnos tienen una mejor predisposición a la obtención de conocimientos, puesto que “la percepción que tienen los estudiantes de sus relaciones interpersonales con los profesores sería lo que mayor impacto tiene en ellos, y no el contenido o materia de estudio” (Ibáñez, 2002:33).
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