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Asistente en integración escolar


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2018  •  Tareas  •  2.335 Palabras (10 Páginas)  •  1.353 Visitas

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CENTRO PSICOSOCIAL ARGENTINO

Asistente en integración escolar

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Nombre: Evelyn A. Scali

E-mail: Evelyn_scali@hotmail.com

  1. Idea como podrías acompañar y trabajar la inclusión con Lorenzo (desde tu rol de acompañante terapéutico).
  2. ¿Pensás que se garantiza el acceso a la educación de Lorenzo?
  3. ¿Qué le genero a Lorenzo la aparición de un acompañante?
  4. Da un ejemplo similar que podría surgir en tu área de trabajo.

 RESPUESTAS:

  1. La forma en la que trabajaría con Lorenzo desde mi rol de Acompañante Terapéutico sería, en primer lugar, conociendo el entorno que lo rodea, su familia y su ámbito. Me enfocaría más en sus potencialidades y saberes que en sus dificultades. Abordaría cuestiones relativas a la integración y su desenvolvimiento en las actividades (averiguar qué es lo que lo motiva y le gusta, en qué se destaca o presenta mayores aptitudes, sus intereses y alentarlo desde ahí, poco a poco con pequeñas metas).  Lo incentivaría a comprender que cada uno tiene una capacidad diferente, distintos tiempos de aprendizaje, pero que eso no debe impedir que nos valoremos todos por igual, ya que todos tenemos los mismos derechos, así como también cosas en las que somos “buenos” y otras que nos resultan quizá  más complicadas. Estimularía a Lorenzo para que no vea el “cazo” como un obstáculo que estorba o deba ser removido, si no encontrar el modo de adaptarlo a su vida cotidiana,  transformando ese “problema” en un desafío a superar poco a poco, trabajando con él desde sus posibilidades facilitando herramientas que lo ayuden a resocializar con el mundo exterior, sin miedo y sin enojos.

Centraría las acciones en  sus intereses, promovería actividades compartidas con sus compañeros que generaran más empatía con él para facilitar su inclusión.

Potenciaría su autoestima, alentándolo  en lo que logre día a día y en lo que no también, alentaría su confianza incentivándolo siempre a preguntar lo que no comprenda y contenerlo de ser necesario cuando falle, pero siempre recordándole que puede charlar sobre sus frustraciones, volver a intentar y aprender de cada error. Dialogaría con su maestra de grado o maestra integradora para facilitar la inclusión en el aula a través de estrategias creadas quizá en conjunto con lo que lo moviliza y lo que le gusta a él y al resto de sus compañeros, por ejemplo relacionado a lo artístico o musical. Buscando de ese modo un punto medio entre ambos para lograr que se integre al grupo y pueda demostrar sus potencialidades libremente y ser aceptado con mayor fluidez.

Le brindaría mis observaciones a la maestra a cargo para adaptar el aula de modo que favorezca el aprendizaje de Lorenzo y no perjudique al resto del grupo (por ejemplo si tiene cierta empatía con algún compañerito que lo estimule a prestar atención o a participar en actividades grupales, o sentarlo adelante si tiene cierta dificultad de concentración, etc.). Por lo general el aislamiento y/o discriminación se presenta por falta de información tanto de los padres como de los alumnos o mismos docentes, ya que hoy en día es normal asimilar una  discapacidad como algo enteramente negativo. Aportaría para “psicoeducar" a ese entorno escolar, que puedan enriquecerse con la experiencia de conocerlo, priorizando que sepan que Lorenzo no es solo ese “cazo” o dificultad, si no también que es una persona, un niño, con necesidades, miedos, sentimientos y amor como cualquier otro. Me centraría en trabajar sobre la aceptación (ya que su ausencia suele ser la principal traba para avanzar y aprender a llevar ese “cazo”) conocerlo y conocerse, preguntarse quién es Lorenzo, qué necesita y cómo se lo puede ayudar a ser parte, sin estigmatizar o estereotipar. Creo que lo primordial es enseñar y dar a conocer a partir de esta experiencia, que la diversidad es parte de cada sociedad, algo propio de cada persona ya que hay infinidad de factores que hace que seamos diferentes y esto siempre aporta riqueza a cualquier grupo. Estimularía a su entorno y a su familia en caso de no estarlo, a interiorizarse sobre lo que significa para Lorenzo ese cazo, que a veces puede parecer que torna imposible realizar una vida normal pero que puede ser mucho más fructífero si tanto él como su ámbito intentan llevarlo de forma creativa en vez de verlo como una lucha permanente  aunque no siempre sea tan simple; el hecho de que esa mujer le brindara herramientas a Lorenzo para llevar ese cazo con más facilidad (en este ejemplo sería el bolso), le permitió superar los obstáculos que antes encontraba imposibles, de una forma mucho menos complicada. Si dedicáramos nuestro interés a ver la discapacidad como algo intrínseco de la persona, nos sería mucho más sencillo ayudar a quienes conviven con ella en su adaptación e inclusión en el mundo cotidiano, ayudando además a mejorar su autoestima, permitiéndoles mejorar su calidad de vida y aspiraciones.

  1. Personalmente, creo que se garantiza el acceso a la educación hasta cierto punto, quizá sí institucionalmente, pero es un objetivo por el que se debe luchar a diario. Si bien legislaciones vigentes avalan este derecho (como la ley  nacional de educación 26.206 que establece la educación inclusiva en todo el país, el art. 14 de la Constitución Nacional que ampara la educación como derecho, la ley federal de educación (24.195/93) que consta de principios que rigen la educación especial, o  la resolución 2543/03 sobre la integración de alumnos con necesidades educativas especiales en el contexto de una escuela inclusiva, etc.) constantemente padres de niños discapacitados pueden inscribir a sus hijos, pero se enfrentan a conductas irregulares frente a la integración escolar. Las discapacidades son variadas y la preparación de los maestros no siempre es la adecuada para asistirlos. También debe tenerse en cuenta que frecuentemente las instituciones no tienen los requisitos de accesibilidad que deberían, para recibir por ejemplo a niños de movilidad reducida. El papel de la maestra integradora o el acompañante terapéutico en estos casos se vuelve una herramienta fundamental para la inclusión del niño con discapacidad, para descartar la idea de escuelas especiales y no seguir segregando a chicos que tienen ciertas dificultades. Se ha comprobado que niños con discapacidad mejoran enormemente su evolución al ser parte del sistema escolar común y que rodearse de niños que no cuentan con ninguna discapacidad, muchas veces es una gran estimulación y los ayuda a ver que con mayor esfuerzo muchas veces pueden lograr las mismas metas.

 Aunque existan principios como el art. 24 de la convención de los derechos de las personas (“…reconoce el derecho de las personas con discapacidad a la educación, a hacer efectivo ese derecho sin discriminación y sobre la base de igualdad de oportunidades, asegurando un sistema de educación inclusivo a todos los niveles…”), son normas que solo se cumplen parcialmente y los progresos son lentos, lejos de cumplir con las demandas de población escolar con necesidades educativas especiales. Si bien se va por buen camino y la introducción del rol del A.T es enriquecedora; lograr una plena inclusión exige una organización de recursos humanos y técnicos muy compleja, para que deje de limitarse a ser un conjunto de buenas intenciones y pase a ser una oferta educativa real para niños que la necesitan. Se garantizará su educación siempre y cuando haya interés en sus necesidades y muchas veces la realidad es otra.

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