Antecedentes De La Terapia Familiar

ANTECEDENTES DE LA TERAPIA FAMILIAR

La terapia familiar surgió en la década de 1950 en Estados Unidos. Es curioso hacer notar que surge en ese y no en otro país. Si se leen las obras de los primeros autores especialistas en este tipo de terapia se puede ver sólo se toman en consideración (por lo menos hasta los trabajos de Minuchin de los 60’s) típicas familias nucleares, reconocidas en todo el mundo como el estereotipo norteamericano de las películas y series televisivas. Sin embargo, no hay que perder de vista que una de las principales razones por las que se comenzó esta práctica fue por la necesidad de “curar” a la sociedad al encontrar varios casos de esquizofrenia en los que una terapia individual no ayudaba mucho. Con todo, se considera que la década de 1950 a 1960 fue de gran auge para la familia como unidad funcional de la sociedad.

La terapia de familia surge en el momento en que las ideas científicas abren una brecha en las teorías psiquiátricas y psicoterapéuticas, las cuales eran hasta entonces predominantemente individualistas, permitiendo la creación de una terapia profundamente innovadora.

Una anécdota del psicólogo John Bell da un posible origen de la terapia familiar. Bell pasaba las vacaciones en casa de su amigo, el doctor Jock Sutherland, cuando éste le comentó que John Bowlby, uno de los psiquiatras del centro Tavistock Clinic de Londres que él dirigía, estaba tratando a la familia de los pacientes. De regreso a Estados Unidos, Bell pensó que reunir a toda la familia en una misma sesión era una buena idea, aunque no era así como Bowlby estaba trabajando. Desde sus primeras terapias con familias, Bell notó mejoras en la adquisición de datos y presentó sus resultados en un congreso en 1953. Su método consistía principalmente en hacer hablar primero a los hijos y luego a los padres.

Por otra parte, Charles Fulweiler fue quizá el primer especialista que empleó en la terapia de familia el espejo unidireccional. En sus aplicaciones, entraba al cuarto con la familia, hacía algún comentario o pregunta y se iba al otro cuarto a observar lo que ocurría detrás del espejo. Aunque actualmente se rescatan esto primeros intentos de terapia familiar, tuvieron que pasar años antes de que otros especialistas reconocieran estos y otros trabajos en el campo.

Algunos psicoanalistas también atendieron la importancia de incluir en las terapias a la familia o parte del contexto familiar del individuo, tal es el caso de Nathan Ackerman y Helm Stierlin. Más tarde se agregaría Salvador Minuchin, quien además consideraría importantes las cuestiones sociales y se interesaría principalmente por la atención a grupos minoritarios, en condiciones de pobreza, hacinamiento, que viven con miedo y sufren discriminación. Minuchin destaca que en estos grupos no se puede esperar que las mejoras en un integrante de la familia ayuden a todo el conjunto, ya que puede darse incluso el efecto contrario.

La escuela de Filadelfia fue un grupo de psiquiatras y psicólogos que trabajar específicamente con pacientes con esquizofrenia y comenzaron a integrar a padres y hermanos, primero en grupos aparte, para mantenerlos informados y dar algunos consejos sobre cómo interactuar con los pacientes, más tarde para realizar sesiones conjuntas y ver así los avances de las terapias individuales.

A Murray Bowen se le reconoce poco mérito por su trabajo de elaboración de historia familiar, algo que actualmente se utiliza mucho tanto en terapias individuales como familiares. Bowen consideró que era importante conocer la situación familiar presente y pasada, para determinar factores de predisposición de los pacientes a determinados trastornos. Aunque basó sus ideas en la observación de casos de familias, no trabajó con grupos, sino con individuos, destacando que eran independientes, pero que se veían afectados por su historia y su entorno.

El grupo Bateson trabajó también con pacientes con esquizofrenia. Su punto principal de estudio fue la comunicación, a partir de la cual

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