Desarrollo Infantil
adrian04819 de Diciembre de 2013
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“En la escuela de párvulos todo niño debe empezar a entrenarse en la escritura cursiva”
El aprendizaje de la lectura reviste un significado particular del que el niño tiene conciencia. Su éxito representa un verdadero pasaporte para la integración social. Esta postura sitúa al niño de 6 años ante un imperativo de eficacia incrementado aún más por las exigencias del medio familiar. El niño siente intuitivamente que los padres se sienten personalmente implicados por su éxito o fracaso. Esta experiencia emocional, si es negativa, tendrá repercusiones en las actitudes afectivas del niño y su equilibrio energético. En el campo operativo, el seguimiento de la evolución cognitiva y la entrada en el pensamiento operatorio depende de la adquisición de la lectura.
Para hacer frente a este problema de la eficacia debe tenerse en consideración dos conjuntos de requisitos previos funcionales, los cuales deben consolidarse al final de la escuela de párvulos:
Los requisitos previos lingüísticos bajo su aspecto léxico y sintáctico y en las relaciones entre el lenguaje oral y el escrito.
Los requisitos previos psicomotores.
El programa de trabajo corporal que proponemos en esta sección incluye:
El recuento de competencias psicomotrices que debería haber adquirido el niño al terminar la escuela de párvulos.
El enfoque psicomotor del aprendizaje de la escritura.
La adaptación del programa de educación física a la persecución del desarrollo de la función de ajuste. Esta disciplina debe permitir al alumno:
Apropiarse de las habilidades características de la motricidad del niño, correr, saltar, nadar…
Adaptar sus esfuerzos según la naturaleza de las acciones motrices efectuadas.
Dominar sus aprensiones y expresar sus sentimientos.
LAS COMPETENCIAS PSICOMOTRICES REQUERIDAS PARA LOS APRENDIZAJES FUNDAMENTALES
El programa psicomotor propuesto en la escuela de párvulos corresponde a este objetivo de equipamiento funcional necesario para el aprendizaje lectura-escritura. Pero este estadio del desarrollo psicomotor corre el peligro de no estar acabado a los 6 años.
LA ADQUISICIÓN DE UNA IMAGEN DEL CUERPO ORIENTADA
Esta competencia es consecuencia del paso de un esquema corporal inconsciente a un esquema corporal consciente que implica que la imagen visual del cuerpo y su imagen kinestésica se cubran. Entre los 3 y los 6 años, es decir, en la edad de la escuela de párvulos, el niño mediante un esfuerzo perceptivo centrado en sus sensaciones propioceptivas asociadas a las informaciones visuales y táctiles:
Tomará conciencia de la diferentes partes de su cuerpo: cabeza, tronco, brazos, piernas…
Las situara las unas respecto a las otras: cabeza encima del tronco, nariz por encima de la boca…
Situará la posición del cuerpo con respecto a ejes de referencia: arriba-abajo, delante-detrás, lateral: derecha-izquierda.
DOMINACIÓN LATERAL Y ORIENTACIÓN DERECHA-IZQUIERDA
De los seis criterios de orientación hay dos, las nociones de izquierda y derecha, que no pueden tener como criterio de referencia más que el cuerpo humano. Deben asociarse necesariamente a la estructuración del esquema corporal.
Los espacios motores correspondientes a los lados derecho e izquierdo del cuerpo no son homogéneos.
La posibilidad de orientación derecha-izquierda del cuerpo depende de un predominio motor de uno de los dos lados del cuerpo, de origen genético.
Berges dice que esta lateralidad genética se superpone, según el mismo autor, lo que el llama una lateralidad de utilización que se traduce esencialmente en una prevalencia manual, que puede estar influida por la presión sociocultural.
LA ESTRUCTURACIÓN ESPACIO-TEMPORAL DEL ESPACIO GRAFICO
La organización del espacio grafico implica la buena visualización de las formas, su reproducción y sobre todo la posibilidad de respetar sus secesión.
PERCEPCIÓN DE LAS FORMAS Y SU REPRODUCCIÓN
Entre los 5 y 6 años, el niño reconoce la mayoría de formas geométricas. En particular, es posible el reconocimiento del rompo y el trapecio.
EL ACCESO AL ESPACIO ORIENTADO
A los 6 años, tomando como elemento de referencia su imagen del cuerpo orientado, el niño será capaz de transponer esta orientación en el espacio. Tendrá conciencia de lo que está delante de él, a si derecha y a su izquierda. Es lo que Piaget designa con el nombre de espacio egocentrado.
GRAFISMO Y ORIENTACIÓN
La reproducción grafica de un texto escrito recurre a un aspecto particular de la coordinación óculo-manual. El niño dispone ya de un automatismo de seguimiento visual adquirido desde la primera infancia, pero que se libera de manera refleja para seguir la trayectoria de un móvil, por ejemplo. En el reconocimiento de las formas geométricas, este automatismo de seguimiento visual será utilizado intencionadamente para recorrer con los ojos el contorno de la forma.
Para el diestro, el automatismo de barrido se desarrollara naturalmente de izquierda a derecha. Cuando haya que descifrar los fonemas sucesivos, el movimiento visual continuo se transformara en un automatismo entrecortado cuyos puntos de fijación son ritmados por las secuencias impuestas por el recortado del texto.
Al principio de la lectura, el zurdo fija la izquierda de la hoja, pero cuando libera su automatismo es el componente rápido el que juega y debe llevar intencionadamente la mirada de derecha a izquierda: los ojos “tartamudean” sobre la línea.
LA ARMONÍA DEL MOVIMIENTO Y LA PERCEPCIÓN TEMPORAL
El niños de 3 a 6 años debería disponer de una motricidad global armoniosa y rítmica.
El primer trabajo del ritmo consiste en dejar que se exprese el propio tempo del niño durante los juegos espontáneos y las actividades de expresión libre.
La actividad psicomotriz, pues, no tiene como objetivo hacer adquirir ritmos al niño, sino favorecer la expresión de su motricidad natural cuya característica esencial es el ritmo.
El primer objetivo educativo consiste en “liberarles” a la vez corporal y mentalmente para la práctica de una motricidad lúdica global completada con la práctica de corros y danzas cantadas.
CORROS Y DANZAS CANTADAS
Los niños con dificultades de coordinación global encontraran en él un apoyo de primer orden para encontrar en el movimiento cierta armonía y cierta soltura, fuentes de placer. El carácter colectivo de estas danzas, la participación de la maestra y el canto que las acompaña hace que cada niño pueda participar activamente de la alegría general y encuentre en esta actividad una seguridad y una relajación favorable para una expresión motriz liberada. Hay dos factores más que desempeñan un papel importante desde el punto de vista psicomotor:
La relación corporal estrecha que une a los niños en la medida en que se cogen de la mano.
La asociación de canto y movimiento permite hacer que el niño sienta la identidad rítmica ligando los movimientos del cuerpo y los sonidos musicales.
LAS EVALUACIONES QUE ACOMPAÑAN A LOS CANTOS
La evaluación básica es el corro.
La farándula es una evolución en cadena cogidos de la mano describiendo cierto recorrido.
El serpentín es una variación de la farándula del tipo:
Caracol: evolución en fila, los niños se dan la mano y avanzan de frente a la misma velocidad.
Evolución de 3 o 4 alrededor de un aro.
LOS MOVIMIENTOS QUE ACOMPAÑAN A LOS CANTOS
Los desplazamientos: desde la escuela de párvulos, durante los juegos espontáneos, aparecen ritmos naturales en la locomoción. A parte de la marcha y la carrera, el niño descubre el brinco y el galopeo.
JUEGOS MOTORES ACOMPAÑADOS DE PERCUSIONES
La asociación de voz y movimiento tenía como resultado que relacionaba estrechamente el ritmo motor y el musical.
La utilización de percusiones asociadas al movimiento permite completar esta relación basándose en sonidos emitidos por el niño.
A partir de que el niño descubre los ritmos naturales de locomoción, marcha, carrera, brinco, galopeo y saltos sucesivos puede acompañarse el mismo utilizando diferentes instrumentos sonoros con los que así podrá familiarizarse:
Panderetas con o sin cascabel.
Triángulos.
Cascabeles.
Maracas.
Xilófonos y metalofonos.
PERCEPCIÓN TEMPORAL
Un tiempo fundamental logado al buen equilibrio emocional del niño. Este ritmo del movimiento se encontrara en la escritura cursiva caracterizada por una alternancia de tiempos acentuados, traducción de las tenciones y relajamientos ligados a la organización tónica.
Esta percepción de los sucesivos en unidad es necesaria para que el mensaje lingüístico adopte sentido y para que el análisis fonológico de un texto escrito no destruya su coherencia y significación.
Los trabajos de Mira Stambak permiten jalonar los progresos de la percepción de las estructuras rítmicas en el niño según dos criterios:
La cantidad de elementos.
La complejidad de la estructura.
En la edad del aprendizaje de la lectura, el niño debe poder reproducir formas de 4 a 6 elementos.
Si el niño no responde a estas exigencias, corre el riesgo de verse enfrentado a dificultades. Hay que asegurarse de que al terminar la escuela de párvulos el niño haya adquirido esta competencia; si no, hay que entrenar específicamente esta función.
PERCEPCIÓN DE LAS ESTRUCTURAS
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