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Desarrollo Infantil


Enviado por   •  11 de Octubre de 2013  •  2.370 Palabras (10 Páginas)  •  231 Visitas

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LA CAPACIDAD DE REPRESENTACION

El niño en su periodo sensorio motor que ha sido sus primeros 2 años, ha realizado enormes progresos en su conocimiento del mundo y adquiere capacidades que le permiten actuar e interaccionar con las cosas y las personas, y que constituyen su inteligencia. El niños es capaz de reconocer por medio de la exploración muchos objetos, de diferenciarlos unos de otros y conoce muchas de sus propiedades. Sabe cómo actuar sobre ellos para lograr sus objetivos. Continuamente explora sus propiedades y descubre aspectos nuevos. Igualmente adquiere notables competencias para relacionarse con las personas. Ha establecido un vínculo con su madre, a la que reconoce, busca, de la que solicita ayuda, y comprende. Establece relaciones con otros y aprende a hacer gestos de despedida, de saludo y movimientos que facilitan la interacción social que los adultos promueven y refuerzan.

La característica principal de los hombres es la de construir representaciones precisas de la realidad que permiten actuar sobre ella y anticipar lo que va a suceder. Durante el período sensorio-motor el niño ha ido extrayendo regularidades del devenir de las cosas, lo que le permite saber como se van a desarrollar los acontecimientos. La representación del desarrollo de los conocimientos depende directamente de la recepción de los inmediatos relacionados con lo que va a suceder. El final del período sensorio-motor, desarrolla la utilización de medios simbólicos para referirse a las cosas o a las situaciones, sin necesidad de actuar sobre ellas materialmente, y eso es lo que marca precisamente el final de ese período y la entrada en una etapa nueva. La manifestación más evidente de estas nuevas posibilidades es su capacidad para comunicarse con los demás, tanto mediante gestos intencionales como mediante palabras, pues está comenzando a hablar. También empieza a imitar situaciones que percibió antes pero que ya no están presentes. Esta capacidad de representación y comunicación se desarrolla a una enorme velocidad durante el segundo año y va a tener una influencia determinante sobre sus avances a partir de este momento. El lenguaje permite actuar sobre las cosas de una manera indirecta por medio de palabras que están en el lugar de las cosas. Entre ellas se puede citar el dibujo o el juego simbólico.

Lo característico de las representaciones que es por medio de ellas podemos servirnos de algo que los sustituye, que esta en el lugar del significante. El significante esta en el lugar del significado que es aquello que designa. Según Piaget (1946), lo característico de la representación humana es la utilización de significantes diferenciados de los significados que representan. La representación hay que verla en conexión con todas las actividades de extracción e interpretación de la información que el ambiente nos proporciona. Constituye un aspecto más de la capacidad que tiene el sujeto para construir y organizar el mundo que tiene a su alrededor.

Durante el período sensorio-motor, el niño empieza a ser capaz de reconocer situaciones a partir de tan sólo un aspecto de la situación y poco a poco , va adquiriendo un dominio cada vez mayor en este terreno y va siendo capaz de identificar los objetos a partir de un pequeño fragmento visible. La percepción de una parte del objeto se convierte en un índice de la presencia de éste. La imitación desempeña un importante papel en la génesis de esta capacidad representativa, y el niño va a utilizar representaciones motoras antes de utilizar otras más abstractas. Las manifestaciones de esa capacidad de representación se van haciendo cada vez más claras y abundantes. Fue un mérito de Piaget darse cuenta que partir del sexto estadio del período sensoriomotor, aparecen diversas manifestaciones de esa capacidad de representación, a lo que denominó función simbólica o función semiótica.

Según el grado de conexión entre significante y significado, puede distinguirse tres tipos de significantes. Cuando significante y significado no están diferenciados, sino que el significante es un trozo, una parte, un aspecto, una consecuencia, o algo que va indisolublemente unido al significado, se habla de índices o señales. El significante y el significado están estrechamente asociados y, en sentido estricto, su interpretación no constituye una manifestación de la capacidad de representación, pero si un primer paso hacia ella. El significante puede ser independiente del significado pero guarda una cierta conexión con él, una «relación motivada», y en ese caso se habla de símbolos. Los dibujos o las fotografías se pueden considerar como representaciones simbólicas de los objetos que representan.

En el llamado «juego simbólico», el niño que utiliza una caja de cartón unida a una cuerda para representar un camión, está empleando en todos los casos símbolos que él ha construido. Pero además, puede haber significantes que sean completamente arbitrarios y que se han establecido mediante una convención o que son producto de un largo proceso histórico de tal manera que ya no existe ninguna relación clara entre significante y significado.

Hay una continuidad en el grado de conexión entre significantes y significados, y es difícil establecer cortes en un determinado punto. Lo que resulta claro es que hay un continuo de relación entre significante y significado que va de los índices y señales a los signos y que hay casos intermedios que pueden situarse entre uno y otro. Los símbolos, en cambio, pueden ser individuales o colectivos y, en muchos casos, al estar motivados se reconoce fácilmente aquello que están designando. Frecuentemente, las formas de representación simbólica tienen un entroque con características de grupos sociales, con las tradiciones de éstos, o incluso de toda la especie humana.

El estudio de las formas de significación es un campo muy complejo, del que todavía sabemos muy pocas cosas y que puede depararnos grandes sorpresas, ya que hay muchos símbolos que sin ser directamente aprendidos, son comprendidos por todos nosotros, probablemente porque se ligan a características psicológicas, o incluso biológicas del hombre.

Las diferentes manifestaciones de la función semiótica.

En el sexto estadio del periodo sensorio-motor, se van haciendo cada vez más claras las manifestaciones de la capacidad de representación que va adquiriendo el niño, va siendo más capaz de utilizar significantes que están en lugar de los significados, símbolos motores, reconocimiento de representaciones gráficas, utilización de símbolos en el juego o mediante la imitación en ausencia del modelo. A lo largo del

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