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El Corazón Del Hombre


Enviado por   •  24 de Marzo de 2015  •  1.521 Palabras (7 Páginas)  •  250 Visitas

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El libro recoge ideas de libros anteriores del autor, trata de dar respuesta a la eterna pregunta de cual es la verdadera esencia del hombre: el bien o el mal.

A lo largo del libro va desarrollando la idea de que la bondad y la maldad existen en el hombre, aunque en resumen señala que la esencia del hombre no es la bondad ni la maldad, sino la contradicción en sí, y que uno no decide ser bueno o malo, simplemente son las decisiones diarias que se toman las que se pueden convertir en cosas buenas o malas, señala también que su experiencia clínica como psicoanalista es la fuente de su investigación, de igual modo hace referencia de manera constante a la obra de Freud, asimismo, habla de dos síndromes de los cuales describe sus elementos, a saber: el síndrome de decadencia, y el síndrome de crecimiento.

El primero se compone a su vez de amor a la muerte o necrofilia, de narcisismo maligno- aunque hace referencia a uno benigno- y de fijación simbiótica incestuosa, en tanto que el segundo de los síndromes tiene como componentes el amor a la vida, el amor al hombre y la independencia, como contrapartes de los componentes del primer síndrome.

Al final del libro, después de dedicar la mayor parte de su ensayo a los componentes antes mencionados, hace referencia a otro conflicto teórico universal: la libertad y el determinismo, dicho de otro modo, ¿el hombre es realmente libre o bien esta sujeto a una causa interminable?

Hace varias precisiones en cuanto a los conceptos de libertad, responsabilidad, para señalar que el hombre sí puede ser libre, siempre y cuando conozca las fuerzas que operan a su espalda.

CAPÍTULO I

EL HOMBRE, ¿LOBO O CORDERO?.

El autor empieza con una frase de impacto, hace referencia a que mucha gente cree que los hombres son corderos, y que otros creen que los hombres son lobos, señala que las dos partes pueden acumular buenos argumentos a favor de sus respectivas posiciones.

Los que están a favor de que los hombres son corderos no tienen mas que señalar el hecho de que a los hombres se les induce fácilmente a hacer lo que se les dice, aunque sea perjudicial para ellos, que siguieron a sus lideres en guerras que no les produjeron mas que destrucción, parece que la mayoría de los hombres son niños sugestionables y despiertos a medias, dispuestos a rendir su voluntad a cualquiera que hable con voz suficientemente amenazadora o dulce.

Bajo estas premisas, señala Fromm, fue que erigieron sus sistemas los grandes dictadores e inquisidores, dicha creencia refuerza en estos personajes la creencia de que estaban cumpliendo un deber moral, si eran jefes que los libraban de la responsabilidad y la libertad.

Como contraargumento, señala el autor, es conveniente preguntarse ¿Por qué la vida del hombre es tan diferente a la del cordero?

Así, señala los nombres de varios líderes, entre ellos Hitler y Stalin, para preguntar sí estos, por sí solos, exterminaron por sí solos a sus compatriotas o enemigos.

No se ve, continúa el autor, por todas partes la inhumanidad del hombre en guerras, en asesinatos, en violaciones, en la explotación despiadada del débil por el fuerte, hechos tales que han llevado a pensadores como Hobbes a la conclusión de que el hombre es el lobo del hombre.

Señala también que los argumentos de las dos partes lo dejan desconcertado, que se pueden conocer asesinos despiadados, pero esta es la excepción y no la regla, ¿ es que todos somos lobos disfrazados de corderos y que la verdadera naturaleza- el mal- se manifestará una vez que se libren nuestras inhibiciones?

Este último supuesto, que la verdadera naturaleza del hombre es el mal, es difícil de refutar, pero no es convincente, hay numerosas oportunidades para la crueldad y el sadismo en la vida diaria en que las gentes podrían permitírsela sin temor a represalias, lo cual es una buena observación.

El autor señala otra explicación, que hay una minoría de lobos que viven entre corderos, que estos imitan a aquellos, que por imitación es que “hacen cosas malas” pero en realidad los corderos sólo imitan a los lobo, explicación que aún deja muchas dudas, como es el hecho de admitir que existen dos razas de humanos, los lobos y los corderos.

Al final del párrafo, el autor deja ver su posición al respecto, ya que señala lo siguiente: ¿ quizás el hombre es a la vez lobo y cordero, o ni lobo ni cordero?

Asimismo, señala Fromm, dicha cuestión de sí el hombre es lobo o cordero, resulta ser uno de los problemas fundamentales del pensamiento teológico y filosófico occidental, y a continuación el autor señala las posturas que se han seguido al respecto en diversos campos del conocimiento, religiones o puntos

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