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Estrategias De Educación Especial


Enviado por   •  8 de Abril de 2013  •  3.697 Palabras (15 Páginas)  •  310 Visitas

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Estrategias de educación creativa ciego

El objetivo general de la educación creativa es desarrollar la identidad personal del niño mediante la expresión de su mundo interior a través de múltiples lenguajes.

Los principios básicos de autonomía, innovación y expresión se integran en los procesos, los recursos, las actividades, los materiales... educativos, y en la formación de los profesores.

Algunos de los problemas o retrasos que pueden presentar los niños invidentes y deficientes visuales en el proceso educativo precisan de un enfoque alternativo basado en la creatividad para su superación.

La percepción táctil y auditiva son básicas para el desarrollo de los alumnos invidentes y deficientes visuales, por lo que es preciso impulsar un aprendizaje significativo y vivencial a través de estos sentidos, pero integrando, además las informaciones provenientes de los demás sentidos.

Un proceso de enseñanza-aprendizaje en el que , desde una concepción creativa, se planifiquen actividades creativas, expresivas y lúdicas y estrategias didácticas de procesamiento conceptual y analógico, permitirán al niño deficiente visual o invidente la estimulación de su expresión a partir de múltiples lenguajes (verbal, plástico, dramático, etc.), consiguiendo un aprendizaje constructivo y significativo.

El estudio presentado sobre la relación que se puede establecer entre los aspectos fundamentales en el desarrollo del niño deficiente visual y ciego y la estimulación de la creatividad supone el primer paso para la investigación de la implementación de las metodologías creativas en el proceso de enseñanza-aprendizaje de estos niños.

2. - LAS IMÁGENES MENTALES DE LOS NIÑOS CIEGOS Y SUS DIBUJOS.

Quienes nunca han tenido la oportunidad de conocer una persona ciega acostumbran a preguntarse cómo serán el pensamiento y los sueños de los invidentes, cómo se imaginarán que son las cosas que nosotros vemos. Esta reflexión junto a la desoladora observación de los cuentos y libros de texto en Braille, donde no aparecían jamás dibujos llevaron a la necesidad de buscar soluciones.

Se partió de la hipótesis siguiente: si las imágenes mentales de los niños ciegos no diferían significativamente de las que se forman los niños videntes, aquellos podían si ninguna duda realizar representaciones pictóricas iguales que las de éstos. Sólo había un inconveniente. ¿Cómo dotar a los niños ciegos de unos materiales e instrumentos que les facilitaran la realización de los dibujos? Dificultad que se solucionó en parte con la aparición coincidente de gomas de caucho sobre las que, al colocar un papel, los trazos dibujados quedaban en relieve.

Pero subsistía un lastre histórico. Desde siempre se había rechazado la idea de la utilidad de los dibujos para las personas ciegas; además, se daba por supuesta la imposibilidad de los invidentes de acceder a la información mediante representaciones y realizaciones de orden pictórico. El resultado era que los planes educativos jamás se cuestionaron la necesidad de enseñar a los niños ciegos a dibujar, sólo en algunas situaciones muy particulares se enseñaba a explorar configuraciones representadas en el plano.

Hubo, pues, que idear y diseñar un método que facilitara el aprendizaje del dibujo. Una vez conseguido éste, se debería comprobar si las realizaciones hechas por los niños se diferenciaban o no significativamente de sus pares videntes, para poder sacar conclusiones sobre las imágenes mentales en las personas ciegas.

2. 1. - REALIZACIÓN EXPERIMENTAL.

Mediante la aprobación de un proyecto por la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) en 1989, se puso en marcha un trabajo de investigación, que consistía en enseñar a un grupo de niños ciegos a dibujar (grupo experimental) y comparar sus resultados con otro grupo de niños ciegos no sometido a este proceso de aprendizaje (grupo control). Para la realización de este trabajo, fueron elegidos como sujetos experimentales todos aquellos niños y niñas ciegos, escolarizados en escuelas ordinarias de Madrid y Barcelona, que cumplieron las siguientes condiciones: niños ciegos totales o que tuvieran una leve percepción de luz, de edades comprendidas entre 6 y 9 años y que no presentaran problemas de índole físicas ni psicológica. Igualmente, se requería que los niños utilizasen técnicas de lectura y escritura Braille y poseyeran habilidades, destrezas manipulativas y capacidades cognitivas correspondientes a su tramo de edad. Diecinueve niñas y niños ciegos conformaron el grupo que reunían estas características.

El grupo control escogió entre las niñas y niños ciegos de colegios específicos de la ONCE, de Madrid y Alicante, teniéndose en cuenta los mismos criterios de homogeneización que para el grupo experimental. Formamos un grupo de niñas y niños ciegos igual que el grupo experimental, de 19 sujetos.

Las técnicas de aprendizaje que se emplearon en el grupo control fueron las mismas que habitualmente se utilizan para niños videntes (con pertinentes adaptaciones). Siguiendo las indicaciones de Willats y Winner, se aceptó el supuesto de que la gran mayoría de los niños ciegos siguen los principios del dibujo que se creen universales para el niño vidente. De acuerdo con Millar, se dio también por sentado que los niños videntes y los niños ciegos adoptan reglas similares de traslación de la percepción al dibujo, sin tener en cuenta la modalidad del estímulo. Esta última afirmación es correcta, si se le añade la condición de que la ley de traslación de dibujos ha de enseñarse intencionalmente a los niños ciegos, los videntes la aprenden por imitación.

2. 2. - RECOGIDA Y TRATAMIENTO DE DATOS.

Una vez establecidos los dos grupos, experimental y de control, se les sometió a una prueba inicial. Consistía ésta en el reconocimiento de un determinado número de objetos tridimensionales, habituales en los libros de texto de los primeros años escolares de los niños videntes, midiéndose el tiempo y la frecuencia de dichos reconocimientos.

El estadístico que se elaboró (la T de Student) demostró que, con un nivel de confianza del 99%, entre el grupo control y el experimental no había diferencia significativa, por lo que se dedujo que ambos partían de una misma situación. (Recuérdese que en estadística la T de Student es una forma de distribución típica de una muestra pequeña para calcular la desviación típica de una población entera). La alta frecuencia de respuestas en esta prueba inicial de reconocimiento también demostró que los niños estaban familiarizados con los objetos elegidos.

A continuación, se pidió que dibujasen

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