La Construcción Del Conocimiento

Como bien ya sabemos y comenzando por lo que dice M. Müller, antes de iniciar

un tratamiento psicopedagógico lo primero que debemos realizar es un proceso

diagnóstico, a través de este proceso vamos a indagar la subjetividad del sujeto y

su familia. También saber qué acciones serán preferentes para este sujeto. Müller

dice que hay un código secreto que debemos revelar, Para poder descubrir que se

esconde detrás de un sujeto y su grupo familiar.

Ya en el tratamiento la autora manifiesta que es necesario realizar al menos una

entrevista, con los padres, el paciente y/o con toda la familia, para escuchar lo que

nos muestran la transferencia hecha hacia el psicopedagogo y hacia la tarea. Es

necesario también, realizar un encuadre y destacar los puntos que están involucrados

como ser el lugar, el espacio y el tiempo. También debe aclarar lo que como

psicopedagogo puede aportar, las responsabilidades que cada integrante asume.

Para Marina Müller, lograr un aprendizaje implica la construcción de conocimientos,

afrontar conflictos y hasta padecer perturbaciones. En el tratamiento psicopedagógico

los objetivos estarán limitados por un lado, que el niño se conozca en cuanto a sus

dificultades, posibilidades y limitaciones y por otro ayudar a que el niño promueva sus

propios recursos e instrumentos, Permitiéndole así, la construcción del conocimiento.

Además de los aprendizajes sistemáticos propiamente dichos. Este sujeto es una

persona integral, sustentada en lo biológico, provista de psiquismo y formando parte

de una sociedad.

El tratamiento ocurre a través de una relación, un encuentro entre personas

con diferentes particularidades. Es necesario que surja su deseo de aprender,

acompañándolo y no imponiéndole una manera de ser y de actuar. Permitirle

que tome la palabra. De esta manera podremos llegar al sujeto para trabajar sus

trastornos y favoreciendo el armado de un nuevo proceso cognitivo.

Desde el comienzo hay una relación psicopedagogo-consultante en donde se

juegan roles diferentes y donde cada uno evoca imágenes y fantasías según las

transferencias reciprocas y la contratransferencia. Los fenómenos de transferencia

son leídos desde la subjetividad del psicopedagogo donde actúa el deseo

inconsciente y el propio narcisismo del psicopedagogo. Con respecto al aprendizaje la

relación transferencial-contratransferencial señala cómo el sujeto pone en evidencia

pautas de amor, odio, dependencia, omnipotencia, que ha estructurado en su

personalidad.

La función del juego en la clínica psicopedagógica le permite al niño la posibilidad

de proyectar, de exteriorizar sus angustias y conflictos internos, alcanzándolo por

medio de la representación. El niño vuelve activo lo que sufrió pasivamente y modifica

desenlaces dolorosos consiguiendo a través

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