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La fe de los jóvenes y Hermanos en las escuelas lasallistas


Enviado por   •  30 de Octubre de 2016  •  Tesis  •  815 Palabras (4 Páginas)  •  84 Visitas

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Un llamado, muchas voces:

La fe de los jóvenes y Hermanos en las escuelas lasallistas

Dice San Juan Bautista de La Salle: La fe debe servir de luz y guía a todos los cristianos, para conducirlos y dirigirlos por el camino de salvación; por lo cual dice San Pablo: “El justo”, eso es el verdadero cristiano, vive de fe, porque se guía y obra en todo por motivos de fe.

 Por lo cual, importa mucho que los Hermanos, que tienen por fin de su Instituto educar en el espíritu del cristianismo a los niños confiados a su solicitud, y procurar enseñárselos, estén tan llenos del espíritu de fe, que consideren los sentimientos y máximas de fe como regla de sus obras y de toda su conducta, y el espíritu de fe como el espíritu del colegio.

El espíritu de nuestro colegio es, pues, en primer lugar, un espíritu de fe que debe mover a los que lo componen a no mirar nada sino con los ojos de la fe, a no hacer nada sino con la mira en Dios, y atribuirlo todo a Dios…

Estarán atentos a la Presencia de Dios, y cuidarán de renovarla de cuando en cuando, bien convencidos de que no han de pensar sino en Él, y en lo que les ordena.

En segundo lugar, el espíritu de este colegio consiste en instruir a los niños, y educarlos en el temor de Dios; moverlos a conservar su inocencia, sino la hubieran perdido, o inspirarles gran alejamiento del pecado y de todo cuanto pudiera hacerles perder la pureza.

Para conformarse con este espíritu, los Hermanos se esforzarán, por medio de oración, instrucciones, vigilancia y buena conducta en la escuela, en procurar la salvación de los niños que les están confiados, educándolos en el verdadero espíritu cristiano.

El hombre interior es el camino de la identidad y el conocimiento de uno mismo, en la afectividad, voluntad y la mente que se integran en la armonía. Solo desde el hombre interior es posible el seguimiento de Cristo en la vivencia de la entrega de todo el ser a Dios. La Salle habla de vivir la fe en la Comunidad, en la afectividad de los Hermanos. Encontrarse con Dios es descubrir la capacidad de amar. Desde esa perspectiva se habla del celo ardiente que es fruto del amor a Dios, a la vocación y a la misión educativa. Madurar es ir haciendo unidad, integración, orientación hacia Jesús. El amor expresado en la fraternidad hace la comunidad cristiana, que es la fuente de la vida, pero en este vínculo, la fe es la que le da sentido profundo al ser, hacer y pensar. En este sentido dice el Fundador:

Mientras nos dejemos guiar por la fe, aunque sea sin gusto ni sentimiento de las cosas espirituales, la orientación es segura, la fe es la senda por la que Dios quiere conducirle y por la que más le agradará.

La fe se pone a prueba en la crisis, las dificultades y problemas límite de la vida. Son momentos donde el hombre se sostiene de Dios cuando todo se derrumba. La fe le da sentido profundo a esos momentos de sequedad, de frustración, de vaciedad espiritual por la rutina. Sin embargo, La Salle era un hombre profundo y lleno de fe, que fue capaz de abandonarse en Dios , por la fe. En esos momentos límite; la oración, el Retiro, el ayuno y las penitencias eran ofrecidos a Dios. Se retiraba en silencio a orar, amaba la paz que solo Dios podía dar en medio de los problemas.

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