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MARCO TEÓRICO.Bullying


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2013  •  Tesis  •  2.767 Palabras (12 Páginas)  •  738 Visitas

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MARCO TEÓRICO

Bullying se ha definido como la forma de maltrato psicológico, verbal o físico entre estudiantes ya sean jóvenes o niños.

El Bullying fue conocido como problema social en los años setenta del siglo pasado en la península escandinávica, también se le conoce como acoso escolar y violencia entre iguales. Las definiciones son muchas, pero básicamente son eso: violencia entre iguales. Inclusive hay un autor que dice que el Bullying se sigue dando aún en los lugares de trabajo de los adultos, en forma de discriminación, acoso y violencia.

El término “bullying” proviene del inglés “bully” que como sustantivo significa “valentón o matón” y como verbo “maltratar o amedrentar”, en la dinámica del fenómeno juegan papel importante las figuras “bullied” que corresponde a la víctima; “bully” al agresor y “bystander” al que atestigua el problema.

En el agresor presenciamos básicamente: la violencia, las ganas de sentirse superior, la falta de autocontrol (incapacidad de medir su fuerza), etc. Faltas de respetos tanto a sus compañeros y adultos, presenta un deseo de siempre tener el poder.

El agresor raramente llega a presentar este tipo de comportamiento sin causas que lo llevan a él, aunque si ocurre y es algo aún más fácil de evitar que en el primer caso. Por lo regular sufre violencia doméstica y piensa que por éste medio se puede conseguir todo en la vida.

La victima puede o no vivir en un ambiente violento pero definitivamente siente que no puede confiar en sus familiares, y esto nos lleva a proponer que en ese hogar hay represión.

Los perfiles de los personajes encajan bastante bien a la hora de la dinámica, es por eso que muchos casos de Bullying no son detectados a tiempo.

¿QUÉ ES BULLYING?

El Bullying es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico entre escolares de forma repetida a lo largo de un tiempo determinado.

Este fenómeno social fue descrito a principios de los años setenta del siglo pasado en la península escandinávica; de ahí se propagó al mundo. Es igualmente conocido como “acoso y violencia entre iguales”, y definido como: intimidación y maltrato físico, verbal o social entre escolares, mantenido en el tiempo y casi siempre oculto, que intenta humillar y someter a una víctima indefensa por parte de un compañero abusivo o un grupo de maleantes.

Con los avances tecnológicos existentes, hay un nuevo acoso a través de éstos cuyo término es “cyberbullying”.

El término “bullying” proviene del inglés “bully” que como sustantivo significa “valentón o matón” y como verbo “maltratar o amedrentar”, en la dinámica del fenómeno juegan papel importante las figuras “bullied” que corresponde a la víctima; “bully” al agresor y “bystander” al que atestigua el problema[2].

En el “bully” normalmente se presenta el deseo de rebajar o prevalecer sobre el otro y ésta desigualdad es tolerada por el “bullied”. El primero es por lo general mas grande, fornido y malhablado; mientras que el segundo debe tener en su físico o en su conducta algo que lo hace ser más propicio, lo cual crea las condiciones para que imponga su fuerza sobre el segundo y se haga manifiesto el acoso.

Las más de las ocasiones ésta situación perdura por años y sus efectos llegan a ser irreversibles en la autoestima de la víctima; pocas veces dejan huella física, aunque de acuerdo con comunicados de instancias gubernamentales, llegan a causar la muerte.

Los niños víctimas del acoso sufren tensión nerviosa, gastralgia[3], cefalea[4], terrores nocturnos, ataques de ansiedad, fobias, miedo a la escuela y aislamiento. Sienten que sus vidas están amenazadas y no saben cómo salir de esa situación.

En la edad adulta las secuelas más comunes son ansiedad, abuso o dependencia del alcohol, comportamiento antisocial y dolor abdominal crónico.

POBLACIÓN EN LA QUE SE PRESENTA

Este fenómeno se da principalmente en centros de enseñanza media, donde los escolares aún no desarrollan habilidades de defensa, propia de aspirantes a escuelas profesionales, en donde casi desaparece el acoso (bullying), para dar paso a disputas personales y desencuentros más equilibrados. En éste último caso no suelen causar bajo rendimiento escolar o deserción; mucho menos suicidio.

Este trastorno social de gran prevalencia se ha hecho más manifiesto entre otras razones, porque no existen instrumentos jurídicos ni educacionales que favorezcan la identificación oportuna ni métodos que tiendan a aminorarlo utilizando recursos no punitivos.

En cierta manera ha ocurrido con este fenómeno algo parecido a lo experimentado con la violencia doméstica: hasta hace poco se consideraba algo inevitable y en cierta manera ajeno a las posibilidades de intervención judicial como problema de carácter estrictamente privado que debía ser solventado en el seno de las relaciones entre iguales, o cuando más en el ámbito de la disciplina escolar, sin intervención por parte de la jurisdicción de menores. Incluso las manifestaciones más sutiles de estos comportamientos antisociales tales como el aislamiento deliberado de un menor, exclusión o sobrenombres vejatorios han sido tradicionalmente toleradas sin más.

De hecho, muchos de los actos encuadrables en el acoso escolar han sido frecuentemente considerados parte integrante de la experiencia escolar, inherentes a la dinámica propia del patio del colegio, como una lección más de la escuela en la que como anticipo de la vida, el menor tiene que aprender a resistir, a defenderse, a hacerse respetar e incluso a devolver el golpe[5].

Muchos gobiernos alrededor del mundo han vuelto su mirada hacia éste fenómeno debido principalmente a la cantidad alarmante de suicidios que se han presentado en sus respectivos países. Distintas instituciones han hecho estudios previos en niños y jóvenes, y los resultados señalan que la mayoría de las víctimas del Bullying tienden a tener ideas suicidas en algún momento de su vida.

De particular importancia es esta asociación desde que el suicidio es la principal causa de mortalidad en adolescentes y aún más si recordamos que es potencialmente prevenible.

El Bullying ya es considerado un problema de salud pública, que demanda el concerniente tiempo y atención de autoridades y familias. Es un problema grave y no debe ser subestimado, México está bastante atrasado en este aspecto y en los correspondientes estudios que ya se están realizando por todo el mundo.

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