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MUSICOTERAPIA Modelo Nordoff Rocbbins.

Rocio MartinezMonografía28 de Noviembre de 2016

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Universidad de Buenos Aires

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Facultad de psicología

“Musicoterapia Creativa”

Modelo Nordoff-Robbins

Catedra: Musicoterapia I

Docentes: Zimbaldo, Ariel.

Ayudante de cátedra: Roxana Bottale.

Ciclo lectivo: 2016.

Integrantes: Barrionuevo, Magalí.

                   Martínez, Rocío.

                    Navea, Ana.

CAPÍTULO I: EL ABORDAJE NORDOFF-ROBBINS. MUSICOTERAPIA CREATIVA

  • Los inicios. De la educación especial a la práctica clínica.

Los inicios.

El comienzo de la sistematización.

  • Bases teóricas y filosóficas.

La antroposofía como punto de partida. El “niño música”

Relación con la psicología humanística.

El homo musicus.

Tendencias teóricas en la musicoterapia creativa.

  • Método y abordaje en las sesiones.

El encuadre.

Fases e “intervención crucial”

El rol de la técnica.

La preparación del terapeuta.

La personalización de los recursos musicales.

  • La musicalidad clínica.
  • El ser y estar en la música.
  • Análisis musicoterapéutico.
  • Cualidades de la interacción musical clínica.

Los cuatro estados experienciales.

Los momentos creativos.  

  • La inteligencia musical.
  • Proporción de experiencias significativas.
  • Exploracion y valoración.
  • Acerca de la formación (subcapítulo no incluido en el informe)


La musicoterapia creativa encuentra sus fundamentos en la creencia de una musicalidad innata dentro de cada ser humano. Utiliza la improvisación como experiencia musical, la cual denota la existencia de la creatividad en las personas y le permite a las mismas superar las dificultades emocionales, físicas y cognitivas. El paciente posee un rol activo dentro de las sesiones y los instrumentos implementados no poseen una gran complejidad en su ejecución, facilitando un alcance colectivo sin necesidad de una habilidad especial para manipularlos.

Paul Nordoff fue un compositor y pianista norteamericano. En 1958, decide realizar un viaje a Europa en busca de expansión profesional, pero su intriga ligada al novedoso uso de la música en el tratamiento para niños con parálisis cerebral (Escocia), lo hizo acercarse al Hogar para niños de Sunfield cercano a Londres, en donde observó algunos trabajos con niños y realizó conciertos. Esta institución era una comunidad antroposófica, en la cual la música tenía un papel importante en el programa educacional.

Paul pidió que le concedieran una extensión de su periodo sabático para investigar acerca de la musicoterapia, pero como no le fue otorgado, decide renunciar a su cargo de profesor e iniciar así su trabajo. Se asoció a la NAMT (National Association for Music Theraphy) permitiéndole estudiar la disciplina y conocer los trabajos de varios musicoterapeutas. En 1959 vuelve al Hogar de Sunfield en donde comienza a trabajar con Clive Robbins, entre otros.

Clive Robbins, era un entrenado educador especial que trabajaba en esa institución, aunque se encontraba en una crisis profesional, debido a que no podía lograr una eficacia en el desarrollo de las potencialidades de niños que se adentraban en la etapa adolescente, en la cual se vislumbraban aspectos más trágicos de la patología. Comenzó a encontrar respuestas en el abordaje musical planteado por Nordoff.

En 1960 Paul volvió a EEUU, junto con Clive para seguir desarrollando su investigación, conformando el equipo Nordoff-Robbins. Comenzaron a visitar instituciones para interiorizarse en el campo y además difundieron de manera práctica sus ideas de la musicoterapia.

El primer proyecto del equipo fue iniciar un hogar curativo para niños en donde se emplearían distintas experiencias artísticas, en la Granja Threefold, perteneciente a una comunidad antroposófica en Nueva York. El mismo no fue llevado a cabo debido a un cuestionamiento de la “capacidad antroposófica de la música” por quienes tomaban las determinaciones en ese momento.

Comenzaron su trabajo debido a una propuesta de un cargo en una residencia de niños discapacitados en Nueva York y luego pasaron a una escuela hogar de tratamiento en Deveroux. Finalmente les fue otorgada una subvención para un proyecto de seis meses en la Universidad de Pensilvania con niños psicóticos y autistas, en el Hospital Mercy Douglas.

Allí es donde se inició un proceso de sistematización de las metodologías empleadas. Todo su trabajo clínico fue registrado en cintas de audio y gran parte fue filmado (herramienta de análisis con la que cuenta la musicoterapia creativa actual). Se dedicaron fuertemente y de manera autónoma en el este proceso, para adentrarse en una búsqueda de fundamentos y bases teóricas de su trabajo.

La musicoterapia creativa en sus principios fue influenciada por las ideas de Rudolf Steiner, el movimiento antroposófico dentro de la psicología humanística. El ser humano es un self musical, responde a la música manifestando su personalidad, por lo tanto, da cuenta de una musicalidad innata y de su característica universal: idea muy importante en el trabajo con personas impedidas.

Dentro de cada personalidad se puede hallar un “niño o persona música”, el cual puede despertar dentro de un proceso activo de producción musical. Este despertar le otorga un significado a la terapia: el desarrollo de la intención comunicativa en el hacer musical. El niño es capaz de expresar la individualidad de su self y el estado de sí mismo.

Este modelo musicoterapéutico guarda gran relación con los principios humanísticos de Abraham Maslow, la relación con el paciente debe ser cálida, amistosa y el terapeuta debe tener una postura flexible, aceptar y respetar al paciente en su totalidad. Con esto se busca la autonomía del paciente a través de un rol participativo y facilitador del profesional a cargo de la terapia.

Cuando el niño posee algún tipo de discapacidad, su “niño música” se encuentra envuelto por lo que se denomina “niño condición”: se refleja la personalidad como el resultado de una construcción realizada a lo largo de su vida, bajo deficiencias neurológicas, fisiológicas, con su neurosis, una patología específica declarada o cualquier forma de condición inhabilitante.

Una influencia filosófica muy importante del modelo es la de homos musicus postulada por Victor Zuckerkandl (que luego culminaría en el concepto del “niño música”), que plantea que los tonos individuales toman significado, dinamismo y una característica activa una vez insertos en un marco tonal y melódico. La música entonces es concebida como un proceso continuo de agitación y equilibrio.

Para Nordoff y Robbins, la música era el principal agente de cambio dentro de la acción terapéutica. Ampliaron los conceptos de funcionalidad de los elementos estéticos de la misma (tonalidades, modos, intervalos, etc.) dentro de un contexto terapéutico y también enfatizaron la importancia de brindar al paciente una experiencia musical con un gran nivel cualitativo, ya que ellos responden a la calidad del sonido que escuchan.

Si bien los integrantes del equipo, sobre todo Clive Robbins, luego del fallecimiento de Paul Nordoff, protagonizaron el recorrido de la musicoterapia creativa, existen diversas tendencias teóricas dentro de la misma.

Método y abordaje en las sesiones

El encuadre le otorga un lugar central a la música y los recursos analíticos corresponden a las respuestas musicales del paciente. Es necesario que el terapeuta posea un dominio de algún instrumento armónico, y considerar a la voz como un instrumento en sí misma, para brindar una mayor eficacia en el proceso terapéutico. En el desarrollo activo del paciente se le ofrece una variedad limitada de instrumentos adecuados al caso clínico y se busca un desarrollo continuo de la voz, favoreciendo la conexión de la persona con el “niño música”, beneficiando su expresión y liberación de potencial creativo.

Nordoff y Robbins trabajan en pareja. Uno ocupa el rol del terapeuta principal, el cual coordina la dirección musical y el otro, coterapeuta, trabaja con el paciente para facilitar sus respuestas. El hecho de trabajar en dúo, no es indispensable, sino que corresponde a las necesidades de cada usuario. La relación terapéutica se forma en la música y no a través de ella, es utilizada como terapia, posibilitando el cambio.

El terapeuta trabaja a través de fases que no poseen límites claros, sino que cada una de ellas se conforma dependiendo de los temas clínicos emergentes en la evolución del proceso terapéutico. Existen cuatro fases que integran el mismo:

  • Fase de exploración: establecimiento de contacto y construcción de un lenguaje musical compartido.
  • Fase de conflicto: entre el “niño música” y el “niño condición” en donde se intenta promover la expansión del self y adentrarse en la patología del paciente.
  • Fase de consolidación: se alcanza el logro del paciente a través de diversas estructuras musicales de calidad.
  • Fase de cierre: el proceso terapéutico llega a su fin, concientizando al paciente de la posible transitividad de sus logros musicales hacia su vida cotidiana.

En la musicoterapia creativa es de gran importancia no tomar dogmáticamente las enseñanzas de estos dos pioneros, sino que el terapeuta debe promover en sí mismo una flexibilidad metodológica que se adapte a las necesidades del momento, ya que ese tipo de terapia propone un abordaje pragmáticamente empírico.

El musicoterapeuta debe poseer una intensa focalización del usuario ubicándose completamente en el momento terapéutico permitiendo la creación de una música potente tornando efectivo a este proceso. El mismo debe plantear metas generales en virtud al progreso del niño música con el resto del ser del paciente. Otro factor importante es la toma de energía por parte del terapeuta.

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