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Parcial Epistemología – 16/06/2017 – Punteo -


Enviado por   •  8 de Junio de 2018  •  Resúmenes  •  7.860 Palabras (32 Páginas)  •  171 Visitas

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Parcial Epistemología – 16/06/2017 – Punteo -

1. La episteme y su fundamentación ontológica y 2. El conocimiento como reminiscencia en Platón

Episteme es un término griego, cuya raíz viene a significar "saber" o "conocimiento", que se suele traducir por "ciencia", y con el que los filósofos griegos se referían al verdadero conocimiento, objetivo, permanente y universal. Platón utiliza el termino para la primera explicación que encontramos en el sobre el conocimiento, (antes de que elaborara la teoría de las Ideas), en la teoría de la reminiscencia.

Según la misma, Platón nos expresa que: el alma, siendo inmortal, lo ha conocido todo en su existencia anterior por lo que, cuando creemos conocer algo, lo que realmente ocurre es que el alma recuerda lo que ya sabía. Aprender es, por lo tanto, recordar.

“...nadie puede indagar lo que sabe ni lo que no sabe, porque no investigaría lo que sabe, pues lo sabe; ni lo que no

sabe, pues ni tan siquiera sabría lo que debe investigar...”

Frente a la dificultad que el alma experimenta para recordar lo que ha aprendido en su existencia anterior a su ingreso en el cuerpo, entra en función el método socrático de la mayéutica, que ayuda al alma a extraer de sí los conocimientos que contiene en sí misma. El pensamiento es un diálogo interior. El acto de pensar no es sino un diálogo que el alma mantiene consigo misma. Tiempo después, Platón deja de utilizar esta teoría para explicar el

conocimiento, y nos trae la teoría de las Ideas.

En ella se establecerá una correspondencia estricta entre los distintos niveles y grados de realidad y los distintos niveles de conocimiento. Fundamentalmente, Platón distinguirá dos modos de conocimiento: la "doxa" (o conocimiento sensible) y la "episteme" (o conocimiento inteligible). A cada uno de ellos le corresponderá un tipo de realidad, la sensible y la inteligible, respectivamente.

El verdadero conocimiento viene representado por la "episteme", dado que es el único conocimiento que versa sobre el ser y, por lo tanto, que es infalible. Efectivamente, el conocimiento verdadero lo ha de ser de lo universal, de la esencia, de aquello que no está sometido a la fluctuación de la realidad sensible; ha de ser, por lo tanto, conocimiento de las Ideas.

Platón nos lo explica mediante la conocida alegoría de la línea. Representemos en una línea recta los dominios de los sensible y lo inteligible, uno de ellos más largo que el otro, y que se encuentre en una relación determinada con él, nos dice Platón. Dividamos cada uno de dichos segmentos según una misma relación, igual a la precedente. Sobre la parte de la línea que representa el mundo sensible tendremos dos divisiones: la primera correspondiente a las imágenes de los objetos materiales -sombras, reflejos en las aguas o sobre superficies pulidas-, la segunda correspondiente a los objetos materiales mismos, a las cosas -obras de la naturaleza o del arte-. De igual modo, sobre la parte de la línea que representa el mundo inteligible, la primera división corresponderá a las imágenes (objetos lógicos y matemáticos), y la segunda a los objetos reales, las Ideas.

Representación de la alegoría de la línea

Ahora bien, si el mundo sensible es el mundo de la opinión (doxa) y el mundo inteligible el dominio de la ciencia (episteme) estamos autorizados a formular la proposición siguiente: la opinión es a la ciencia lo que la imagen es al

La reminiscencia o recuerdo, que es el despertar del conocimiento intelectivo de las ideas, es distinta de la memoria, que es conservación de sensaciones.

original. Las imágenes de los objetos materiales dan lugar a una representación confusa, que llamaremos imaginación; los objetos materiales dan lugar a una representación más precisa, que comporta la adhesión del sujeto que las percibe, y a la que llamaremos creencia; por su parte, en el mundo inteligible, las imágenes de las Ideas (objetos matemáticos) dan lugar a un conocimiento discursivo, mientras que las Ideas mismas da lugar a un conocimiento intelectivo, el conocimiento de la pura inteligencia. La dialéctica es, pues, el proceso por el que se asciende gradualmente al verdadero conocimiento, al conocimiento del ser, de lo universal, de la Idea (es la “escalera del filósofo” para encontrar la verdad).

3. Concepción tripartita del alma de Platón

Platón interpreta el alma principalmente en dos sentidos: el alma como aquello que permite a los seres vivos realizar actividades vitales, y, en el caso del alma humana, como el principio divino e inmortal que nos faculta para el conocimiento y la vida buena.

“El hombre no es ni el cuerpo solo, ni el cuerpo y el alma juntos, resulta entonces que el hombre no es nada, o si es algo, no puede ser otra cosa sino el alma”.

Además, para él, el alma consta de 2 partes:

El alma Racional: Parte superior del alma humana, Platón la sitúa en la cabeza (el cerebro). Se identifica con la razón y nos faculta para el conocimiento y la realización del bien y la justicia. Es un principio divino y dotado de inmortalidad.

El alma Irascible: En esta parte del alma humana se encuentran el valor, la voluntad y la fortaleza. Platón no defiende con claridad ni su mortalidad ni su inmortalidad, y la sitúa en el pecho (el corazón).

El alma Concupiscible: Parte mortal del alma humana responsable de las pasiones, placeres y deseos sensibles. Es la parte del alma más ligada al cuerpo y Platón la sitúa en el abdomen (hígado).

Platón explica la división tripartita del alma mediante el "mito del carro alado" en uno de sus diálogos.

¿Cuál es el destino del alma cuando muere el cuerpo? Platón aceptará la doctrina de la metempsicosis o reencarnaciones sucesivas del alma. El destino de las almas después de la muerte es ilustrado por Platón con el "mito de Er"; después de la 1a muerte, el alma se encuentra peregrinando durante unos 1000 años, en los que se encarna en un tipo u otro de ser humano en función del conocimiento del mundo de las ideas que haya logrado. Estas nuevas encarnaciones son una elección del alma, cargando así con una gran responsabilidad. Desde filósofo, rey, hasta agricultor, sofista o tirano, es el alma quien elige su destino. Solo cuando en vida el alma logre purificarse de los deseos y pasiones del cuerpo, podrá contemplar la verdad y dejar de reencarnarse, ascendiendo para siempre

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