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Psico De Las Masas Y Analisis Del Yo


Enviado por   •  30 de Junio de 2015  •  9.670 Palabras (39 Páginas)  •  159 Visitas

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Psicología de las masas y análisis del yo – Sigmund Freud

I. Introducción

La psicología individual se ciñe al ser humano singular y estudia los caminos por los cuales busca alcanzar la satisfacción de sus mociones pulsionales. Pero rara vez puede prescindir de los vínculos de este individuo con otros. En la vida anímica del individuo, el otro cuenta, con regularidad, como modelo, objeto, auxiliar y enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicología individual es simultáneamente psicología social. La relación del individuo con sus padres y hermanos, con su objeto de amor, con su maestro y con su médico, tienen derecho a reclamar que se los considere fenómenos sociales. Así, entran en oposición con ciertos otros procesos, llamados narcisistas, en los cuales la satisfacción pulsional se sustrae del influjo de otras personas o renuncia a estas. Por lo tanto, la oposición entre actos anímicos sociales y narcisistas cae dentro del campo de la psicología individual y no habilita a divorciar a esta última de una psicología social o de las masas.

En todas las relaciones mencionadas, el individuo experimenta el influjo de una persona única o un numero pequeño de ellas, cada una de las cuales ha adquirido una enorme importancia para el. Cuando se habla de psicología social o de las masas, se suele prescindir de estos vínculos y distinguir como objeto de la indagación la influencia simultanea ejercida sobre el individuo por un gran numero de personas con quienes esta ligado por algo, al par que en muchos aspectos pueden serle ajenas. Por tanto, la psicología de las masas trata del individuo como miembro de un linaje, de un pueblo, de una institución o de una multitud organizada en forma de masa durante cierto lapso y para determinado fin. Una vez desgarrado lo que constituía un nexo único, se deben considerar los fenómenos que se muestran bajo estas particulares condiciones como exteriorizaciones de una pulsión especial, ya no reconducible a otra: la pulsión social, que en otras situaciones no se expresaría. Freud se inclina mas bien a favor de otras dos posibilidades: que la pulsión social acaso no sea originaria e irreductible, y que los comienzos de su formación puedan hallarse en un circulo estrecho, como el de la familia. (Idea de la pulsión social como formación secundaria y no originaria/primaria).

La psicología de las masas incluye un cúmulo todavía inabarcable de problemas particulares y plantea al investigador innumerables tareas, que aun no están bien deslindadas.

II. Le Bon y su descripción del alma de las masas

El problema a tratar es: si la psicología, que explora sus disposiciones, mociones pulsionales, motivos, propósitos de un individuo hasta llegar a sus acciones y a los vínculos que mantiene con sus allegados, tendría que explicar el hecho de que el individuo a quien había llegado a comprender, siente, piensa y actúa de manera diversa de la que se esperaba cuando se encuentra en una multitud que ha adquirido la propiedad de una masa psicológica.

¿Qué es una masa? ¿Qué le presta la capacidad de influir tan decisivamente sobre la vida anímica? ¿En qué consiste la alteración anímica que impone a esta último? Estas 3 preguntas guían todo el trabajo freudiano dentro de este texto y es a partir de ellas, específicamente de la tercera, que Freud recurre a Le bon.

Lo que brinda el material a la psicología de las masas es la observación de la reacción alterada del individuo.

Le Bon dice que “cualesquiera que sean los individuos que componen una masa psicológica, el mero hecho de hallarse trastornados en una masa, los dota de una especie de alma colectiva en virtud de la cual sienten, piensan y actúan de manera distinta de cómo sentiría, pensaría y actuaría cada uno de ellos en forma aislada. Hay ideas y sentimientos que solo emergen o se convierten en actos en los individuos ligados en masas. La masa psicología es un ente provisional que consta de elementos heterogéneos; estos se han usado entre si durante un cierto lapso. Forman nuevas propiedades, diferentes de las aisladas”.

Si los individuos dentro de la masa están ligados en una unidad, tiene que haber algo que los una. Le Bon no da respuesta a esta cuestión. Considera la alteración del individuo dentro de la masa.

Nuestros actos conscientes derivan de un sustrato inconsciente creado en lo fundamental por influencias hereditarias. Le Bon opina que “en la masa, desaparecen las adquisiciones de los individuos y, por tanto, su peculiaridad. Aflora el inconsciente racial, lo heterogéneo se hunde en lo homogéneo. Se pone al desnudo (se vuelve operante) el fundamento inconsciente”. Así se engendraría un carácter promedio en los individuos de la masa. Pero Le Bon halla que también muestras nuevas propiedades que no habían poseído hasta entonces. La razón de ello se da en diferentes factores:

• Sentimiento de poder invencible: “La primera de estas causas consiste en que dentro de la masa el individuo adquiere, por el solo hecho del numero, un sentimiento de poder invencible que le permite entregarse a instintos que, de estar solo, habría sujetado forzosamente. Y tendría menos motivo para controlarse cuando, por ser la masa anónima, irresponsable, desaparece el sentimiento de la responsabilidad que frena de continuo a los individuos”. El punto de vista de Freud es que el individuo, al entrar en la masa, queda sometido a condiciones que le permiten echar por tierra las represiones de sus mociones pulsionales inconscientes. Las propiedades en apariencia nuevas que entonces se muestran son las exteriorizaciones de esto inconsciente.

La concepción de Le bon y la del psicoanálisis se diferencia por el hecho de que su concepto de lo inconsciente no coincide en todos los puntos con el adoptado por el psicoanálisis. El inconsciente de Le Bon contiene principalmente los rasgos más profundos del alma de la raza. El psicoanálisis no desconoce que el núcleo del yo (el ello) al que pertenece la herencia arcaica del alma humana es inconsciente, pero además distingue lo reprimido inconsciente, y este concepto de lo reprimido falta en Le Bon.

• Contagio de actos y sentimientos: “Una segunda causa, el contagio, contribuye a hacer que en las masas se exterioricen rasgos especiales y, a marcar la orientación de estos. En la multitud, todo sentimiento y todo acto son contagiosos. El individuo sacrifica muy fácilmente su interés personal al interés colectivo”.

• Sugestionabilidad: “Una tercera causa, la mas importante, determina en los individuos de una masa, particulares propiedades, opuestas a veces a las del individuo aislado. Es la sugestionabilidad, de la

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