Teoria Y Tecnica De La Entrevista
jossmont20 de Junio de 2014
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Entrevista, consulta y anamnesis.
Tanto el método clínico como la técnica de la entrevista proceden del campo
de la medicina, pero la práctica médica incluye procedimientos similares que sin
embargo no deben ser confundidos ni superpuestos con la entrevista psicológica.
La consulta consiste en la solicitud de asistencia técnica o profesional, la que
puede ser prestada o satisfecha de múltiples formas, una de las cuales puede ser la
entrevista. Consulta no es sinónimo de entrevista, porque ésta última es sólo uno de
los procedimientos con los que el técnico o profesional psicólogo o médico puede
atender la consulta.
En segundo lugar, la entrevista no es una anamnesis. Esta última implica
recopilación de datos previstos, de tal extensión y detalle que permita obtener una
síntesis tanto de la situación presente como de la historia de individuo, de su
enfermedad y de su salud. Aunque una buena anamnesis se hace sobre la
utilización correcta de los principios que rigen la entrevista, esta última es sin
embargo algo muy distinto. En la anamnesis, la preocupación y la finalidad residen
en la recopilación de datos y el paciente queda reducido a un mediador entre su
enfermedad, su vida y sus datos por un lado, y el médico por el otro. Si el paciente
no ofrece datos, hay que ¨extraerlos¨ de él. Más allá de los datos que el médico tiene
previstos como necesarios, toda aportación del paciente es considerada como una
perturbación de la anamnesis que con frecuencia es tolerada por cortesía, pero
considerada como superflua o innecesaria. No son pocas las oportunidades en que
la anamnesis se hace por razones estadísticas o por cumplimiento de obligaciones
reglamentarias de una institución, y en estos casos queda en manos de personal
auxiliar.
A diferencia de la consulta y la anamnesis, la entrevista psicológica intenta el
estudio y la utilización del comportamiento total del sujeto en todo el curso de la
relación establecida con el técnico, durante el tiempo que dicha relación se
extienda.
La entrevista psicológica es una relación de índole particular que se establece
entre dos o más personas. Lo específico o particular de esta relación reside en que
uno de los integrantes de la misma es un técnico de la psicología que debe actuar
en ese rol y el otro -o los otros- necesitan de su intervención técnica. Pero es un
punto fundamental que el técnico no sólo utiliza en la entrevista sus conocimientos
psicológicos para aplicarlos al entrevistado, sino que esta aplicación se produce
precisamente a través de su propio comportamiento en el curso de la entrevista. La
entrevista psicológica es entonces una relación entre dos o más personas en las que
éstas intervienen como tales. Para subrayar el aspecto fundamental de la entrevista
se podría decir, de otra manera, que ella consiste en una relación humana en la cual
uno de sus integrantes debe tratar de saber lo que está pasando en la misma y debe
actuar según ese conocimiento. De ese saber y de esa actuación según ese saber,
depende que se satisfagan los objetivos posibles de la entrevista (investigación,
diagnóstico, orientación, etc.).
De esta teoría de la entrevista derivan algunas orientaciones para su
ejecución. La regla básica ya no consiste en obtener datos completos de la vida total
de una persona, sino obtener datos completos del comportamiento total en el curso
de la entrevista. Este comportamiento total incluye lo que recogeremos aplicando
nuestra función de escuchar, pero también nuestra función de vivenciar y observar,
de tal manera que queden incluidas las tres áreas del comportamiento del
entrevistado.
La teoría de la entrevista ha sido enormemente influida por conocimientos
derivados del psicoanálisis, la gestalt, la topología y el conductismo. Aunque no
vamos a reseñar específicamente el aporte de cada uno de ellos, conviene señalar
someramente que el psicoanálisis ha influido con el conocimiento de la dimensión
inconsciente de la conducta, de la transferencia y la contratransferencia, de la
resistencia y la represión, de la proyección y la introducción etc. La gestalt ha
aportado la comprensión de la entrevista como un todo en el cual el entrevistador es
uno de sus integrantes y considera el comportamiento de éste como uno de los
elementos de la totalidad. La topología ha conducido a plantear y reconocer el
campo psicológico y sus leyes, tanto como el enfoque situacional. El conductismo ha
influido con la importancia de la observación del comportamiento total. Todo ello ha
conducido a la posibilidad de realizar la entrevista en condiciones metodológicas
más estrictas, convirtiéndola en instrumento científico en el cual el ¨arte de la
entrevista¨ se ha visto reducido en función de una sistematización de las variables, y
es esta última la que posibilita el mayor rigor en su aplicación y en sus resultados.
Se puede enseñar y aprender a realizar entrevistas, sin tener que quedar librado a
un don o a una virtud imponderable. El estudio científico de la entrevista (la
investigación del instrumento) ha reducido su proporción de arte e incrementado su
operancia y manejo como técnica científica.
La investigación científica del instrumento mismo ha conducido a que la
entrevista incorporara algunos de las exigencias del método experimental
especialmente lo que atañe a la sesión psicoanalítica, pero también, ha conducido a
que la entrevista psicológica en general constituya un procedimiento de observación
en condiciones controladas o, por lo menos, en condiciones conocidas. De esta
manera, la entrevista puede ser considerada, en cierta medida, de la misma manera
que el tubo de ensayo para el químico, según una comparación feliz de Young.
De esta teoría de la técnica de la entrevista (que seguiremos desarrollando)
dependen las reglas prácticas o empíricas; ésta es la única forma racional de
comprenderlas, aprenderlas y aplicarlas.
La entrevista como campo
Todo el énfasis puesto en diferenciar la entrevista de la anamnesis procede
del interés que tiene para la investigación de la personalidad el hecho de que
constituya un campo de determinadas características, óptimas para dicho estudio. Al
igual que en el caso de la anamnesis, en la entrevista tenemos configurado un
campo, y con ello queremos significar que entre los participantes se estructura una
relación de la cual depende todo lo que en ella acontece. La diferencia básica, en
este sentido, entre entrevista y cualquier otro tipo de relación interpersonal (como la
anamnesis) reside en que la primera la regla fundamental a este respecto es tratar
de obtener que el campo se configure especialmente y en su mayor grado por las
variables que dependen del entrevistado.
Si bien todo emergente es siempre relacional o, en este caso, deriva de un
campo, tratamos en la entrevista que dicho campo esté determinado
predominantemente por parte de las modalidades de la personalidad del
entrevistado. De otra manera, se podría decir que el entrevistador controla la
entrevista, pero que quien la dirige es el entrevistado. La relación entre ambos
delimita y determina el campo de la entrevista y todo lo que en ella acontece, pero el
entrevistador debe permitir que el campo de la relación interpersonal, sea
predominantemente establecido y configurado por el entrevistado.
Cada ser humano posee sistematizada su personalidad en una serie de
pautas o en un conjunto o repertorio de posibilidades y son éstas las que esperamos
que se pongan en juego o exterioricen en el curso de la entrevista. Así, pues, la
entrevista funciona como una situación en la que se observa una parte de la vida del
paciente, que se desarrolla en relación a nosotros y frente a nosotros.
Ninguna situación puede lograr la emergencia de la totalidad del repertorio de
conductas de una persona, y por lo tanto, ninguna entrevista puede agotar la
personalidad del paciente, sino sólo un segmento de la misma. La entrevista no
puede reemplazar ni excluir otros procedimientos de investigación de la
personalidad, pero éstos últimos tampoco pueden prescindir de la entrevista.
Especialmente la entrevista no puede suplir el conocimiento y la investigación de
carácter mucho más extenso y profundo que se logra, por ejemplo, en un tratamiento
psicoanalítico, el cual, en el curso de un tiempo prolongado permite la emergencia y
manifestación de los núcleos y segmentos más diferentes de la personalidad.
Para obtener el campo particular de la entrevista que hemos reseñado,
debemos contar con un encuadre fijo, que consiste en una transformación de cierto
conjunto de variables en constantes. Dentro de este encuadre se incluyen no sólo la
actitud técnica y el rol del entrevistador como tal como lo hemos reseñado, sino
también los objetivos y el lugar y el tiempo de la entrevista. El encuadre funciona
como una especie de estandarización
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