Técnicas de Terapia Familiar MINUCHIN, S. y FISHMAN, Ch

Técnicas de Terapia Familiar

MINUCHIN, S. y FISHMAN, Ch

Este es un libro esencial, se puede decir que es un manual para ahondar en las técnicas, herramientas y procesos terapéuticos que los doctores Minuchin y Fishman, maestros de la terapia familiar, nos explican. Entre otras cosas se expone un amplísimo repertorio de intervenciones a modo de guía, comenzando desde la primera etapa del proceso terapéutico y sus pasos iniciales, pasando por el consenso de metas y objetivos y finalizando con la consecución de un mejor funcionamiento y vivencia interna de la familia como tal.  En este trabajo, optaré por significar y resaltar aspectos o ideas respecto a las técnicas que me han resultado más interesantes a lo largo de la lectura del mismo.

Al igual que C.Jung, Minuchin señala la importancia de dominar la técnica para prescindir inmediatamente de ella, para que así ésta no sea un estorbo o limitación terapéutica. Más concretamente Minuchin usa el termino transcender, señalando la importancia de ir más allá de la técnica, para que ésta no nos imposibilite ver lo que realmente sucede en el aquí y ahora terapéutico, y para poder crear nuestros propios recursos y herramientas terapéuticas adaptadas a cada familia o individuo. Para mi este hecho es definitorio para ser terapeuta, sin duda que tenemos que tener y ofrecer una estructura perceptible por el usuari@s, desde lo teórico, técnico y de espacio, pero a la vez ser moldeables y adaptables a cada situación, momento y circunstancia emergente.  Coparticipar al fin y al cabo de la realidad de la familia, permitiéndonos vivenciar y experimentar su mundo, manera de interactuar, llegándonos a envolver con su aura o energía o lenguaje vital único y particular. Porque, al fin y al cabo, la familia y terapeuta constituyen una sociedad con una meta compartida que es formulada de manera más o menos explícita por ambos en diferentes etapas. Metas como reducir sintomatologías, reducir conflictos y aprendizaje de nuevas maneras de superar dificultades, ya que, aunque en un principio el problema de la familia se muestre individualizado (P.I.) por la sintomatología individual de uno de los integrantes de la familia, este no es más que la parte superficial de un todo con agentes e interacciones disfuncionales que abarca a toda la familia, tanto nuclear como extensa.

Minuchin acierta a mi entender, al proponer para la interacción una posición espontanea por parte del terapeuta. Para mí, la espontaneidad terapéutica es un hallazgo que posibilita liberar tanto al terapeuta como a los clientes, ya que permite oxigenar el espacio y la relación terapéutica de encorsetamientos limitantes y prejuiciosos, facilitando integrarse en un sistema de personas interdependientes. En pos de ser eficaz como miembro del sistema, y responder así a las circunstancias en armonía con las reglas del sistema, a la vez que se constituye él mismo (terapeuta) como un útil terapéutico en continua co-creación, respetando siempre las reglas y límites del sistema. Se podría señalar que el terapeuta espontáneo es el que ha sido entrenado para emplear diferentes aspectos de sí mismo en respuesta a contextos sociales diversos. Así el contexto propio en el que se desenvuelve el terapeuta enriquece la espontaneidad. Pero hay que tener en cuenta que ésta, está siempre limitada por el contexto. Puede expresarse de mil maneras únicas, mientras que se mantenga la estructura armónica de la familia, a no ser que haya una búsqueda terapéutica para que no sea así. De cualquier manera, el sistema con sus recursos homeostáticos corregirá y ajustará el contexto específico terapéutico.

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